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Jack

Welcome to New Jersey.

Conduzco a baja velocidad en dirección a la casa de mi padre. Hace más de cuatro meses que no le veo así que he decidido visitarlo. Es una hora de trayecto. Me asesinara por haber faltado a clases, pero es necesario.

Dejo atrás millones de franjas blancas. El asfalto se ve más oscuro a causa de la lluvia. Las gotas caen sobre el cristal como el granizo. Literalmente el ruido es molesto. Enciendo la radio para cubrir el sonido deprimente.

Sigo la dirección que encontré en el despacho de mi madre.

Abro los ojos como dos platos al divisar la enorme casa. Es la primera vez que la veo. Papá nunca me ha invitado así que decidí invitarme por voluntad propia.

Toco el timbre dos veces, pero nadie se digna en abrir la puerta. Retrocedo dos pasos hasta que pierdo la paciencia.

-¡Papá! Soy Jack podrías abrir la puerta.- todo permanece sumido en el silencio. Me siento en las escaleras a esperar que llegue. No perderé mi día de clases por su culpa. Solo quiero verle y saber que está bien. Bueno, en realidad quiero saber porqué no me llama.

La puerta se abre por lo que me pongo de pie rápidamente. Un chico de mi misma edad dice:

-Papá hay una chica acá afuera. - mi ceño se frunce.

-¿Papá?- pregunto. Tanto le ama que le llama papá.

-¿Quién es Austin? - mi padre finalmente se asoma. Su rostro se desfigura completamente.

-¿Jackie?- El chico esboza una sonrisa.

-¿Ah vos sos mi hermana?- arrugo mi frente. ¿De qué habla ese estúpido?

-¿Hermana? Disculpa, pero yo no tengo hermanos.- mi padre sigue igual. Sus ojos son verdes como los míos. El cabello en algunas zonas está empezando a tornarse de un color más claro. No descarto que pronto aparezcan canas.

El chico empieza a reír ridículamente.

-Austin ve adentro. - exige. El chico me mira de hito en hito.

- Adiós hermanita.- me guiña un ojo y luego le pierdo de vista. Mi padre cierra la puerta a sus espaldas al parecer no tiene intenciones de hacerme pasar. Ni tan siquiera se molesta en abrazarme o besar mi mejilla.

-¿Hermana?- pregunto confundida. El sonríe de medio lado.

-Austin es molesto a veces. ¿Qué haces aquí?- está intentado cambiar el tema. Lo conozco perfectamente.

-¿Porqué no me llamas? - me cruzo de brazos. -¿A caso olvidas que tienes una hija? - por su gesto puedo intuir que no tiene respuesta a mi pregunta. Era de suponerse. Él es feliz con su nueva familia.

- He estado muy ocupado Jack. Lo siento.- me rio sarcástica.

-Esa es la excusa más estúpida que he escuchado. ¿Sabes? Olvida que vine hasta aquí. - doy media vuelta y me encamino a mi camioneta.

-Jack espera.- parece frustrado, pero aún así no me detengo. Si el no se molesta en llamar a partir de ese momento tampoco lo haré. Está en todo su derecho como padre procurar a su hija.

Intento contener el ardor de mis ojos. Por un instante tuve esperanzas de que todo fuera distinto. Ya he intentado llamar su atención veces anteriores y no funciona. Él jamás se preocupa. Ni tan siquiera tiene la dignidad de invitarme a pasar a su casa para que conozca a mis dos hermanastros. Se casó de la nada. Ni siquiera tuve la invitación de su boda en mis manos.

La Libertad De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora