La Libertad De Un Héroe

20

Jack

- hija despierta.-sacuden mi cuerpo tres veces. Es un martirio.

-Pero mamá...- me siento adormilada. Se echa a reír acomodando mi cabello.

- Tu novio está abajo.- mi estómago rápidamente reacciona. Matt me pidió que fuera su novia. Lo pensé bien. Todo lució perfecto en el lugar correcto con el hombre de mis sueños. Cometió errores, pero las personas merecen una segunda oportunidad. Mi héroe favorito declaró sus sentimientos. Queda por mencionar que es el mejor día de mi vida. La palabra novio cambia todo no puedo creerlo.

Restrego mis ojos apartando las sábanas.

-Ire a trabajar hasta las cuatro de la tarde. Luego tengo una cita.- sonrió pícara.

-¿El policía?- asiente con las mejillas rosadas. Está rehaciendo su vida y es un gran paso. Es joven y guapa.

-Ve, estaré bien con Matt.- la abrazo antes de ingresar al baño.

Elijo qué ponerme. Antes elegía cualquier prenda, pero recién comprendo que no puedo usar todos los días una camisa de superhéroes. Elijo un jeans rasgado con una camisa amarilla mostaza y mis Vans a juego. Cepillo mi cabello para desatar los nudos nocturnos. Una vez lista decido salir de mi cueva.

Bajo las escaleras encontrando a un Matt con una camisa negra ceñida al cuerpo.

-Buenos días.- esbozo una sonrisa.

-Buenas tardes querrás decir.- señala el reloj de la pared. Marca la una de la tarde. Golpeó mi frente con la mano. Se acerca sosteniendo mi cintura.

-Tu mamá nos dió permiso para ir a un lugar.-

-¿Qué lugar?- pregunto. Se encoge de hombros.

-Sorpresa.- ruedo los ojos. Mi estómago se encoge al sentir sus labios en mi cuello. Me gusta. Parece un sueño del que no alcanzo despertar. ¿Cómo es que todo ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos?

Cierro los ojos gozando de las cosquillas que deja en cada lugar que deposita un beso. Mi piel se estremece y siento su sonrisa sobre mi cuello.

-¿Recuerdas nuestro primer beso?-

-¿Vos lo recuerdas?

-Fue en mi habitación, bajo una carpa improvisada.- me echo a reír.

-¿Estas seguro de que fue el primero? - lo pongo a prueba.

-Si- dejo un beso en su mejilla, pero se empeña en besar mis labios. Profundiza el beso acorralando mi cuerpo en la pared. Su lengua pide acceso por lo que acepto sutilmente. No sé si está bien o beso suficientemente bien.

Sus manos viajan a mi cintura. Comprendo sus intenciones. Empieza hacer cosquillas provocando que salga corriendo al sofá.

-Matt...- cae sobre mí retomando la tarea. Las carcajadas retumban en la sala. Mi estómago se contrae cada vez que rió.-Basta...- le hago cosquillas, pero es inútil. A él no le hace cosquillas. Me muevo incómoda cayendo al suelo en un mar de risas. Se sienta en el sofá riendo por mi caída.

-No es gracioso.- el timbre suena tres veces seguidas. Parece que el visitante está apurado por ser atendido.

-¡Ya voy!- Matt silba entre dientes. Se pone de pie envolviendo en sus brazos mi cuerpo. Continúan insistiendo allá fuera por lo que intento alejarme de Matt antes de abrir la puerta, pero es inútil. Matt lleva su mano a la manija dándole vuelta. Su pecho está pegado a mi espalda como un imán.

-¡Ya era hora!- abro los ojos como platos. Austin me mira irritado. Papá baja de su 4×4 con un bolso de regalo.

-¿Qué hacen aquí?- pregunto aturdida.