Las 11 de la mañana, mi madre llegaba a las 12 y mi departamento era un caos. Tenía que pensar seriamente si llevar a las rojitas conmigo o no, tenía que ordenar el lugar, e irme lo más rápido posible
- Iremos contigo, ¿Si? - Dice Sky.
- Si, iremos. - Dice el demonio número 2.
- Va a ser una situación difícil, ¿Si? No quiero que luego se arrepientan, no la ven hace 4 años, recuerden eso. - Les digo a ambas, sin poder parar de moverme, e ir de un lado a otro.
- Entendido. - Ambos demonios hablan a la vez.
Rumbo al aeropuerto las cosas entre las 3 se volvieron algo... Tensas, creo. Pensé en poner algo de música para que no sea todo tan incomodo. The Beatles empezaron a sonar, amaba esa banda, mi madre solía escucharla antes de que todo cambiara.
Antes de pensarlo ya estábamos allí, el reloj marcaba las 12:07, ya estábamos llegando tarde, y todo culpa del estúpido transito.
Quedamos en encontrarnos en un café del aeropuerto, y yo no podía parar de temblar de los nervios, al final, la que no pudo afrontarlo, soy yo.
- ¿Hope? - Escuche la voz de una mujer a mis espaldas. Tenía miedo de darme vuelta, porque sabía quien estaría allí viéndome con esos ojos verdes los cuales yo herede.
- Mama, tiempo sin vernos. - Dije intenando parecer fria.
- Ven aquí. - Me atrajo en un abrazo y yo no puse aguantar más las lágrimas, correspondi el abrazo, y no me di cuenta de cuanto la extrañaba hasta que la vi aquí, tan distinta, tan ella.
Abrazo a las pequitas, quienes también lloraron. Luego de eso nos sentamos las 4 a hablar, ponernos al día, o no se.
- ¿Qué ha pasado con papá? - Fui la primera en hablar.
- Uf, em, ya luego de un año de estar en España, comencé a notar que tu padre llevaba más tarde de lo normal a casa, por la noche. Con el tema del trabajo el y yo ya no pasábamos tiempo juntos, ni siquiera lo poco que antes pasábamos. - Ha comenzado a llorar.
- ¿No quieres que vayamos a casa y me cuentas mejor? Las niñas tienen que comer e ir a su clase de Ballet. - Vi su expresión de tristeza al saber que no se sabía los horarios de sus hijas.
- Claro, claro. - Nos levantamos todas y fuimos rumbo al auto.
×××
Las niñas ya estaban en su clase, y mi madre y yo hemos decidido preparar café y sentarnos a hablar.
- No puedo entender que paso, mama. - Solté.
- Fue todo muy complicado, Hope, el trabajo, y tu padre, yo no podía dejar a tu padre. - Otra vez ambas estábamos llorando.
- ¿¡Por qué no podías dejarlo a el y a nosotras si?! ¡Éramos tus hijas! Lo preferiste a el que nunca te quiso, antes que nosotras que te necesitabamos. - Comencé a gritarle.
- Tu no entiendes Hope. - Intento calmarme con su voz serena, no funcionó.
- ¿¡Que es lo que no entiendo!? Necesito que me di... - Fui interrumpida por el grito de mi madre.
- ¡¡Tu padre me pegaba, Hope!! ¿¡Qué querías que hiciera?! - Un balde de agua fria.
- Mama, yo... Lo siento, no sabía. - Dije apenada. - ¿Por que nunca me habías dicho? Lo hubiésemos solucionado. -
- No se podía, prefería alejarlo de ustedes. Luego de irnos a España, tu padre empezó a engañarme, y de un día para el otro el... Simplemente desaparecio. - Me conto.
- Que hijo de p... - Frene el insulto, por costumbre. - Lo lamento, la costumbre, por las niñas. -
- Me siento horrible al ver que tu eres mejor madre de lo que yo lo fui los años que estuve. - Dijo en medio de Sollozos. - Dios, no sabía que mis hijas iban a ballet, no se lo que tu estas estudiando, no se nada de su vida, soy... Soy un desastre. - Al terminar de decir eso, largo un llanto que se notaba que hace rato tenía Guardado.
- Bueno, pero, te entiendo, fueron 4 años, las cosas han cambiado. - Intente tranquilizarla. - Estudio psicología, estoy por terminar la carrera. Las niñas empezaron ballet hace 3 años. - Continue.
- Cuéntame de ellas, eres la que más estuvo, dime todo, ¿Puedes? - Preguntó.
- Suelen dormirse a las 12 de la noche, aunque se acuestan a las 10. Llegan del colegio a las 12 del mediodia, comen, hacen su tarea, y a la tarde van a sus clases de Ballet. - Hice una pausa. - Les hacen bullying, porque tu no estas, ellas les han dicho a sus compañeros que soy su madre, pero por alguna razón ellos saben que no es así. - Vi su cara de decepción en el rostro.
- Yo... Dios, soy una pésima madre. - Dijo. - Tengo una solución, que quería decirte, pero no se si te gustará la idea. -
- Dimela. - Le Dije frunciendo el ceño. -
- Me las llevaré a España, estarán conmigo y ya no tendrás que hacerte cargo. - Justo en ese momento, escuchamos que algo se caía, eran las niñas, ¿Habían escuchado todo?
ESTÁS LEYENDO
Que suerte coincidir.
RomanceDesde mi punto de vista, cualquier tipo de relación es difícil, ya sea amorosa, de amistad, o incluso, familiar. En esta historia, van a haber cientos de estos casos, los cuales a lo largo de la lectura, Irán apareciendo. ¿Y si me acompañas?