Capítulo 16: Privacidad.

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Nos acercamos a ellos. Ambos estaban demasiado serios para mi gusto. Mantuve mi vista clavada en rostro del señor Pimentel. Su mirada color miel encontró la mía. Pude ver que no estaba nada contento.

—Ya podemos entrar a la sala —dijo Sea.

El señor Pimentel la tomó de la mano y casi la arrastró a su lado, comenzaron a caminar. Ella le dijo algo en voz baja y él negó con la cabeza. Miré a Ben.

— ¿Entramos, cariño? —le pregunté.

Él asintió y lo tomé de la mano para, también, casi arrastrarlo detrás de ‘la parejita que no es parejita’

‘¿Puedes dejar el sarcasmo?’ —me preguntó mi conciencia.
‘¿Puedes dejar de ser metida?’ —le dije.
‘Eres tan intratable’
‘No más que tú’

—Me cae mal ese tipo —dijo Ben. Lo miré confundida.

—¿El señor Pimentel? —dije.

—Si —asintió. Miré a Sea y a él… todavía la llevaba de la mano. Creciente presión de enojo en el pecho.

—¿Por qué no te cae bien? —quise saber.

—Me preguntó cosas sobre Chris…

—¿Sobre Chris? —dije extrañada.

—Si… y no sé. No me agrada.

Entramos a la sala. Sea y el señor Pimentel se sentaron en una de las filas del medio. Mis pasos se dirigieron hacia allí, pero Ben me tomó de la mano.

—¿Qué sucede? —le pregunté.

—¿A dónde vas? —inquirió.

—A… sentarnos allí.

—No —negó levemente y me arrastro hasta sentarnos unas tres filas detrás de ellos —Tenemos que quedarnos un poco más alejados.

—¿Por qué? —pregunté.

—Porque quizás quieran un poco de privacidad. Y a decir verdad, yo también la quiero.

Asentí y me acomodé un poco en mi asiento. Sea se giró a vernos y me sonrió. Me hizo un gesto de que fuéramos a sentarnos con ellos. Le iba a decir que si, pero recordé a Ben. ¿Qué sucede conmigo? Hoy estoy aquí con mi pareja, nada más tendría que importarme. Le sonreí levemente a la rubia y modulé un pequeño ‘NO, gracias’. Ella volvió su vista al frente.

La película comenzó. Sentí que un brazo se colocaba alrededor de mis hombros. Le sonreí a Ben y me acurruqué contra él. Mi vista salió de la pantalla para fijarse en ellos. El señor Pimentel estiró ambos brazos como si estuviera bostezando y luego dejó caer uno detrás de Sea. Mi cuerpo se tensó. Sentí unas ganas terribles de sacarme uno de mis caros zapatos de Versace y lanzárselo por la cabeza a ese hombre. Pero entonces Sea le quitó el brazo y lo miró con enojo. Él río. Ella lo golpeó, al parecer levemente, en el pecho.

Volví a concentrarme en la película. Apoyé mi cabeza sobre el hombro de Ben.

—Te extrañe mucho, linda —me dijo.

Levanté un poco la cabeza para mirarlo a los ojos.

—Yo también te extrañe, Ben —le dije.

Me besó cortamente y volvimos a concentrarnos en la pantalla. La película avanzaba y avanzaba. De vez en cuando mi mirada se distraía por aquel hombre pero enseguida volvía a la normalidad.

—Cariño —dijo Ben.

—¿Si? —pregunté.

—Voy al baño… no me aguanto.

Nothing in my way llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora