Capitulo 18: Preocupado como un padre.

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-Joel.

Ella sonrió contenta y corrió hacia mí para abrazarme. La recibí con los brazos abiertos.

—No puedo creer que al fin la hayas atrapado —dijo contra mi pecho.

—Te dije que pronto lo lograría —acaricié su rubio cabello. Se alejó un poco para mirarme.

—Por tu culpa no dormí en toda la noche... te dije que me llamaras cuando terminaras.

Me regañó como si fuera mi madre. Reí por lo bajo y puse mis ojos en blanco.

—Terminé con todo el papeleo y esas cosas hace aproximadamente... 2 horas —dije mientras miraba mi reloj —Apenas tuve tiempo de ir a mi departamento a darme una ducha y ponerme la ropa del trabajo.

—Pobre Joel —dijo poniendo su mejor cara de preocupación —No has dormido nada y todo por meter a esa loca a la cárcel. Gracias a dios se me ocurrió llamar a Sterling para preguntarle qué demonios había pasado.

—Y gracias a dios yo he conseguido permiso para no ir al cuartel hoy a la tarde. Iré a dormirme una merecida siesta.

Ella río por lo bajo. Y entonces vimos que el ascensor se abría y ella entraba al lugar. Sea se alejó al instante de mí y corrió hacia su escritorio. La miré extrañado.

—Buenos días a todos —nos saludó.

La miré bien. No tenía buena cara. Al parecer no tuvo una buena noche con el pomposo. Mi cuerpo se tensó al imaginármela con otro hombre... pero ella no es TN_________.
Christopher estaba a su lado... y su carita decía que tampoco había pasado una buena noche. Fruncí el ceño y sin dudarlo me acerqué a ellos.

—Hey campeón —dije y me agaché hasta estar a su altura —¿Qué te sucede?
Aimée soltó un suspiro y la miré.

—Tuvo fiebre toda la noche —me contó —Cuando llegué a mi casa, me llamó mi hermano y me dijo que Chris volaba de fiebre... tuve que ir a buscarlo y nos pasamos toda la noche en el hospital. Pero no nos atendieron.

—¿Cómo que no? —dije sin poder creerlo.

—Había un paro de médicos de guardia... y luego llamé a un paramédico y tampoco estaban disponibles. Traté de bajarle la fiebre con unos remedios que siempre toma... pero apenas han funcionado. Pero luego comenzó a tener mucha tos... y tenía todo el cuello inflamado. Me preocupa mucho.

—Debemos hacer que lo atienda un doctor ya —dije preocupado al ver lo pálido que aquel niño estaba —Venga, yo conozco uno muy bueno que lo atenderá enseguida.

—¿Enserio? —dijo ella esperanzada.

—Si, si —asentí efusivamente —Voy a buscar mis cosas...

—Oh, no sabe cuánto se lo agradezco —dijo ella —Me estoy volviendo loca.

—Tranquila, todo va a estar bien. Seguro es una pequeña gripe o algo por el estilo.

—Gracias —musitó. Me quedé mirándola fijamente hasta que reaccione y corrí a buscar mi abrigo y mi maletín. Volví a ellos.

—Vamos —dije. Tomé la otra mano disponible de Chris y casi corrí con ellos hacia el ascensor.

Saqué mi celular y busqué su número. Tenía que avisarle que estaba yendo hacía allí.

—Pimentel, que sorpresa tu llamada... ¿pasó algo, hermano? —me preguntó al atender.

—Colón, estoy yendo hacia tu consultorio. Es una urgencia —dije.

—Pero, ¿pasó algo malo? ¿Estás bien? —dijo preocupado.

Nothing in my way llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora