Capítulo 26: Teléfono.

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- Joel.

Me dejé caer pesadamente en el sillón. Tomé el control remoto y prendí la tele. Hoy había sido un día extremadamente largo en el cuartel junto con Erica. La difícil decisión de dejar a Hugh conectado… sabiendo que quizás jamás despierte.
Ese hombre no merece pasar por todo lo que está pasando. Me pasé toda la tarde con Erica y cuando el pequeño Peter llegó de la casa de su abuela me ofrecí a llevarlo a tomar un helado.
Peter podrá ser pequeño, pero es muy consciente de que las cosas no están nada bien. Hice todo lo posible para mantenerlo distraído. Pero ¿Cómo mantener distraído a un niño que sabe que su padre jamás podrá verlo?

Puse el canal de las noticias para poder mirar la hora. Eran las 12 a.m en punto. Miré a la mujer que daba las noticias. Tiene un parecido a Sea que me resulta chocante.
Tomé el vaso de gaseosa que me había traído de la cocina y bebí un trago. Tomé el control con un poco de firmeza y comencé a hacer zapping…
El teléfono de mi casa comenzó a sonar. Lo miré extrañado, ya que casi nunca suena, porque todo el mundo me llama a mi celular.
Dejé que sonara para que atendiera el contestador. El pequeño pitido que hizo me informó que acababa de contestar.

—Señor Pimentel… al parecer no está en su casa —me senté bien en el sillón al escuchar su voz —O quizás está dormido, no lo sé —me quedé quieto, bastante asombrado —Ni siquiera sé por qué lo estoy llamando… —se quedó en silencio —Bueno en realidad si sé por qué. Yo… quería disculparme por lo que sucedió hoy. De verdad, señor Pimentel, yo no quiero que las cosas estén mal entre nosotros. Y que tampoco sean confusas. Siempre me consideré una persona que va de frente y que no tiene problemas con nadie. Así que le pido perdón por lo que hice hoy. Sé que fue mi culpa… No quiero confundirlo, y mucho menos causarle daño —soltó un suspiro. Mi corazón se aceleró —Pero… me es inevitable no quererlo cerca. No puedo explicarlo… usted me hace bien. Pero me hace mal a la vez. Es algo raro. Y lo único que me queda por pedirle es que no se aleje de mi hijo por mi culpa. Chris le ha tomado mucho cariño. Y no creo que usted quiera herir los sentimientos de un niño —rió levemente —Espero que escuche mi mensaje pronto… —me puse de pie y corrí hacia el teléfono.

—Ya lo escuché —le dije. Ella no contestó. Al parecer la tomé por sorpresa —No voy a alejarme de Christopher… Y tampoco de usted.

—Es buena saberlo —dijo.

—Yo también siento lo que sucedió hoy…

—No no no —dijo apresuradamente —Fue mi culpa. Además de que le dije un par de cosas feas.

Reí por lo bajo.
—Me han dicho cosas peores —le aseguré.

—De todas maneras… no pienso esas cosas.

—¿Está segura? —inquirí divertido. Ella rió por lo bajo.

—Sí, segura.

—Aunque puede que tenga razón en lo de idiota.

—Por favor —dijo divertida —No me haga recordar lo que le dije. Juro por dios que esa no era yo.

—Está bien, está bien… no se lo recuerdo.

—Bien —murmuró —Me alegro que hayamos arreglado esto. Ya es un poco tarde… me voy a dormir.

—También yo.

—Y espero que dejemos atrás las confusiones.

—Quedan bien atrás.

—Genial… me siento mucho mejor.

—Lamento haberla hecho sentir peor…

Ella rió y me pareció escuchar su risa. ¡Diablos! Esto es tan frustrante.

Nothing in my way llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora