Capítulo 21: La cena ll

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-Joel.
Sterling me miró con cara de pocos amigos. Solté una sonora carcajada y palmeé su espalda un par de veces.

—Tranquilo amigo, todo está bien —le dije.

—No me parece nada gracioso, Pimentel—me dijo.

—Oh, vamos —lo empujé un poco —Es solo una cena.

—Si, una cena para conocer a una amiga de tu jefa. Sea no sabe guardar secretos.

—Es una pequeña chismosa —aseguré. El ascensor se detuvo en el piso que había marcado. Salimos de él y nos dirigimos al departamento —Pero quédate tranquilo. Miranda es una muchacha muy bonita. Y estoy seguro de que se van a llevar bien.

—Por tu bien, que sea así —dijo.

La puerta se abrió y entramos. Sterling saludó a todos y se sentó en uno de los sillones individuales, cerca de Miranda. Era el único que quedaba.

—¡La cena está lista! —la voz de Brittany llegó con fuerza. Pablo fue el primero en ponerse de pie.

—Mi pequeña bombín tiene unos pulmones —dijo orgulloso.

—Ya lo creo —reí divertido.

Pablo nos indicó en donde estaba la sala. Nos sentamos en la enorme mesa de roble. Me pareció extraño ver que Sea no se sentaba a mi lado, sino que había ido a sentarse al lado del pomposo. Brittany llegó a la mesa con una gran bandeja. Eso olía increíble.
Los niños llegaron corriendo. Daisy dormía cómodamente en su cochecito. Aimée fue la última en llegar. Y el único lugar que quedaba era a mi lado. Miré a Sea. Ella sonrió autosuficiente. Voy a matarla, definitivamente voy a matarla.

Pude notar su incomodidad al sentarse a mi lado. Al pomposo tampoco pareció agradarle. Eso me hizo sentir mejor. Ella sirvió la comida y todos comenzamos a comer.
Sea no dejaba de darle charla al pomposo. Este parecía bastante entretenido con ella. Pablo y Brittany discutían sobre los posibles nombres para su hijo o hija. Erick y Bella le cortaban la comida a James. Miranda y Sterling también hablaban… eso era bueno. Giré mi cabeza para mirarla. Ella también me miró.

—¿Van a besarse? —escuchamos que alguien preguntó. Ambos lo miramos.

—¡Christopher! —murmuró ella sin poder creerlo —¿Qué dices? Nadie va a besarse.

—Tranquila —le dijo divertido —Solo estaba preguntando.

Aimée miró algo nerviosa al resto de las personas. Al parecer nadie ha escuchado la pregunta de Chris. Volví a mirarlo.

—¿Por qué preguntaste aquello? —quise saber. Él metió un trozo de carne en su boca y miró a su madre con picardía.

—El otro día mamá dijo que le gustabas.

Ella comenzó a toser. Todos se giraron a verla. Me alarmé un poco al notar que casi no podía respirar. Sin dudarlo palmeé su espalda. No medí la fuerza de mi golpe y ella dio un salto en la silla. Me disculpé por lo bajo, pero seguí palmeándola más suave.

—¡Denle agua! —sugirió Miranda.

Al instante tomé un vaso y casi se lo pongo en la boca, pero ella lo tomó de mi mano y bebió rápidamente. Cuando terminó de tomar apoyó el vaso, con algo de fuerza, sobre la mesa. Su respiración era agitada y estaba tan roja como un tomate. Mi corazón se aceleró al ver su rostro sonrojado. Una parte de mí fantaseaba con la idea de que era TN_______ la que estaba frente a mí.

—¿Estás bien, amor? —le preguntó el pomposo. Lo miré con recelo.

—Si, si —dijo ella aun respirando trabajosamente —Solo me ahogué con la comida.

Nothing in my way llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora