16. Flashback 1

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Día de la fiesta de Lucas

NARRA KRISTEN

No hay mayor placer que tumbarte en la cama y dejar la mente en blanco. Olvidarte por un momento de todas tus obligaciones y simplemente dejar que el tiempo pase. Además desde mi habitación se olía el estofado que estaba haciendo mi madre... Mmmm.. ¡Qué ganas de cenar! Y además hoy papá ha prometido volver antes de la universidad para que podamos hablar y ponernos al día.

Mi padre trabaja en la universidad de Growsberg y mucha gente le tiene respeto y un poco de miedo pero realmente es buena persona (aunque un poco protector conmigo).

*DING DONG*

—Kristen abre tú que yo estoy ocupada—

Y hablando del rey de Roma...

Miré el reloj, las 19:30. Así me gusta. Todos los días debería llegar a esta hora.

Abrí la puerta y me encontré una pequeña sorpresa: David y Sandra. Y además demasiado arreglados.

—¿Hoy es mi boda?—empecé a mirar a mi alrededor buscando el altar y la barra libre.

—Casi, prueba otra vez—dijo David mientras entraban en mi casa y cerraban la puerta.

Sencillamente no tenía ni idea de qué hacían allí o qué querían. Normalmente antes de quedar, me llamaban o nos enviábamos mensajes.

Venga Kristen. Analiza la situación científicamente: van vestidos de boda a las 19:30 (pero ya hemos confirmado que no es una boda) y además no te avisan que vienen a tu casa.

Mmmm.. YA SÉ.

—Me vais a secuestrar para matarme e ir a mi funeral hoy mismo muy elegantemente—grité emocionada de haber resuelto el misterio por fin.

—Mejor aún—dijo Sandra— ¡Te vamos a llevar a una fiesta! Y no hay excusas.—

¿Una fiesta? Jajaja
Será gracioso ver como fracasan inevitablemente en el intento.

Además había un millón de motivos por los cuales no iría. Sólo necesitaba encontrar cuál era el mejor. Veamos:

1. Mi gato se siente solo así que me tengo que quedar a cuidarlo.

Mmm.. Creo que funcionaría mejor si realmente tuviera un gato.

2. Estoy terminando el último capítulo de un libro muy interesante, no puedo irme ahora.

Seguramente esto les daría más ganas de sacarme.

YA SÉ

3. Lo siento, teníamos una cena familiar y además mis padres no me dejarán salir. Ya sabéis como es mi padre.

Sí, es perfecto.

—Es muy amable de vuestra parte chicos pero mis padres no me van a dejar, ya sabéis como son mis padres—

Así me gusta Kristen, firme a tus argumentos.

—De hecho... Tu madre está de acuerdo con nosotros—David dijo mientras mi madre salía de la cocina con una sonrisa traviesa y yo la miraba con ojos asesinos.

—No me mires así cariño.—Oh sí, sí que la miraba así y pensaba seguir haciéndolo hasta que alguien me dijera que todo era una broma—El año que viene vas a entrar una etapa muy importante de tu vida en la cual vas a tener que estudiar mucho. No puede ser que no hayas ido nunca a una fiesta—

—¡Pero mamá!— grité como una niña pequeña.

—Te he dicho mil veces que la fiesta de cuando tu prima cumplió 5 años no cuenta—

Mis amigos se empezaron a reír.

Sí que contaba, ¿vale? Había gente y bebida, osea una fiesta. Bueno vale, eran zumos pero aún así era bebida ¿verdad? Pues fin el dilema.

*DING DONG*

—Ya estoy aquí, siento el retraso—

La voz de Carolina literalmente traspasaba las paredes.

David le abrió la puerta y acto seguido la chica entró con un vestido  colgando del brazo. Acto seguido me puso el vestido en la cara, y cuando digo la cara me refiero literalmente en la cara.

  — Lo sabía. Este tono es perfecto para ti— Carolina sonrió y me quitó por fin el vestido de la cara— ¡Venga subamos! No hay tiempo que perder—.

Carolina empezó a subir por las escaleras, David y Sandra la siguieron y me arrastraron como si fuera un saco de patatas. 

                                ***

  —Lo siento pero no voy a entrar allí—señalé la casa de dónde salía todo ese ruído. Estábamos dentro del coche, aparcados fuera de la casa de Lucas. —La mitad de las personas que están dentro se burlan de mí. No quiero darles otro motivo para hacerlo—bufé.

Era cierto que los chicos habían hecho un gran trabajo maquillándome y eligiendo el vestido. Cuando me miré en el espejo me asusté y empecé a gritar, ¡estaba tan distinta que pensaba que me habían cambiado de cuerpo! Como en esa película en la cual te despiertas siendo otra persona.

  —Estás preciosa Kristen—dijo Sandra mientras David y Carolina asentían tan convencidos que casi se rompen el cuello asintiendo.

—Si fuera hetero te besaría ahora mismo—Sandra y Carolina empezaron a reír como locas. Yo, en cambio, seguía allí mirando las luces de la casa y la gente entrando y saliendo. Estaba segura que con tan solo poner un pie en esa casa todo el mundo me miraría y se reirían de mí.

 —A LA DE UNA, A LA DE DOS Y A LA DE....— 

   —¡BAJADME!—

Carolina había ordenado a David que me cogiera por los pies y a Sandra que me cogiera por las manos. 

Maldita sea Kristen, no deberías haber hecho amigos. 

Dejadme que os resuma esto rápido: mis amigos me llevaron a rastras a la casa y en cuanto llegamos me tiraron al suelo como si fuera un paquete de correos.

—Por lo menos podríais haber sido un poco más delicados—Los fulminé con la mirada. En ese momento Carolina y Sandra corrieron hasta la pista de baile (yo creo que huían de mí).

—¿Vamos?—David me ofreció su mano para bailar.

Me giré en dirección a la pista y vi que Jack me estaba mirando. 

Mierda, va a venir a insultarme.

 Apreté la mano de David a medida que Jack se iba acercando a nosotros.

  —¿Tú no vas a nuestro instituto, verdad?— Jack me señaló y yo me quedé en blanco sin saber qué decir. Claro que voy a tu instituto idiota pensé, pero no iba a decirlo en voz alta.—Mmm.. seguro que no. Si fueras a nuestro instituto me acordaría— me guiñó un ojo y se fue tirándome un beso al aire.

 —¿HAS OÍDO ESO?—Grité a David y éste asintió.  

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