Jealousy (Snowbaz)

Epílogo (parte 3): Baz

Les voy advirtiendo para que se preparen, es un capítulo largo.

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Ya voy a llegar cariño. Estamos en el elevador.

Presioné enviar y entré al elevador con Agatha. Estaba sonriendo, demasiado. Hace tres años nunca hubiera imaginado que algún día le diría "cariño" a Simon y ahora aquí estaba, en camino a un departamento que compartía con él. La espera definitivamente había valido la pena.

—Baz —me dijo Agatha. Voltee a verla y tenía una extraña mirada—, yo... Sólo quiero decirte que...

—¿Sí?

—Diligitis, diligitis, at cum dilectione mea...

—¿Qué estás...?

—... obliviscaris omnia amat, et animo fervido acrique.

Me comenzó a doler la cabeza. Cerré los ojos y me recargué sobre la pared. Alguién me puso las manos en los hombros y trataba de mirarme a los ojos. Supuse que era Agatha, era la única que estaba ahí pero su voz estaba deformada y por más que parpadeaba no lograba enfocar.

—Baz, Baz, ¿estás bien? —esa voz. Esa voz si la reconocía.

—¿Simon? —parpadee unas veces más y entonces logré enfocar. Ahí estaba, a pocos centímetros de mi, apoyando sus manos en mis hombros. Parecía... Confundido y, de alguna manera, triste.

—¿Simon? —dijo él—. ¿A qué te refieres? ¿Eso...? —agachó la cabeza—. ¿Eso es lo qué vez?

—¿De qué estás hablando? Y... ¿Por qué traes esa ropa? —me dió ternura. No me había dado cuenta de que traía puestos esa misma playera y jeans holgados que llevaba la primera vez que lo ví—. No puedo creer que aún te quede.

—¿De qué estás...? —se miró de arriba a abajo en el espejo y fué como si algo hubiera hecho click en su cabeza. Como si estuviera determinado a algo, como fuera—. ¡Oh! Hablas de... De esto. Sí, pensé que sería una buena idea. ¿Qué piensas?

Fué raro. Sonaba inseguro.

—Te ves tierno —dije acariciándole el cachete.

—¿Tierno? ¿Por qué?

—¿Por qué? Pues porque es la misma ropa que tenías a los once años.

—Oh... Claro —sonrió. Estaba tenso.

—Me gusta.

—¿En serio? —me miró con una mueca como si tuviera el peor gusto—. Digo, ¡obvio que te gusta! ¿No? Sí ¿Sí?

Pude ver mi reflejo en el espejo de la pared del elevador. Lo estaba mirando como si estuviera loco, y tal vez si se había vuelto loco. Tenía que llamar a Penny; no sabía que le sucedía a Simon.

Las puertas del elevador se abrieron.

—Vamos, no sé qué te pasa pero... —paré abruptamente. Este no es nuestro piso—. Este es el piso de Agatha. Simon, te equivocaste.

Traté de volver al elevador pero me tomó del brazo para detenerme.

—Espera —dijo.

—¿Qué pasa?

Me asusté cuando saltó para besarme. No me lo esperaba. Él nunca es así de... desesperado. Cuando lo besé no sentí lo que siempre siento. No sentí nada. Me separé de él y lo miré confundido.

—¿Qué sucede? —preguntó. Sonaba preocupado.

—Nada, sólo que... Nada —dije y lo volví a besar. Lo tomé de la cintura y lo pegue contra la pared.