Los monstruos también se enamoran.

|Cariño.|

|Kellin|

Los días ya había pasado y Oliver no había vuelto a casa después de esa tarde, pero aún así yo no salía de casa por si decía regresar de repente, debía encontrarme ahí, o..... me lastimaria de nuevo.
Mi madre vino a verme, se le hizo tan extraño que yo tuviera puesta una bufanda en pleno verano, pero no podía permitir que viera las mordidas y moretones que había hecho Oliver en todo mi cuerpo, incluso en lugares ya visibles como lo son mis brazos y cuello.
Pero ese día pasó algo que aún no termino de interpretar, el como vi a Gee frente a mi durante todo el acto de Oli pero aún peor que verlo fue la sonrisa sobre sus labios como si estuviera disfrutando de aquel acto, pero más que nada, lo último que hizo esa señal del poco cariño que alguna vez me tuvo por ser su mejor amigo, esa caricia que hizo que por fin durmiera, aquello que hizo, que perdiera la conciencia para ya no sentir todo el dolor que me provocaba, pero no era tanto el dolor físico si no el dolor sentimental ese dolor que sentí cuando Oliver se puso violento, ese dolor del corazón.
Al parecer el siguió a pesar de que yo ya me encontraba inconsciente, lo sé por qué para cuándo desperté había un dolor insoportable un dolor que nunca antes había tenido con Vic.