«Noche de gala en la noche del odio»

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- ¿Vas a abrir? será Bonnie. Me pidió Elena.

Confiada, pensando que sería nuestra amiga, fui a abrir, en un pequeño albornoz y mi pelo a medio hacer, abrí la puerta con una pose sexy bromeando y cuando me di cuenta de quién estaba ahí deseé que la tierra me tragase. Era Tyler, demasiado guapo para ser las 10 de un domingo, perfectamente vestido, si, es verdad que he apreciado la belleza demoniaca de Damon últimamente, pero Tyler seguía haciendo que me temblasen las rodillas. Y desde luego, no era un cabrón arrogante que va intentando besar a tu hermana alias su cuñada, ¡cerdo! Encerré a Damon en un cuarto oscuro en mi mente y me concentré en el sexy quarterback. Me miró de arriba abajo y luego habló.

- Hola, mi madre me mandó a por unas cosas para el baile de esta noche. Parecía casi nervioso, interesante.

- Claro, avisaré a Elena.

- Aún no me has dicho con quién irás.

- Bonnie, patético lo sé.

- Me guardarás un baile entonces. Y él me sonrió, una sonrisa genuina, iba a decirle algo más cuando una mano me tiró hacia atrás.

- Aquí tienes imbécil, te agradecería que no miraras a mi hermanita de esa forma cuando vas con otra al baile, porque NUNCA va a pasar.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Jeremy!!!!!! Grité

- Serviría de algo si te digo que la quiero. Lo que Jeremy no sabía es que Tyler no estaba hablando de Vickie.

- Ni aunque fuese verdad. Y le cerró la puerta en la cara. Estaba furioso cuando me miró - Te quiero lejos de este jilipollas, asique ni lo pienses.

- ¿Perdona? Tú no me mandas, y no soy tu hermanita imbécil, soy mayor que tú y hablaré con quien quiera.

- Si, ve por él, te follará y te dejará tirada, es lo que hace. Y cuando me di cuenta ya lo había abofeteado. Eso me había dolido, yo nunca lo juzgué, nunca cuestione sus sentimientos por Vickie Donovan.

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Después de un par de horas accidentadas, estábamos en el baile, yo de pareja de Bonnie. Bailando y robando champán empezaba a divertirme y a achisparme.

- Asique todos estos artilugios son de tu familia, interesante. Rió Bonnie.

- Oh si, los Gilbert, tremendamente interesantes. Sarcasmo modo on.

- Mira ahí, la lista de los fundadores, pone ¿Damon y Stefan Salvatore? Bonnie tenía un radar para las cosas que no cuadraban y eso, definitivamente, no lo hacía.

- ¡Qué raro!

- Los Salvatore originales. Damon estaba detrás nuestro, ¿cómo demonios había llegado? y mis alarmas se dispararon. Mi hermana y Stefan acudieron al rescate, agarré a Bonnie de la mano, dimos una mirada mortal a Damon y salimos de ahí golpeando su hombro.

Un par de giros y cuando me di cuenta estaba en los brazos del cabrón arrogante.

- Estás preciosa esta noche.

- No lo hagas, no intentes ser amable, no lo eres.

- ¿Perdona?

- No pareces el típico caballero, asique no finjas. Vi algo en su mirada, como si supiera algo que yo desconocía, pero que era crucial.

- ¿Por qué estás tan cabreada?

- No sé, quizás porque trataste de besar a mi hermana estando con mi mejor amiga.

- Acabo de pedir perdón por eso, y Elena me perdonó, ¿por qué tu no?

Vale, estaba sorprendida.

- Mira, entiendo lo de tus problemas, con tu hermano, por tu exnovia y todo eso, pero mi hermana no tiene la culpa, no puede estar en medio. Hay algo en ti, algo que no muestras, lo sé, solo parcialmente sincero.

- ¿Qué tengo que hacer para que confíes?

- Dejar los juegos.

- Ya, pero entonces no sería divertido, podría ser alguien más insulso y confiable, ser el héroe al que una niña se agarraría en una noche peligrosa. Había algo en su tono de voz que no pude identificar.

- ¿Qué quiere decir eso?, ves, ahí lo tienes, no eres claro.

- Ya tienes un héroe. Y miró a Tyler, que nos observaba desde la barra, no estaba contento.

- Cierto, no te necesito, asique fuera de mi camino. Iba a huir, demasiada cercanía, tenerlo tan cerca, su cuerpo, demasiado fuerte, su aroma demasiado delicioso, como a menta y colonia, una más cara que todo lo que yo llevaba puesto, pero me agarró de la cintura, un poco más cerca, y mi respiración se cortó. Me observó muy cerca, nuestros alientos mezclándose.

- Soy el primer sorprendido, pero necesito que me perdones. Su voz más baja que la vez anterior.

- ¿Por qué debería?

- Porque contigo seré sincero. Y lo parecía, me miraba directamente a los ojos, y tomó una bocanada de aire, profunda, y sus ojos se oscurecieron, demasiado, como si fuera un depredador.

- Cambio de pareja. Era Tyler, agarrándome delicadamente del brazo. Damon lo miró por un momento, y no me gustó como lo hizo, me interpuse entre los dos, solté nuestro agarre, el momento había terminado, y ahora estaba en los brazos de mi amigo.

- No me gusta Sara, te miraba como si fueras comestible.

No respondí de inmediato, solo me excusé y fui al baño. Allí estaban Caroline y Elena.

- ¿Damon se disculpó contigo? Le pregunté a mi hermana tan pronto la ví.

- Si, lo hizo. Medio sonrió.

- No es tan malo como parece, solo tiene problemas, Stefan no fue un buen hermano para él. Caroline al rescate.

- Caroline, ¿qué tienes en el cuello? Le preguntó mi hermana mientras le apartaba el pañuelo que llevaba atado al cuello y había marcas, unas muy sospechosas marcas. Hijo de puta.

Salí disparada, no esperé por la explicación, no las necesitaba, lo intercepté fuera y lo empuje con todas mis fuerzas, él solo se movió un centímetro, y su mirada era confusa. Cuando reaccioné mi hermana estaba detrás mía, cubriéndome, furiosa también.

- No sé qué es lo que pasa contigo, aléjate de Caroline o se lo contaré todo a su madre, la sheriff, ¿entiendes?, no te acerques a ella. Estaba demasiado cabreada, demasiado decepcionada, los ojos anegados en lágrimas, por primera vez de rabia. De una manera retorcida Damon me hacía sentir viva, y lo que más me aterraba, es que empezaba a gustarme esa sensación.

«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora