«Lo peor llega de noche»

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Me desperté el día 1 de noviembre sola en mi habitación por primera vez en tres años, sin Caroline y sin palomitas por todas partes. ¿Qué iba a decirle?, la planté en una de nuestras tradiciones más queridas, solo la planté, tenía que solucionarlo.

- ¿Estás despierta? Ha llamado la sheriff, tenemos que testificar, ¿sabes lo que vas a decir? Me preguntó mi hermana tan pronto puse un pie en la cocina.

- Si Elena, sino llama a Damon él me dirá que hacer. Las palabras salieron afiladas de mi boca, aún estaba resentida.

- Ei, lo siento, pero necesito que lo entiendas, que haría cualquier cosa por vosotros, por protegeros, que aunque ellos no estén hay alguien aquí que cuida de vosotros.

Vale, eso me tocó la fibra.

- Lo sé, pero no soporto mentirle, no puedo es Jer.

-Lo sé, pero es por él, quizá más adelante, cuando esté mejor, cuando pase más tiempo, podremos explicárselo.

-Vale, bien, pero no más mentiras. Promételo.

-Lo prometo.

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Cuando salí de la comisaria fui al grill, allí vería a Caroline, necesitaba una disculpa épica.

- Ei, hola, oye lo siento, no tengo excusa.

- No, no digas nada, déjame hablar. Estaba tan mosqueada, es nuestro día, lo que para otros es Navidad para nosotras es Halloween. Bueno y cuando estrenan tronos.

- En serio, lo siento, Jeremy realmente me necesitaba, te compensaré, cena y pelis esta noche.

- Claro, por cierto, yo quiero que sepas que lo entiendo, que a veces debas estar con tu familia.

- Lo sé. Cogí su mano por encima de la mesa y sonreí.

- ¿Qué queréis? ¿Especial de la casa? Nos preguntó Matt cuando llegó a nuestra mesa.

- . Respondimos a la vez. Todo volvía a la normalidad.

Alcé la vista hacia la barra y Damon estaba mirándome, alzó su copa de bourbon y sonrió. Bastardo arrogante. Fruncí el ceño y bajé la mirada.

Terminamos el desayuno y nos fuimos a casa, pasamos el resto del día juntas, con pizza y Netflix, solas ella y yo, sin vampiros.

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A la mañana siguiente me despertó el timbre, era Bonnie, venía al rescate de mi deprimida hermana.

- ¿Podemos entrar? Pregunté pero solo oímos un jadeo en respuesta, y nos metimos en cama con ella.

- ¿Qué ocurre? Bonnie estaba preocupada.

- Hemos roto, Stefan y yo. Elena estaba afectada, deprimida como meses atrás.

- Y vas a quedarte aquí para siempre, en chándal. Le contesté.

- Eso es lo que diría Caroline, empezáis a pareceros. Reprochó mi hermana.

- Vale, mirad, tengo que enseñaros algo. Bonnie y sus misterios.

Bonnie cogió el cojín de plumón de Elena y lo rompió, un poco después todas las plumas estaban volando por la habitación.

- Soy bruja chicas, bruja de verdad.

Elena y yo nos pusimos de pie y observamos, era maravilloso, como si tuviesen vida. Y Bonnie nos lo explico todo. Vampiros, brujas, empezaba a sentirme normal en un mundo fuera de lo común, y no me gustaba, no me gustaba para nada.

«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora