«La vida es una casa de cristal»

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Cuando el primer rayo de sol salió y abrí los ojos, Elena estaba mirándome, dispuesta a hablar. Me explicó lo de Vikie, su ruptura con Stefan.

- No estoy preparada para verle, necesito que vayas a preguntar qué tal está Vikie, necesitamos respuestas, saber que vamos a decir.

- De acuerdo, tranquila, lo averiguaré.

Media hora después estaba en la puerta de los Salvatore y Damon me abrió sonriendo, sabía que era yo, ¿tendría súper oído? ¿Súper olfato? Elena no entró en detalles, solo dijo, demasiado escalofriante.

- ¿Stefan está aquí? No venía en visita de cortesía, sabía quién era, o mejor lo que era.

- . Su tono era divertido, juguetón.

- ¿Dónde está?

- Se dan los buenos días, señorita tengo una misión. Me pregunto si la ironía venía con el paquete de ser un vampiro sediento de sangre.

- ¿Cómo puedes ser tan frívolo y arrogante para andar por ahí como el señor chistoso después de lo que le has hecho? ¿Es que no se arrepentía en lo absoluto? No sé por qué llegué a pensar que quizás me daría una explicación, que no quería que pensara mal de él, que quizás mi opinión le importaba.

- Y tú ¿cómo eres tan valiente y atrevida para llamarme frívolo y arrogante? De verdad te gusta el peligro ¿eh? ¡Qué coño...!

- Si quisieras matarme estaría muerta y no lo estoy. ¿Quieres jugar?, juguemos...

- Aún. Puntualizó, pero todavía tenía esa mirada divertida en los ojos, como un niño haciendo una travesura. Y lo supe, lo le temía, no más.

- No te tengo miedo, honestamente, pareces un capullo arrogante normal y corriente. No se inmutó, al contrario, parecía más divertido.

- Adelante, está arriba, con su discípula, ya sabes el camino. Y pasó a mi lado, demasiado cerca, nuestros nudillos rozándose y chispas saltando.

Stefan apareció bajando las escaleras y me recompuse.

- Stefan ¿qué vamos a hacer?, Jeremy está buscándola como el resto del pueblo. Y antes de que preguntes, está asimilándolo, estará bien.

- Va a quedarse aquí, hasta que le enseñe a controlar sus impulsos.

- Ósea que simplemente vamos a seguir mintiendo a toda la gente que conocemos.

Vikie apareció detrás de él.

- Hola Vikie, ¿cómo estás?

- Estas de coña ¿no?

Esto no me gustaba, Vikie era inestable siendo humana, no quiero pensar que hará siendo vampiro.

- Tranquila, vete al instituto, lo tengo controlado, os tendré informadas.

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Cuando llegué al instituto Caroline estaba esperándome en el aparcamiento, con una bolsa enorme de disfraces en la mano y una cara de pura felicidad. El baile de Halloween anual del instituto era una de nuestras fiestas preferidas. Care y yo siempre nos disfrazábamos, íbamos al baile un rato y luego pasábamos toda la noche despiertas viendo películas Slasher. Todo empezó hace un par de años cuando Bill Forbs dejó a la sheriff por un hombre. Cuando miré dentro de la bolsa no lo podía creer, vampira sexy ¿Enserio? Es que... no, no puede ser, Caroline no podía saberlo, me lo hubiera dicho, nosotras no teníamos secretos...hasta ahora. Levanté una ceja y ella sonrió.

«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora