«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA]

«Deseando lo imposible»

- No sé ni cómo explicarme, como decir por qué pasó lo que pasó, solo, ¿crees que me darás otra oportunidad? déjame ser tu pareja, en Miss Mystic Falls. Realmente Tyler parecía arrepentido.

- De acuerdo. Le había dado tantas oportunidades a Damon, porque si, admitámoslo, ya no le tenía en cuenta lo de Isobel. Tyler merecía al menos una oportunidad, el beneficio de la duda

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- Recuérdame porque nos presentamos a esta chorrada. Dije desganada a mi hermana mientras esperábamos nuestro turno para la entrevista del concurso.

- Por mamá, ella fue Miss Mystic.

- ¿Qué madre? Dije amargamente.

- Sara, nuestra madre fue Miranda.

- Lo sé, es solo que no me apetece nada.

- Creía que ibas con Tyler.

- Eso es lo único bueno. Sonreí.

- Será vuestra primera cita oficial.

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- Saludad al compañero, mano derecha arriba, flirtear con la mirada, mano izquierda arriba, las dos manos. Explicaba la madre de Tyler a la fila de parejas que tratábamos de aprender el baile de los fundadores.

Lo estaba pasando bien, los cuatro lo hacíamos, Elena y Stefan están encantados.

- No, no os podéis tocar, se trata de la intimidad del roce.

La madre de Tyler estaba más que encantada con que fuese su pareja.

- Bailas muy bien. Comenté, seguía el ritmo fácilmente.

- Sí, mi madre me mando a clases de baile. Contestó avergonzado.

- ¿Qué? Repliqué divertida sin poder creerlo.

- Si, desde los 12, lo que todo adolescente quiere.

- Pero mírate ahora, en fin, saber bailar es bastante seductor. Me agarró de la cintura dimos una vuelta y reímos.

- Tyler...Tu madre nos abroncará. Contesté riendo y tratando evitar la mirada de Carol Lockwood.

- No, estalló en alegría cuando le dije a regañadientes que eras mi pareja.

Elena y Bonnie estaban tensas al final del pasillo, así que seguí hacia la puerta acompañando a Tyler. Luego me uniría a ellas, si Bonnie quería espacio debíamos dárselo.

- Me voy al entrenamiento, te recojo mañana. Me dijo Tyler.

- Lo he pasado genial. Admití.

- Y yo. Me contestó con una sonrisa torcida.

- Mi vestido será rojo... había escogido un vestido rojo, rojo sangre.

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Al día siguiente Rick nos llevó hasta la fiesta, Tyler estaba en la puerta, esperándome, se movía sobre sus pies, parecía que tenía 12 años y esperaba a Santa Claus.

- Hola. Saludó tan pronto me vio.

- ¿Nervioso?

- Para nada, soy un bailarín excelente. Después podríamos...

- ¿Ponernos una ropa más cómoda y menos elegante y huir de aquí, lo más lejos que podamos de tus padres? Sugerí y él sonrió ampliamente.

- Eres genial.

- Voy a cambiarme.

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- Recuerdo cuando mamá nos hablaba de esto. Comenté nostálgica mientras Elena y yo nos preparábamos, era en estos momentos cuando más la extrañábamos.

- Si, ella lo hacía parecer tan divertido-Comentó mi hermana con un toque triste en la voz-Tendría más sentido si estuviera aquí.

- Vamos a ponernos el vestido. Le pedí, si seguíamos por ese camino acabaríamos llorando.

- Ei, largo, no puedes estar aquí. Le gritó Elena a Damon cuando apareció por la puerta de la habitación.

- Normalmente tendría una actitud diferente de lo que voy a contaros, Stefan sigue tomando sangre humana.

- ¿Qué? Dijimos a la vez.

- Si, y con el consejo en pie de guerra no es el momento.

- Él dice que está bien. Dijo mi hermana.

- Tiene una nevera llena de sangre que robó del hospital. Hará cualquier cosa, dirá cualquier cosa, no tiene intención de parar.

- Iré a buscarlo, tengo que hablar con él. Se fue dejándonos solos.

- Estás preciosa.

- Todavía no me he vestido. Dije sonriendo.

- Asique tu pareja.

- Tyler.

- Ya, lo suponía, ¿te gusta?

- Aun no te has vestido, los acompañantes esperan abajo Damon. La señora Lockwood apareció en el momento indicado y Damon se fue sin su respuesta.

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- La señorita Sara Gilbert y su acompañante Tyler Lockwood.

Estaba en lo alto de la escalera, pero Tyler no estaba abajo para esperarme, no había nadie, hasta que Damon apareció. Bajé las escaleras, despacio, mirándolo a los ojos, no pregunté por Tyler. Fuimos hasta el centro y el baile empezó

En ningún momento, ni por un segundo, dejamos de mirarnos, cada vez que su palma rozaba la mía sentía un cosquilleo, cada nervio de mi cuerpo quería dar un paso más, más cerca, tocarlo por fin. El pecho me dolía, la respiración espesa. Deseaba tocar a Damon pero sobre todo deseaba que él me tocara, quería sus manos por todas partes más de lo que nunca he deseado nada. Y cuando agarró mi cintura y mi mano me sentí... viva... esa es la palabra, como si desde que mis padres fallecieron hubiera estado nadando bajo el agua y ahora pudiera salir y respirar profundamente. Eso era lo que me hacía Damon, cada provocación, cada discusión, hacía que me sintiera vivía. ¿Eso era el amor? Sentimientos que lo arrasaban TODO. Pero había otro sentimiento, cuando nos separamos y nos miramos, era miedo, raspando bajo la superficie, sabiendo que no era el confiable de Stefan sino Damon, el incontrolable vampiro. Esa fue la primera vez que quise correr lejos de él.

- La ganadora es Caroline Forks. Anunciaron antes de que Damon apareciera a nuestro lado con malas noticias.

- Ha desaparecido, le encontraremos, coged vuestros abrigos, vámonos. Damon, Elena y yo salimos en busca de Stefan, deseando que no hubiera hecho algo irreparable.

- Stefan. Elena corrió hacia él pero Damon se puso delante, parecía un animal. Apareció Bonnie y lo calmó, pero repentinamente huyó.

- No recuerda lo que pasó. Nos explicó la sheriff. Es una suerte que la hayáis encontrado.

Cuando llegué a casa Tyler estaba sentado, sus rodillas recogidas por los brazos, esperando en el porche, un golpe bajo el ojo, como aquel día, y llorando, avancé, me senté a su lado. Fue la primera vez que me contó que su padre era un grandísimo hijo de puta.

- Ven, entremos. Le sugerí tendiéndole la mano.

- No sé, quizás debería volver.

- No, quédate conmigo Tyler. Duerme conmigo.