«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA]

«La verdad no hace ruido»

- Asique tienes pareja, el mismísimo Matt Donovan, estoy orgullosa de ti pequeño saltamontes. Felicité a Caroline, me alegraba por ellos. Elena jamás volvería con él, se merecía a alguien increíble como mi mejor amiga.

- ¿Tú no iras?

- Siii, lo estoy deseando, de sujeta velas de mi hermana o ir contigo de tercera rueda, yupiii. Creo que se me está pegando la ironía de Damon. Mierda Sara, deja de pensar en él. Pero lo cierto es que desde nuestro pequeño viaje de hace dos noches nos llevábamos mejor. Éramos una especie de amigos, creo, definir relaciones con Damon no es nada fácil.

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Elena se estaba arreglando, y yo preparando mi noche, Derek Hale y pizza, típico viernes por la noche de Sara Gilbert.

- ¿Jeremy?¿Jenna? Me pareció oír un ruido, que raro, fui a la habitación de Elena, estaba con el secador, ¿oíste eso?

- No, ¿lo qué?

- Me pareció oír la puerta.

- El reloj se está moviendo, llama a Stefan iré a mirar abajo. Cogí su teléfono y marqué, después de varios tonos Damon contestó.

- Hola, ¿en que puedo ayudarte?

- Stefan ¿dónde está?

- Fue hacía ahí a buscar a Elena.

- Ah, vale, bien, es que el reloj se volvió loco, debe ser por eso. Gracias.

- De nada...demasiado cortés.

Oí un golpe sordo, algo iba mal, cogí un bate debajo de mi cama, si Stiles Stilinski se defendía con un bate de todo ser sobrenatural en Beacon Hills yo definitivamente también, y bajé corriendo las escaleras, un hombre estaba atacando a mi hermana asique le golpeé con el bate, cuando iba a por mí Stefan se echó sobre él y este huyó. Minutos más tarde Damon había venido, todos estábamos bastante nerviosos.

- ¿Cómo ha entrado?

- Le invitamos a entrar. Musité.

- Se hizo pasar por un repartidor de pizza. Aclaró Stefan.

- Bien, punto para él ¿Dijo lo que quería?

- No, estaba ocupado intentando matarme. Bramó Elena.

- Y ¿no tienes idea de quién es? Stefan estaba preocupado, sino hubiera aparecido, o si Jeremy y Jenna aún no se hubieran ido al baile... no quería ni pensarlo.

- No, no me mires así, te dije que teníamos compañía.

- ¿Creéis que hay más de uno? Preguntó Elena.

- No lo sabemos. Contestó Damon.

- Damon, le invitaron a entrar. Dijo un preocupado Stefan.

- Lo haremos esta noche, ¿estáis listas?

- Sí, me pondré unos tacones e iré al baile de instituto con mi pijama de Snoopy. Los tres me miraron mal.

- ¿Qué tenemos que hacer? Elena preguntó

- Dejad que os llevemos al baile, veamos quien aparece. Explicó Damon.

- No, es muy peligroso. Stefan siempre será el hermano cauto, igual que Elena lo es para mí.

- Esta casa no es segura, para ninguno de sus habitantes. Aclaró Damon.