- Elena no está Stefan, ha desaparecido. ¿Qué vamos a hacer? Insistí aterrorizada por lo que le pudiera pasar a mi hermana, ni siquiera podía imaginarme perderla.
- Ana, tuvo que ser ella, quiere el grimorio para abrir la tumba. Razonó Stefan.
- Hay que encontrarla porque Damon jamás nos lo dará, no cuando es la llave para recuperar a Katherine.
- Lo sé, hablé con él y no está dispuesto a colaborar, lo conseguiré Sara, la recuperaremos. Trató de tranquilizarme.
- Yo iré a vigilar a Jeremy por si Anna se pone en contacto. Contesté antes e colgar, las manos me temblaban y tenía un vacío en el estómago. No me sentiría bien hasta que recuperara a mi melliza.
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Un par de horas después estaba en casa de Bonnie, Stefan las salvó con la ayuda de Sheila Bennet.
- Tenemos que dejar que la saque de la tumba, es la única manera. Se lo que hay que hacer. Afirme antes de salir hacia la pensión.
Cuando entre al salón él estaba de espaldas, preparándose para salir, se giró y me miró, seguía cabreado.
- Hay que cambiar la cerradura, ¿y Elena?
- Stefan la salvó.
- Mi hermano, el caballero andante.
- He convencido a Bonnie para ayudarte.
- Lo dudo.
- Oye lo siento, no quise mentirte, tuve que hacerlo, eres tan terco. Intentaba proteger a la gente que quiero igual que tú a tu manera. Y aunque te cueste creerlo estamos del mismo lado, queremos las mismas cosas.
- No me interesa.
- Si te interesa porque ayer querías nuestra ayuda.
- Una vez pase, dos veces no.
- En el viaje a Atlanta ¿por qué no me controlaste la mente? No sé si era el momento, o si estaba sobre arenas movedizas, pero esa pregunta llevaba días en mi cabeza y nuestra situación no podía empeorar.
- ¿Crees que no lo hice?
- No, podías, pero no lo hiciste. Porque hay algo entre nosotros, un acuerdo una amistad, sé que mi traición te dolió y lo siento, pero te juro que ahora te ayudaré a quitarla.
- ¿Cómo sé que puedo fiarme?
- Pregúntamelo, oblígame a decirte la verdad. Dejé el collar de verbena que mi hermana me regaló encima de la mesa.
- Ana no se va detener.
- Pues le haremos frente.
- No te obligué en Atlanta porque lo pasamos bien y quería que fuera real. Confiare en ti, no hagas que me arrepienta. Saber que volvía a confiar en mí, solo en mí, me hizo sentir afortunada. No lo decepcionaría esta vez.
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Cuando pasamos por el bosque Tyler y Caroline nos interceptan.
- Sara has venido, ¿por qué no tomas algo conmigo y con Tyler? Enfatizó demasiado su nombre, y me guiñó un ojo, pero no era el momento. Damon apretó mi brazo y les puso su típica mirada mortal.
- En otro momento.
- Vamos, así podemos conocer más a tu amigo. Insistió Tyler, la manera en la que enfatizó amigo no me gustó.
- Mejor que no nos conozcamos, nosotros vamos para allá. Respondió duramente Damon.
- Lo siento chicos. Obedecí, no era momento de jugar con Damon.
- Hermano, Elena, brujas. Damon saludó cuando llegamos a la vieja Iglesia.
Bonnie y su abuela empezaron a romper el sello, abrir la iglesia.
- Admítelo, estás deseando librarte de mí. Me encaró.
- Estoy deseando librarme de ti. Pero me parecía que ninguno de los dos era del todo sincero.
- ¿Estás lista? No voy a entrar yo solo para que podáis encerarme.
- No lo permitiré, hundiré estas paredes. Sheila Bennet no jugaba, daba bastante miedo.
- Ya basta, necesita una garantía, de que no lo dejarías dentro, lo entiendo. Prometí ayudarle y eso iba a hacer.
Dentro de la iglesia estaba aterrorizada, sentía a los vampiros, olerme, despertarse de su letargo. Al girar una esquina perdí a Damon, y los vi, a todos los vampiros, disecados, y a Ana...
- Está claro que esto te gusta, gritas y pataleas pero siempre acabas volviendo. Supongo que Ana no estaba del todo equivocada- Tu cuñado hizo esto.
- Su padre lo hizo. Le respondí.
- Y Jonathan Gilbert, juré hace tiempo que un Gilbert le devolvería la vida. Me agarró y me tiró sobre su madre, empecé a gritar. Y unos minutos después Stefan y Elena estaban ayudándome.
- Iros, yo iré enseguida. Nos pidió Stefan.
- Chicas, ¿Stefan? Preguntó Bonnie cuando salimos de la tumba.
- ¿Qué le pasa? Le contestó preocupada mi melliza.
- El hechizo sigue en pie. Explicó nuestra amiga.
- No podemos dejarle ahí, ni a Damon se lo prometimos. Protesté, no quería fallarle.
Ana y su madre salieron pero no había ni rastro de los Salvatore y de Katherine.
- Stefan date prisa, gritó Elena. No salían y era mi culpa asique entré corriendo.
- Damon, por favor. Le supliqué, sujetándolo de la mano tratando de arrastrarlo a la salida, me siguió en silencio.
Cuando por fin estábamos fuera, la expresión de Damon, su postura, estaba destrozado, no sabía que hacer o decir para reconfortarlo. Katherine no estaba en la tumba, jamás lo había buscado en todos estos años, Stefan y Damon habían muerto para nada. Dolía, dolía verlo así, me acerqué y lo abracé lo más fuerte que pude - Lo siento- me sujetó a él y hundió su cabeza en mi cuello, permanecimos así varios minutos, yo sosteniéndolo, el aguantando.
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«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA]
FanfictionSara Gilbert creyó que cuando sus padres fallecieron en un accidente de coche su vida había terminado, pero esa noche sólo había sido el comienzo...