«El corazón siempre te hace volver»

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Cuando traté de abrir los ojos la luz me cegó, y la cabeza me estalló. Maldito tequila, maldita chica de la toalla, malditos todos. Me tapé la cabeza con la almohada y sentí mucho calor, ¿que llevaba puesto? Una chaqueta, de hombre, y boom, los recuerdos aparecieron. Tyler me había traído a casa. Me puse de pie como un rayo y a bailar frenéticamente por mi habitación, mala idea cuando tu estómago aún no ha digerido el tequila de anoche, fui disparada al baño y vomité absolutamente todo.

- ¿Café? Elena ya estaba levantada.

- En jarra.

- ¿Te duele la cabeza?

- Sí, me revienta. No volveré a beber, lo juro. Mentira.

- Ya, voy a ver a Stefan estoy preocupada de qué le pueda hacer a Damon.

- ¿Qué?

- Es cierto, no lo sabes, ayer Damon mató a Lexie.

- Que, no, no, tuvo que, ¿por qué?

- Porque es Damon Sara.

No lo entendía, cuando los vi hablar casi parecían amigos, lo más cercano a la amistad que Damon podía conseguir. Su lista de cagadas empezaba a ser demasiado larga, debería mantenerme alejada, pero eso me parecía algo bastante difícil, es como si estuviera en cada esquina, siempre en mi cabeza. Era complicado, un rompecabezas que quería resolver.

Una semana después llena de accidentes, sí, Damon la había vuelto a cagar, ¿ataca a Bonnie? Y todo por ese vampiro, Katherine. Por eso había vuelto, por ella, quería rescatarla de una especie de tumba milenaria. Asique la quería de verdad, el grande y malo vampiro arrogante tenía su corazoncito. Debería alegrarme, no era tan malo al final, pero cuando Elena me lo dijo se me retorcieron las tripas. Supongo que tiene sentido, el corazón siempre te hace volver.

Jenna tampoco pasó una semana tranquila, con Logan, su exnovio, de rompecorazones reportero a vampiro chupasangre. Acabó muy mal, nadie se mete con el vampiro psicópata de Mystic Falls. Mientras Jeremy estaba cada vez mejor, dibujando, haciendo trabajos y leyendo diarios familiares, yo empecé a trabajar en el grill. No necesitábamos el dinero, esa era la verdad, pero me pareció un paso al frente, para dejar de ser la pequeña Gilbert y ser Sara, una jovencita responsable. Caroline se las pasaba tomando café para "hacerme compañía" traducción, espiar a Matt sin parecer una stalker psicótica. Pero lo mejor pasó el jueves por la noche, eran ya casi las 7, iba a cerrar y estaba en la barra cuando oí arrastrase un taburete. Honestamente pensé que sería Damon, no se había dejado ver desde la debacle con Bonnie en el bosque, pero cuando alcé la cabeza Tyler estaba ahí sonriéndome y adivinad, iba perfecto.

- Hola, este sitio ha mejorado mucho. Aunque ahora ya no iré a estudiar contigo. Estas horas eran para nosotros. Protestó de manera adorable. De hecho, aunque los seis nos habíamos criado juntos, los únicos amigos cercanos que tenía Ty éramos Matt y yo, por lo que podía ser muy protector a veces.

- La única que estudiaba era yo. Eso Sara, hazte la interesante.

- Era lo mejor de mi semana.

- Puedes verme trabajar en vez de verme estudiar. Bromeé.

- Ya, yo y todos los babosos de Mystic Falls. Y borrachos, no olvides los borrachos. Refunfuñó, estaba molesto ¿qué demonios le pasaba?

- ¿Te molesta que trabaje aquí? Pregunté, sin entender muy bien que estaba ocurriendo.

- Antes podía huir a junto tuya ahora tendré que quedarme. Protestó mirando como su padre tonteaba descaradamente con una jovencita.

- No tienes por qué, nadie te lo ha pedido. No eres mi guardián y yo no soy una maldita cría, cuanto antes os deis cuenta todos mejor. Estaba harta, siempre todos pendientes de Sara como si fuera de cristal.

- No quería decir eso.

- Lo has dicho, además te pasas la mayor parte del tiempo aquí con tus zorras o es que Vickie puede trabajar aquí y yo no.

- Tú no eres como Vickie ni como nadie que haya conocido Sara.

- Pues a lo mejor quiero serlo, a lo mejor quiero ser una completa zorra.

-No lo dices en serio.

- Un bourbon. Justo tenía que aparecer en este momento.

- Estamos hablando. Contestó Tyler encarándolo.

- Ella está trabajando y yo soy un cliente, tengo prioridad, ¿verdad Sara? Contestó Damon, disfrutando la situación. Pero sus palabras destilaban dobles intenciones.

- Hablamos después. Le dije a Tyler.

- Te esperaré y te llevaré a casa. Afirmó Ty para nada contento de que le diese la razón a Damon.

- No es necesario. Yo la llevaré. Dijo Damon, estaban empezando a cansarme.

- Eso tendrá que decirlo ella, ¿Sara quien quieres que te lleve? Preguntó Tyler mirándome fijamente.

- Tengo mi coche en la esquina así que podéis tranquilizaros. Respondí cabreada y seguí sirviendo a los clientes tratando de ignorarlos.

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- Tyler, ¿qué haces? Deja de mirarles, pareces un loco, solo lo está atendiendo. Relájate. Matt increpó a Tyler cuando se sentó en una mesa alejada de la barra donde Damon y Sara conversaban.

- Esos dos creen que pueden venir y quitárnoslo todo.

- Sara no es de tu propiedad, aunque sea la única persona que te quiere a parte de mi.

- Solo trato de ser su amigo. De protegerla.

- He visto como la miras Tyler, no quieres amistad, te estás colando y no va a salir bien.

- Ya, porque soy un cabrón y no sé tener relaciones.

- No yo no... Matt balbuceó, no quería ser tan duro con su mejor amigo.

- Que te den Matt. Tyler salió del Grill furioso con Matt por meterse donde no le llamaban, con Damon y sobre todo con él mismo, porque Matt tenía razón, empezaba a no tener control sobre lo que sentía por Sara y si de algo estaba seguro es que él no la merecía, pero Damon Salvatore tampoco.

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Esa noche, Sara cogió el coche de Elena para ir a casa después del trabajo cuando el móvil sonó.

- Sara, ¿has visto el mensaje? Le preguntó una Elena muy alterada.

- ¿Qué mensaje? Elena ¿qué pasa? pareces nerviosa.

- Mira la foto, la de Katherine, Sara, somos idénticas.

Sara miró la foto, tenía la fecha en la esquina, y no se parecía a Elena era idéntica, se le cortó la respiración, cuando se dio cuenta había envestido a alguien, y su coche se había salido de la carretera. Miró a esa persona, ¿la había matado? Pero de repente se levantó y caminó hacia ella, nunca en su vida había estado tan asustada, solo gritó con todas sus fuerzas.

«Veritatem Revelatam» Damon Salvatore [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora