Capítulo 2

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''Las cosas ocurren por alguna razón, pero puede que ahora mismo no sepas porque''

Con esa notificación empezó todo, al día siguiente entre en el perfil de Max, me entró la curiosidad de saber quién me había aceptado, tenía trece años, al ver esto me reí de mis pensamientos sobre algún pedófilo o violador, además era de la misma ciudad que yo, pero vivía un poco lejos, era mono, supongo, no, si, no sé, últimamente estaba dudando sobre mí mismo, yo sé que me gustaba, siempre me han gustado las chicas, pero me había surgido la pregunta de porque los chicos no me podían gustar también, digo, quien dictaría la estúpida regla de que los chicos tienen que estar con chicas o viceversa, ¿por qué no podían estar las chicas con chicas?, o ¿los chicos con chicos?, no sé, era todo muy confuso, pero la cuestión es que Max, me parecía mono, incluso guapo, no sé si tenía los ojos verdes, no se le veía bien en las fotos que tenía subidas en su perfil.

De repente un sonido me asusto, era el sonido del chat, debería saltar cuando alguien se conectaba para avisarte, cuando vi quien era me puse nervioso, Max se había conectado, ¿y si me hablaba?, ¿y si me decía que por que le había agregado sin ni si quiera conocerle?, así que me dispuse a hablarle yo primero, empecé a escribir una disculpa por haberle agregado sin saber ni si quiera quien es, pero lo borre, no quería que pensara que era un rarito por decirle eso la primera vez, así que volví a escribir una presentación sobre mí, pero pare, ¿una presentación?, ¿estaba hablando en serio?, lo borre también, así que me decante por lo más clásico, igual nos podíamos llevar bien y todo.

—Hola—le puse junto con un emoticono sonriendo.

En ese instante saltó una notificación del chat, mi corazón dió un vuelco, me puse más nervioso que antes, ¿y si le caía mal?, ¿y si me caía mal?, ¿y si nos caímos mal?, pero cuando vi quien era, me lleve un pequeña decepción, era Sarah, la amiga de la que Emma me había estado hablando ayer.

—Hola Alec—me había escrito junto con otro emoticono sonriendo.

—Hola, encantado— dije un poco más relajado.

—Igualmente.

Estuve hablando con Sarah gran parte de aquella tarde, para cuando me iba dormir ya nos habíamos caído muy bien, y además era muy guapa, pero eso sí, hablaba muchísimo, demasiado diría yo, me despedí de ella unas siete veces antes de ir a lavarme los dientes, cuando volví a mi habitación, volví a escuchar el sonido del chat, ese sonido horrible de que había un mensaje sin leer.

—Que pesada— suspiré.

Me senté en la silla delante del ordenador dispuesto a apagarlo sin ni siquiera mirar el mensaje, pero aun así lo hice, cuando vi quien me había escrito, el corazón me dio otro vuelco, era Max, me había respondido.

—Hey.

—¡Hola!

—¿Qué tal?

—Bien ¿y tú?

—Bien

Pasamos meses hablando casi siempre con la misma conversación, esas conversaciones de entrada, las odio, pero por lo menos cada día sabíamos más él uno del otro, era bastante majo y tenía un sentido del humor un poco raro, pero gracioso al fin y al cabo.

Cuando llego el verano apenas hablábamos, ya que me pasaba casi todos los días estudiando en mi casa, era un tercero y estaba en el primer año del instituto, aunque iba a pasar a segundo porque había repetido primero, pero había suspendido cuatro asignaturas, y mis padres se empeñaron en hacerme estudiar todo el verano para que pasara a segundo sin ninguna suspensa. Llevaba todo julio estudiando y gran parte de agosto, bueno, estudiando, intentándolo, no me concentraba, y apenas me había enterado de algo de las cuatro asignaturas que me estaba estudiando, estaba muy estresado, hace unas semanas me dio un ataque de ansiedad, no podía respirar y discutir con mi padre casi todos los días, no ayudaba la verdad.

You ( Gay )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora