Capítulo 1

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''A veces cometer un error puede ser bueno, pero no deja de ser un error''

La vida da demasiadas vueltas, ¿no creéis?, a veces algunas de esas vueltas te pueden hacer daño.

Paré de reflexionar, expulsé el humo del cigarrillo en un suspiro creando una pequeña neblina delante de mis ojos que duró apenas segundos, pero mantuve la mirada fija en el asfalto, frío, mojado y oscuro, como el tiempo que hacia ese día.

Los coches pasaban y pasaban delante de mí, golpeando algunos pequeños charcos formados en la carretera, por suerte, el banco en el que estaba sentado no estaba mojado, pero si frío. Di otra calada al cigarrillo, y con el rabillo del ojo observé que el señor que estaba sentado en el otro extremo del banco empezó a tirar migas de pan delante de él, aunque apenas habían palomas que se comían aquellos diminutos trozos de pan.

Entonces gire mi vista hacia mi derecha y los vi, ahí estaban, al otro lado de la calle, esperando a que el semáforo se pusiera en verde para cruzar. Intenté encontrar a Max con la mirada, pero no lo vi. Cuando el semáforo se puso en verde, todos empezaron a cruzar el paso de cebra, mientras mis amigos se acercaban di otra calada al cigarrillo que tenía en la mano, y de repente, lo vi, ahí estaba, detrás de Chris, me puse nervioso, no sabía si haberle invitado había sido una buena idea, cuando le mire, le note algo inquieto, quizás nervioso como yo.

Os estaréis preguntando quien es Max y quien soy yo, han pasado tantas cosas y aun así recuerdo como comenzó todo, yo soy Alec y esta es mi historia.

Más o menos tres años antes...

— Sí, ya estoy—dije con el teléfono de casa entre el hombro y el oído mientras tecleaba el nombre en el buscador.

— Genial, regístrate, rápido.

Ahí estaba yo, con catorce años, registrándome en una nueva red social que estaba muy de moda, la del otro lado del teléfono es Emma, una amiga de mi clase que es algo inquieta cuando quiere.

— ¿Ya?

— Aún no, estoy poniendo mis datos.

— Que lento eres de verdad.

— Algunos no somos tan hiperactivos como tú.

— ¡Yo no soy hiperactiva!

— No... Para nada.

— ¿Ironía?

— No...

— Alec, te la estás jugando, ¿a qué te cuelgo?

Me encanta picarla, Emma se pica por todo, para que lo sepáis.

Cogí el teléfono con la mano derecha y estire el cuello que ya me estaba doliendo. Después le di a intro con la mano que tenía libre, y listo, ya tenía mi perfil en U.N.I., me hacía gracia ese nombre, parecía como si fuese un perfil en alguna universidad o como algún plato de restaurante chino.

— Ya está.

— ¿Ya te lo has creado?

— Sí, pesada —suspiré.

— ¿Y qué le ha pasado?

— ¿Qué?

— Perdona, es que estoy hablando con mi primo, espera. Alec, pon mi código y agrégame.

— Está bien.

Mientras Emma me decía su código, si, un código, en esta red social se agrega por códigos, que son unos siete números, ya sé que estaréis pensando, ¿por qué no puede haber un botón para enviar una solicitud de amistad no?, sí, yo también lo pienso.

You ( Gay )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora