Capítulo 8

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''Temía tanto que pasara todo esto...''

Abrí los ojos en la oscuridad de mi habitación, un sudor frio se extendía por mi pecho y cara, mi respiración se había acelerado, tener pesadillas era nuevo, y menos con personas a las que creo que les importo, me calme un poco, fui a la cocina a por un vaso de agua, me quede de pie frente a la encimera, con la luz de la cocina iluminándolo todo, ¿Max?, ¿por qué ahora soñaba con él?, no lo comprendía, si nunca le había visto en persona, ¿Lara y mi hermana también?, me sentía mal por lo que dijeron en mi pesadilla, a veces las palabras duelen hasta un punto que te derrumbas, deje de pensar en eso, me termine el agua y me fui a mi habitación a terminar de dormir.

Pasó el fin de semana bastante rápido, estaba nervioso por las notas, me las entregaban el lunes, y digamos que los dos exámenes que me faltaban por hacer...Bueno, sin comentarios, como ya había terminado los exámenes, mis padres me dejaron tener el sábado y el domingo para mí solo, ya era hora, así que decidí quedar con Dylan, pero no podía, se había ido a su pueblo lo que quedaban de vacaciones, así que llame a Lara y concretamos un sitio y una hora. Ese día, antes de salir, me pare delante del espejo de mi habitación, llevaba puesto una camiseta de color gris y unas bermudas de un color azul marino, con una zapatillas deportivas, solté un suspiro, estaba nervioso, ¿Lara me gustaba de verdad? creo que sí, no lo sé, pero la cuestión es que me sentía atraído hacia ella, deje de pensar en eso porque me hubiera puesto más nervioso, así que fui a echarme perfume, mi hermana por esforzarme tanto ese verano, me había comprado un perfume que le pedí, el de One Million, me encantaba ese perfume, aunque me sentía un poco mal, no me había esforzado por completo, pero bueno, si todo salía bien nadie se daría cuenta.

Cuando salí de casa me encendí un cigarrillo para el camino, hacia demasiado calor, aunque me guste mucho el verano, eso ya era demasiado, esperaba no sudar caminando, no me gustaba sudar, me daba asco para ser honestos. Cuando llegue al sitio donde habíamos quedado Lara y yo, la vi, estaba sentada en un borde del edificio de detrás de la parada del autobús, miraba hacia su derecha, estaba guapísima, con su pelo castaño de un dorado brillante tan liso que le llegaba por debajo de sus pechos, tenía unos bonitos pechos, bonitos y grandes pechos, si, su cara de niña buena, tan limpia, parecía tan suave, sus manos tan delicadas, tan pequeñas, me encantaba, si, lo tenía claro, así que empecé andar más rápido, cruce la calle y cuando giró su cabeza me miro con una sonrisa, joder, su puta sonrisa enamora, pensé. Cuando me acerque a ella me fije que en su camisa de color blanca sin mangas, descansaba un colgante en forma de media luna, le quedaba muy bien, junto con su short vaquero y sus deportivas negras.

—Hola. —me dijo con un tono suave y dulce, mientras caminaba hacia mí para darme un abrazo.

—Buenas—le respondí yo dándole un beso en la mejilla mientras la abrazaba de la cintura, olía tan bien, parecía tan delicada, que si de mi hubiera dependido, ese abrazado nunca hubiese terminado.

—Bueno...¿A dónde vamos?

—¿Vamos al centro de la ciudad a dar una vuelta?

—Vale. —me respondió con una sonrisa.

Cogimos el metro y nos fuimos al centro de la ciudad, estaba nervioso, no sabía que decir, y ya habíamos tenidos esos silencios incomodos que no me gustan nada, nos mirábamos de vez en cuando, en ese momento caí en que era la primera vez que quedaba solo con Lara, siempre habíamos quedado con otras personas más, o sea que al pensar eso me puse más nervioso de lo que ya estaba, miraba a todos los lados, y en alguna que otra ocasión nuestras miradas se cruzaban, y yo le respondía una pequeña sonrisa que se me escapaba involuntariamente.

Salimos por la boca de metro de la gran plaza de la ciudad en la que estábamos, su salida de metro me gustaba, parecía como una cúpula ovalada de cristales en forma de rombo. Y como de costumbre, la plaza estaba llena de gente, con niños corriendo, personas disfrazadas de personajes como Mickey Mouse o Bob Esponja dando vueltas por ahí mientras pedían dinero, una gran fuente circulas estaba en el centro de la plaza, y gente sentada alrededor, bueno, había poca gente ya que era plena tarde y el sol estaba en todo su esplendor.

You ( Gay )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora