Capítulo 4

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''Llega un momento en el que te hartas de ser tú''

Me desperté al día siguiente por la vibración del móvil, la luz de la pantalla iluminaba mi habitación cada pocos segundos, era hora de ir a clase y no tenía ganas de nada, solo de dormir y dormir durante horas, ya que la noche anterior me quede hasta tarde hablando con Max. Joder, Max, mi...¿novio?, era todo tan raro, no sabía si sentirme emocionado o asustado, todo esto de tener novio me ponía de los nervios, aunque fuese yo el que le pidió salir, pero en ese momento era lo que quería hacer, y lo hice, así de simple. Apague la alarma y desbloquee el móvil, vi en la barra de notificaciones un mensaje de Max.

—Buenos días enano.—me había escrito con un emoticono al lado.

Al ver esto sonreí, era agradable tener a alguien que te diera los buenos días.

—Bueno día grandullón.

Me resultaba un poco gracioso, en edad yo era el mayor, aunque sea solo por nueve meses, ya que él tenía 14 y yo 15, pero creo que él era más alto que yo, bueno, eso me daba igual, me gustaba que fuese más alto que yo, creo.

Lara me esperaba en las escaleras de la entrada del instituto sentada, como hacia hace un par de meses, nos habíamos vuelto muy amigos la verdad, era muy simpática y su sonrisa, enamora sin más.

—¡Buen día!—me saludo poniéndose de pie.

—Buenas—respondí sonriendo.

—¿Y esa sonrisita? —me dijo con una sonrisa pícara—, ¿a qué se debe? ¿eh? —me empezó apuñalarme con su dedo por las costillas.

—¿A qué te refieres? —dije riéndome.

—Vamos Alec, te conozco desde hace poco, pero esa sonrisa la conozco muy bien, a ti te gusta alguien—decía mientras nos poníamos en marcha hacia clase.

—¿Que dices? —me reí-Es mi cara de siempre—dije apartando la mirada, intentando no sonreír, ¿tanto se me notaba?

—Bueno, bueno...Yo no me creo eso— rio mientras entrabamos en clase.

La mañana transcurrió lenta, solo quería llegar a casa y hablar con Max, sentirme cerca de él por mensajes, hubiera hablado con él en clase, pero él no tenía internet en móvil, luego me calmaba con esa emoción que crecía en mí, quería verle, quería tocarle, quería besarle, pero a la vez todo esto me daba miedo, Max me gustaba, y muchísimo, eso lo tenía muy claro.

Cuando llegue a casa no había nadie, así que me puse a ver la tele un par de horas, hasta que fueron sobre las seis de la tarde, y como no, volví a pensar en el miedo que tenía por ser el novio de Max, no sé si había hecho lo correcto en pedirle salir, deje de pensar en todo eso y salí a la terraza a fumarme un cigarrillo, lo encendí y me relaje, escuche que la puerta de casa se abrió, pensé que era mi hermana, ya que mis padres no llegaban hasta la noche, pero me equivoque.

—¡Pero que cojones haces tú con eso en la boca! —escuche gritar a mi padre desde el salón, me quede petrificado al ver su cara de furia, de enfado, de ira. Vi como venía directo hacia mí, abrió la puerta de la terraza y con la palma de la mano me golpeo la cara haciéndome tirar lo que quedaba de cigarrillo, no me podía creer que él estuviera en casa tan pronto—, ¿te crees mayor por fumar? ¡¿eh?! ¡¿ES ESO?! —decía alzando cada vez más su tono de voz.

—No... —dije agachando la cabeza y dejando que lagrimas empezaran a inundar mis ojos, odiaba a mi padre, siempre que venía de trabajar enfadado lo pagaba conmigo o con mi hermana, y el haberme visto fumar le había servido de excusa perfecta para ello.

You ( Gay )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora