capítulo 39: ¡¡ESTÁ MUERTA!!

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Reaccioné en ese instante, debo ser fuerte, por Beth, limpié mis lágrimas y llamé a Peter, después a Andrew, a Alex, y por último a Sam y a Andrea, ellas necesitaban saber sobre su amiga, justo cuando colgué la llamada con Andrea vi a Connor caminar desesperadamente, con una mochila.

–Connor...–dije, me levanté y el me miró, abrió sus brazos y lo abracé.

Los abrazos de Connor siempre tranquilizaban era como si te dieran tranquilidad, cuando deshicimos el abrazo se quitó la mochila y me la entregó, abrí y era ropa, le agradecí y le dije que los chicos vendrían en cualquier momento, que yo me iría a cambiar al baño y volvería en seguida, caminé hacia el baño pero en el pasillo había un chico, de mi edad quizás, en el suelo, de rodillas y cubriendo su rostro, estaba llorando, una enfermera le decía que se calme...

–Joven por favor cálmese, lo sentimos mucho pero hicimos lo que pudimos–le decía la enfermera.

–¡¿Como quiere que me calme?!–gritaba–¡mi novia murió!

–Ella perdió mucha sangre...–intentaba explicar la enfermera.

–¡¡No pudieron salvarla!! ¡¡Por eso esta muerta!! ¡¿Que parte no entiende?! ¡¡ESTÁ MUERTA!!

–Joven intente no gritar, hay pacientes que...

–¡Me vale una mierda los pacientes, yo quiero a mi novia!

Salí de ese pasillo lo mas rápido posible y me encerré en el baño, Apoyé mi espalda en la puerta y lentamente descendí hasta quedar sentado en el suelo, tenía miedo de que aquel chico que lloraba y gritaba desesperado por su novia...fuera yo, no sé que le hicieron a Beth, por eso estoy tan nervioso.

Decidí calmarme un poco alejando esos pensamientos de mi cabeza, me levanté del suelo y comencé a cambiarme por la ropa que me había traído Connor, cuando estuve listo acomodé mi cabello y salí del baño, cuando volví a pasar por el pasillo donde estaba aquel chico llorando, me dí cuenta de que no estaba, llegué hasta donde estaba Connor y vi a todos ahí, incluyendo a Sam y Andrea, los chicos cuando me vieron se levantaron y me miraron, pero las chicas se levantaron y me abrazaron.

–¿Que le pasó a Beth?–dijo Sam.

–¿Como esta?–preguntó Andrea.

–Aún no se nada de su estado...–dije triste–gracias Connor, lo iré a dejar en tu auto...

–No déjame llevarlo...–dijo Connor, pero lo interrumpí.

–No...déjame llevarlo, así me despejo un poco de los malos pensamientos–dije intentando sonreír.

–Bueno...aquí está la llave.

Me entregó la llave y yo caminé hacia la salida del hospital, pero me arrepentí por que ahí estaba el chico de antes, corriendo hacia la camilla que sacaban, caminé lentamente detrás de ellos, miré inconscientemente hacia la camilla aunque creo que no debí hacerlo por que había una chica con los mismos rasgos de Beth, la única diferencia era que ella tenía marcas en todo el rostro, eran cortadas, el chico lloraba desconsoladamente mientras tomaba la mano de su novia.

Caminé más rápido hacia el auto de Connor, dejé la mochila en el asiento de atrás, cerré nuevamente el auto y volví al hospital, esta vez decidí ya no mirar por que sabía que lloraría o haría algo peor, volví con los chicos y me senté, le devolví la llave a Connor, él solo me miró y guardó su llave.

–¿Familiares de Beth Floyd?–dijo un doctor saliendo de la sala donde estaba Supuestamente Beth.

–Nosotros–dijimos todos al mismo tiempo y levantándonos.

–Ella...perdió mucha sangre, la herida era profunda, hicimos lo que pudimos pero...–soltó un suspiro–lo siento mucho...ella...falleció–esto tiene que ser broma.

–¿Que?–dije confundido–¿es broma cierto?

–No, claro que no, nunca jugaríamos con la vida de alguien de esa manera–dijo serio el doctor.

–No...–mis piernas comenzaron a fallarme–mi Beth no puede estar muerta...¡ella no!–grité.

–Por favor no grite...–decía el doctor.

–Ella...no puedo estar sin ella...

Salí del hospital y abrí el auto de Connor, saqué la mochila y tomé lo que estaba oculto entre mi ropa, era un arma, le quité el seguro y apunté a mi cabeza...

–¡¡DYLAN!!–escuché a Peter.

–¿Que estas haciendo?–ese era Alex.

–Dylan baja el arma–habló Andrew.

–Dylan, reacciona por favor–pidió Connor.

–No puedo estar sin ella, lo siento chicos, adiós–dije para después jalar del gatillo.

Salté en mi sitio y abrí rápidamente los ojos, tenía sudor en mi frente, al igual que mis manos, todo era un sueño...un sueño que espero no se haga realidad, miré a mi alrededor y noté que todos estaban dormidos, refregué mi rostro limpiando una suciedad imaginaria, me acomodé en mí lugar mirando al techo. Estuve así por un rato hasta que me aburrí, me levanté con cuidado de no despertar a nadie, fui a la cafetería del hospital y me serví café, cuando volví a la sala de espera vi a un doctor en la puerta, corrí hacia él.

–Disculpe...–dije–¿esta buscando a alguien?

–Sí, a los familiares de Beth Floyd.

–Soy yo. Soy su novio, sus padres y hermano no pudieron venir–mentí, ellos no sabían nada.

–Bueno, ella ya se encuentra estable, la herida no era profunda por lo cual ya se encuentra en buen estado, me pidió que buscara a su novio, ¿usted es Dylan Grier?

–Sí, soy yo–dije con una sonrisa.

–Muy bien, pasé por favor–dijo mientras volvía a entrar a la sala.

-Ok...–el comenzó a caminar, le di un golpe a Connor haciendo que reaccione ese instante–Hey, dicen que Beth esta bien, yo saldré y explico todo, solo diles que esta bien, por favor.

No esperé respuesta alguna y fui directamente con el doctor, abrió la puerta de una habitación.

–Ahí esta ella, está despierta pero intente no hacerla reír o hablar mucho, su herida es en el abdomen así que si se mueve su abdomen corre el riesgo de que se abra, incluso internamente–advirtió el doctor.

–De acuerdo, gracias–dije y entré a la habitación–mi amor...–tenía los ojos cristalizados.

Ella solo me sonrió, tenía suero conectado a su brazo, oxígeno artificial pero aún así se veía tan hermosa con esa simple sonrisa, me acerqué a ella, tomé su mano y la besé delicadamente. Sentía un nudo en mi garganta al sentir sus labios fríos y resecos.

ASESINA ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora