Un hogar

Destinos

Puede tensarse, alargarse, pero siempre estará unido jamás podrá romperse ya que el destino se encargó en unirlos para siempre y en cada vida. Así es el hilo del destino. Pero será verdad que se puede encontrar a tu alma gemela.

Una sonrisa marcaba su cara en ese momento, Kagami Taiga podía ser una persona totalmente dulce si se lo proponía, él poco a poco se había ido metiendo bajo su piel era un gran amigo y podía ser un feroz tigre protegiendo aquello que le importa. Ahora sabía que también tenía cicatrices y unas muy profundas, él había sido herido profundamente, pero estaba de pie y dándole una mano para que se levantara. Su bebé ahora era un angelito que lo acompañaba en cada minuto del día y Taiga era alguien que le estaba diciendo que no lo olvidará pero que se levantará aunque la herida doliera y sangrara todavía, tenía que vivir por el amor a su bebé para recordarlo y amarlo aunque no esté con él. Tomó la cámara de la caja y la encendió, ella se encontraba lista para ser usada, pero dentro de la caja venían todos los objetos que un camarógrafo profesional necesitaba, quien iba pensar que kagamicchi le haría un regalo así sin saber que el era modelo, y que le encantaba la fotografía, pero siempre pensó que tal vez no era para él, ahora tenía la oportunidad de ver si podía hacerlo y ver la vida de otra manera. Escucho la puerta del departamento abrirse antes de salir a ver quien había llegado. decidió tomar la primera foto y que más que del regalo que le habían dado aunque fuera solo de las piezas y la caja donde ella había sido entregada, acomodo la carta abierta sobre la caja y disparó. Su sonrisa se agrandó al ver la imagen, no era perfecta pero era perfecta para él. Camino con la cámara en mano hacia la sala y vio a Taiga quitarse la chaqueta que llevaba, y sin querer su dedo presionó el disparador captando la foto, el sonido alertó al moreno que dirigió su mirada sorprendida al rubio, Kise se congeló sorprendido también. Ninguno de los dos habló, solo se quedaron viendo entre sí, el tiempo decidió parar para ellos, y el destino se coló en la estancia haciendo que el hilo se acortará para que ambos quisieran estar más cerca. El momento congelado volvió a su ruta acordada ambos hablaron a la vez.

-   Kagamicchi.

-Kise.

Una risa salió de ambos por la abrupta interrupción de ambos. Kagami se detuvo al escuchar la risa del rubio, era la primera vez que la escuchaba y era hermosa. Lo miró asombrado por lo bello que se veía, estaba rodeado de luz, como si el sol por fin hubiera empezado a brillar. Kise lo miró su risa paro, y una tímida sonrisa fue dada al moreno. Sin querer, una palabra salió de su boca.

-   Hermoso.

Kise se ruborizó por lo dicho por el moreno. Kagami sacudió su pelo nervioso estaba pensando lo hermoso que era Kise que la palabra salió de sí sin querer. 

- Gracias. - agradeció el rubio.-   Por la cámara y por eso.- sonrió.-   Es extraño que me vean hermoso, ya que no me cuido desde hace un tiempo.- dijo tímido.

-   Lo eres.- afirmó el moreno dirigiendo su mirada lejos de rubio.-    No lo dudes nunca.

- Kagamicchi. Gracias también por compartir conmigo una parte de tu pasado.- le agradeció totalmente serio.  Se acercó al moreno y tomó una de sus manos. - Gracias por tenderme una mano para poder levantarme. Gracias por darme la oportunidad de ver la vida más de cerca. - Su lado efusivo salió a la luz jalando al más alto a un abrazó.

Kagami se quedo tieso por el abrazo sorpresa del rubio. Kise lo soltó, su sonrisa tímida estaba de regresó. Kagami sin pensar más realizó la pregunta que quería formular desde que salió del departamento.

- Kise, este...- tartamudeó si poder hacer la pregunta.- Este..- sacudió de nuevo su pelo alborotándolo.-   Me acompañarías a un viaje de campo mañana ?-preguntó con nerviosismo.