Entramos al que sería mi cuarto, no estaba nada mal, tenía una ventana con linda vista a la piscina, vaya que no me molestaría que Johann y Chris pongan ese letrero, ya que estaré al pendiente de quien rompe las reglas.
- Solo hay un detalle que no pude mencionar. - Dijo saliendo del cuarto.
Yo lo seguí y entonces llegamos hasta una puerta al final del pasillo.
- Todos compartimos el mismo baño. - Abrió la puerta dejándome ver lo hermoso que era el lugar. - Regadera, escusado, lavabo, jacuzzi, creo que todo es perfecto.
- Si, es lindo y no me importa compartir. - sonreí.
Salimos del baño y cuando me dirigía a mi cuarto, al dar vuelta tropecé con un chico al cual no me habían presentado, suponía que sería Erick.
- Discúlpame. - dije.
- No te disculpes, la culpa fue mía, no me fije. - dijo y después siguió caminando.
- Soy Joel. - Grite, haciendo que se detuviera.
Volteo nuevamente y me sonrió.
- Erick. - contestó, después entro en la puerta, la cual supondría seria su cuarto.
Comencé a acomodar toda mi ropa en el closet, mis zapatos, algunas de las cosas que traje como recuerdo de México, fotos, perfumes, etc. Puse mi laptop a cargar y entonces me coloqué un short y salí a la piscina.
- ¿Te dignaste a acompañarnos? - dijo ¿Christopher? Nadando en mi dirección.
- Arreglaba mis cosas. - le sonreí.
- Vamos entra al agua. - dijo salpicándome agua con sus manos.
- Oye. - reí. - solo me meteré un rato. - die sentándome en la orilla de la alberca y sumergiendo mis pies.
- Se te ve muy lindo el short. - dijo Yoandri quien me observaba.
- Muchas gracias. - respondí.
- ¿Tienes novia? - Preguntó y después nadó hacia mí.
- No. - contesté una vez que estuvo más cerca.
- ¿Eres heterosexual? - volvió a preguntar.
- No. - contesté nuevamente. - soy bisexual.
- Interesante. - sonrió.
- ¿Y tú? - pregunté.
- Bisexual igual, vamos entra. - se sumergió y entonces me anime a entrar.
Nos pasamos la tarde nadando, los cinco chicos y yo, me estaba llevando muy bien con ellos, considerando que hace unas horas eran unos extraños.
Con quien si me gustaría socializar más es con Erick, parece un chico misterioso, y misterioso me gusta, son una caja de sorpresas.
La noche cayo y decidimos pedir una pizza, Zabdiel entró a la sala con una botella de whisky y algunos vasos de vidrio.
- No creo que sea buena idea. - dijo Johann sosteniendo la botella.
- A mí me parece que será una buena idea. - dijo Erick entrando por fin a la sala, uniéndose a la diversión.
- Miren quien decidió salir de su escondite, mariquita. - Dijo Richard riendo.
- Cállate. - contestó Erick a la defensiva.
- ¿Por qué no mejor nos divertimos? - pregunté mirando a Erick. - Dejen de pelear.
Todos asintieron y entonces comenzamos a tomar, Zabdiel saco otra botella y otra botella hasta que la mayoría quedamos todos ebrios.
Todos fueron a sus cuartos, pues ya no aguantaban más los mareos y las náuseas, algunos hicieron fila en el baño para vomitar, en la sala tan solo quedábamos Zabdiel y yo, lo cual era interesante.
- Cuéntame mas sobre ti Joel, tus gustos, Hobbies, si lo tomas caliente o te gusta frio. – Joel al escuchar eso último levantó la mirada algo desconcertado. – el café. – terminó de decir mientras una sonrisa adornaba su rostro, entregó el vaso con aquella bebida y entonces el ojimiel comenzó a responder todas esas preguntas.
Joel hizo una serie de preguntas al puertorriqueño también, a lo que este contestó ya un poco ebrio, la botella ya se encontraba vacía y ellos dos reían solo por estupideces.
- Debo decir que no creí que toleraras el alcohol. – dijo Zabdiel sirviéndome el último trago.
- Soy mexicano, bro. – "¿Yo había dicho esas palabras?", en efecto, ya estaba ebrio.
- Eso me agrada entonces. – se inclinó hacia mí. - ¿Y si seguimos la fiesta en la alberca? – preguntó susurrando.
- ¿Por qué presiento que alguno de los dos terminara muerto? – repregunté riendo. – Vamos.
Zabdiel tomo su vaso entre sus manos y caminó hasta el área de la alberca.
- Debemos seguir las reglas de la casa. – dijo Zabdiel señalando un letrero, el cual seguramente había colocado Chris o Johann, que decía "Solo chicos desnudos".
Observe como Zabdiel comenzaba a quitarse la ropa, quedando solo en su bóxer, esto se estaba descontrolando y yo no quería evitar lo que quizá este apunto de pasar, aprecié como su última prenda cayó al suelo ofreciéndome una espectacular vista de su enorme trasero, provocando que acariciara disimuladamente mi entrepierna que comenzaba a endurecerse.
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