Llegué hasta la puerta y me quedé estático con mi puño al aire, tratando de tocar la puerta de madera, jamás debí haber aceptado este juego, pero no es tiempo de arrepentimientos, estaba dentro.
Toqué dos veces y rápidamente puse mis manos en mi espalda, tranquilicé mis piernas y escuche un "voy" proveniente de adentro del cuarto.
Escucho como se acercan a la puerta y esta se abre en segundos, dejándome ver la peculiar imagen de Richard somnoliento.
- Vamos pasa. - extendió su mano haciéndose a un lado para dejarme entrar. - ¿A qué se debe tu visita? - Preguntó cerrando la puerta tan rápido entré.
- Quería hacerte unas preguntas, convivir más contigo, ¿Qué dices si nos emborrachamos? - sugerí.
- Oh, buscaba la ocasión perfecta para beberme esta bebé. - dijo caminando hasta su maleta y sacando una botella de vodka. - Creo que esta ocasión lo amerita. ¿Lo tomas solo?
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NARRA CHRISTOPHER VELEZ
Sentí la lengua de Zabdiel ir de arriba abajo en mi miembro, sentía el calor rodear toda esa zona, ahora veo porque Joel se lo enrolló en su primera oportunidad.
Tomé entre mis dedos sus tan rizados cabellos, eché mi cabeza hacia atrás y sin querer un gemido escapó de mis labios con el nombre "Zabdiel"
- Espera. - supliqué ahogando un gemido en la última vocal.
- Lo siento. - pidió avergonzado.
- oh no, lo estás haciendo perfecto, realmente me encanta. - respondí agitado.
- Entonces ¿Que va mal? - preguntó encogiéndose de hombros y tomando mi miembro nuevamente en sus manos.
- Quiero follarte Zabdiel de Jesús. - Supliqué.
- Vaya sutileza de pedir eso. - rascó su cabeza. - No con los chicos aquí. No soy del nada silencioso. - confesó sonrojado.
- No puedes dejarme así. - señalé mi erección. - Vamos, juro que seré gentil.
Lo pensó varios segundos, pero al final me sonrió y sin palabras solo asintió y entonces nos desnudamos.
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NARRA YOANDRI CABRERA
- ¿Cómo crees que le esté yendo con Richard? - pregunté rascando mi cuello.
- Bien, supongo, debo decir que eres todo un diablillo. - rio ligeramente. - Proponer un juego así, nunca se me hubiese ocurrido.
- Gracias.
- ¿Quién crees que sea tops? - preguntó recostándose en la cama del ojiverde.
- Sinceramente no me veo a un chico tan flaquito como Erick sometiendo a un tipo fuerte y grande como Richard, así que apuesto por Erick Bottom. - contesté sin duda alguna.
- Igual creo que se la pasara bien, me arriesgaré a decir que Richard puede tener oculta su manía por morder almohadas. - dijo Johann.
- No lo creo.
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NARRA ZABDIEL DE JESUS
Christopher me tomó las piernas subiéndolas sobre sus hombros, me sentía avergonzado por que en menos de 72 horas ya me había acostado con dos chicos de la casa. ¿Eso me hacia una zorra?
Quise gritar al sentir a Christopher entrar por completo en mí, sentía una ráfaga de sensaciones.
- Muévete, por favor. - dije presionando fuerte mi dentadura.
- Si así lo quieres. - contestó gustoso Christopher, comenzando a sacar y meter su miembro.
- Ha, Hazlo más rápido. - dije con dificultad.
El chico de flequillo asintió y aumento la velocidad de sus embestidas.
Cada vez que Christopher se encontraba completamente dentro de mí, sentía como si consumiera una dosis de éxtasis, la relajación, la excitación, el placer.
Chris inclino su cabeza hasta la altura de mis labios, rosándolos con los suyos. "¿Te gusta?" pude entender entre sus susurrados gemidos. "Mierda Zabdiel, dime que te gusta" suplicó desesperado.
- Me gusta. - grité sin poder evitarlo. Un leve rubor subió por mis mejillas al sentir como mi grito había causado que Christopher se corriera en mi interior.
- Fue fascinante. - gimió sacando su pene gateando hacia atrás, quedando su rostro frente a mi entrepierna. - ¿Puedo tener el honor? - solicitó sujetando fuerte mi miembro.
Asentí, observando como introducía poco a poco todo en su boca.
Moví mis caderas, dando embestidas a la boca de mi pareja sexual, podía escuchar las arcadas salir de la garganta de Christopher, veía como su saliva resbalaba por el grueso de mi miembro. La imagen de Christopher Vélez dándome una mamada sería una imagen que nunca olvidaría. Moví más rápido mis caderas hasta que por fin me corrí, justo a tiempo para prevenir a Christopher, pero tarde para evitar manchar su rostro con mi líquido.
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