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NARRADOR OMNISCIENTE
Los sollozos de Erick podían escucharse por todo el cuarto, sus acompañantes sabían que sería difícil para él superarlo.
- No es justo. - lloriqueó el ojiverde en el pecho de Yoandri. - no debió morir.
- Tranquilo, Er. - dijo mientras palmeaba su espalda para tranquilizarlo.
- Es que aún no puedo creerlo. - sorbió de su nariz. - no merecía morir de esa manera. - sollozó aferrándose más y más al pecho del ojinegro.
Joel solo veía aquella escena, se le hacía un poco absurdo, rodó sus ojos y se puso de pie alejándose de la cama, tomó el tazón de palomitas y caminó a la puerta.
- Iré por más botana, avísame cuando supere la muerte de Allison. - dijo cerrando la puerta tras él.
Yoandri no paraba de consolar al menor, Allison había sido su personaje favorito desde la primera temporada y ahora había muerto.
- Recuerda que era una perra en la vida real, pidió que mataran a su personaje porque ya no quería hacer más personajes de adolescentes. - explicó el mayor.
- Pero su personaje no tenía la culpa. - secó sus lágrimas en la camiseta de su compañero. - no la superaré jamás, solo espero que ninguno de mis otros favoritos muera.
- ¿Cómo quiénes? - cruzó los dedos.
- Como Isaac. - suspiró aliviado. - Stiles. - sonrió. - o Aiden, los gemelos me agradan.
- Ha sido suficiente. - dijo alejando al cubano de su pecho, pues sabía que uno de sus favoritos moriría.
Tomó sus mejillas con ambas manos y besó sus labios lentamente, eso lo tranquilizaría, el beso fue interrumpido en cuanto la puerta se abrió.
- ¿Ya dejó el drama? - preguntó el mexicano con el recipiente lleno de palomitas, se quedó parado al ver como Yoandri se alejó rápidamente del menor un poco nervioso.
- Oigan. - alargó la "o". - si quieren estar solos, solo pídanlo. - comió una palomita.
- ¿Por qué lo dices? - preguntó el cubano de ojos negros acomodando su cabello.
- No lo sé, ustedes díganmelo. - caminó hasta la cama y se sentó. - si no quieren estar solos, entonces denle play, por favor.
Yoandri asintió y tecleó la barra espaciadora para que el episodio siguiera. Por otra parte, Erick estaba bastante confundido con Yoandri, no podía explicarse por qué cada que estaban solos, era el chico más dulce y atento, sobre todo el más romántico, pero en cuanto Joel aparecía, todo cambiaba, se alejaba de él.
Ya había sucedido dos veces ese día y no se quedaría con la duda, tendría que preguntárselo.
- Hace falta refresco. - habló el ojiverde por fin.
- Hay una botella llena, siéntate. - ordenó el rizado.
- Pero yo quiero jugo. - sonrió. - Yoandri, ¿vienes? - pidió caminando hasta la puerta, el chico asintió y caminó tras de él hasta salir del cuarto.
Caminaron hasta la cocina en donde Erick se detuvo y se recargó sobre la nevera.
- Ahora sí, dime que sucede. - pidió.
- ¿Suceder de que o qué? - enarcó su ceja derecha, quizá en verdad no tenía idea.
- Sobre tu comportamiento conmigo cuando está Joel presente, cambias de ser cariñoso a indiferente.
Ahora sabía a qué se refería, suspiró y caminó hasta el menor, tomó ambas manos y las acarició con su pulgar.
- Eres bastante guapo. - susurró. - inteligente. - siguió. - yo creo que me gustas. - finalizó.
- ¿Y entonces? - preguntó recargando su cabeza sobre la del chico que se encontraba frente a él.
- Sabes que lo que pasó anoche, fue más que sexo para mí, ¿no?
- Lo sé. - sonrió. - fue especial. - susurró. - aunque haya sido en el sanitario de chicas de un antro de mala muerte. - rio.
El mayor no pudo evitar reír también, remarcando su sonrisa.
- Esa fue la mejor parte. - comentó el ojinegro.
- Bueno, pero entonces ¿Cuál es el problema?
- El problema es que, aunque yo te diga "¿quieres salir conmigo?", tú dirás que sí, pero no sentirás nada por mí, porque tú quieres a Joel y lo que sientes por mí es solo un amigo, alguien con quien pasar buenos y agradables ratos, nada más.
- Joel nunca me hará casa, es un idiota. - comentó acariciando la blanca mejilla del chico.
- Un idiota que te quiere, solo debemos abrirle los ojos, finge no importarle cuando estamos tú y yo juntos, pero la verdad es que usa el sarcasmo y la bobería como su disfraz.
- Por qué si te gusto, ¿quieres ayudarme a que Joel me haga caso?
- Eso es más lo mío, además no me veo tomándote de la mano. - rio.
"Murió Aiden" gritó el mexicano desde la habitación.
Yoandri volteó rápidamente a ver al ojiverde quien tenía un puchero en sus labios.
- ¿Lo superarás? - preguntó Cabrera.
- Trataré. - con sus mejillas rojas.
- Ahora, entra ahí y habla con él, por favor. - sonrió.
- Está bien. - accedió, se acercó a los labios del mayor y los unió con los suyos, Yoandri respondió el beso y después se separaron.
Erick caminó hasta la habitación en donde se encontraba Joel y Yoandri se quedó en la cocina viéndolo como se iba.
- Fue lindo. - susurró alguien en el pasillo.
- ¿Cuánto tiempo tienes estando aquí, Zabdiel? - preguntó Cabrera caminando hasta el refrigerador, sacó una botella de jugo y la abrió.
- Lo suficiente como para saber que tú quieres a Erick, Erick quiere a Joel, pero Joel no quiere a nadie.
- Llevas mucho tiempo aquí. - bebió de la botella. - ¿Acabas de llegar de la universidad?
- Así es, ¿quieres nadar? Tengo que hablar con alguien sobre algo.
- Voy en unos minutos, ¿te parece?
- Perfecto, traes toallas. - caminó hasta su habitación.
