Compañeros De Renta ☆¿Joerick?☆

《 YOERICK ✪ PARTE II 》

COMPAÑEROS DE RENTA
《 CAPÍTULO 17 》

Nota antes de iniciar:
Desde un principio les dije de que iba la fic y creo que algunas aun no han entendido y bien se las paso pero lo que si no paso es que insulten algunos bromances, solo es una fic chamas no estoy insinuando que esto pasa en la vida real asi que ahorrense sus comentarios y si quieren lean.
Bye.

...

NARRA ERICK BRIAN COLÓN

Azotamos con desespero la puerta de uno de los cubículos de los sanitarios, entramos y recargué a Yoandri sobre la pared, acorralándolo a mi cuerpo, recargué las palmas de mis manos a los costados del cuerpo del mayor evitando que escapara, aunque en la forma en la que movía sus labios, dudaba mucho que eso quiera hacer.

Sentí sus manos desabrochar cada botón de mi camisa a cuadros, al finalizar pasó su mano por mi pecho acariciándolo, provocando escalofríos en mi cuerpo, enchinando mi piel.

Metí mis manos bajo su playera y acaricié su abdomen, su pecho, todo su torso.

- No es mi estilo. – gimió en cuanto separamos nuestros labios.

- ¿Qué? – dije desentendido con la voz agitada.

- Normalmente suelo hacerlo en una cama, no en un cubículo de un baño en un antro. – sonrió.

- ¿Quieres que nos vayamos? – pregunté quitando su playera.

- No. – jadeó desesperado. – quiero hacerlo.

Yo asentí y aflojé su cinturón permitiéndome adentrar mi mano en su bóxer y acariciar su entrepierna.

Por su parte, Yoandri bajó sus labios a mi cuello, haciendo ligeras succiones, varios gemidos escapaban de entre mis labios, mi erección palpitaba en mi pantalón.

Yoandri escuchó y entendió mis gemidos tan desesperados, así que se puso de rodillas y comenzó a desnudar mi parte baja, quité mis zapatos para que le resultara con facilidad quitar mi pantalón y mi ropa interior.

Se puso de pie en cuanto quedé desnudo y ahora sabía que era mi turno, imité su acción y me puse de rodillas comenzando a desnudarlo, una vez ambos desnudos, sentí la mano del chico de tés blanca pegar mi miembro con el suyo y masajeando ambos.

Recargué mi frente en la suya mientras nos mirábamos gemir, yo presionaba mis labios con fuerza para no gritar del placer que sentía, no aguanté más y entonces cargué al mayor y recargué su espalda en la pared, el enredó sus piernas en mi cintura y siguió besándome.

Me introduje en su interior y comencé a dar lentas envestidas, Yoandri abrazó mi cuello y recargó su rostro hundiéndolo en mi hombro, podía escuchar sus quejidos del dolor, mientras sus uñas perforaban superficialmente la piel de mi espalda.

- ¿Te gusta? – pregunté.

- Si-sigue. – pidió. – más fu-fuerte. – al terminar soltó un breve quejido.

Cumplí su petición y posé mis manos en su trasero para poder subirlo y bajarlo, controlando la velocidad de las embestidas, podía escuchar los sonidos de nuestra piel chocar entre ellas.

Yoandri mordió el cartílago de mi oreja, levantó su rostro para poder besarme, era un beso apasionado, nada inocente.

Después de unos minutos saqué mi miembro y cerré la tapa del retrete, puse mi camisa en él y me senté, Yoandri se acercó a mí y se sentó en mi regazo quedando cara a cara con sus pies suspendidos, con una mano tomé mi pene y comencé a metérselo, con la otra tomé su miembro y comencé a masturbarlo aumentando así más la intensidad del pacer.

Nuestros gemidos hacían eco en el lugar, no me imaginaba si alguien entraba y nos escuchaba, me moriría de vergüenza.

- Yo-Yoandri. – gemí. – me voy a venir.

- Yo también. – jadeó. – no te detengas. – suplicó.

No me detuve si no al contrario aumenté más la velocidad de mis embestidas llegando más profundo hasta sentir ese cosquilleo en mi entrepierna que estaba a punto de salir.

En cuestión de segundos terminé en su interior y el manchó nuestros cuerpos con su intensidad.

Nos mantuvimos así por unos momentos, después se puso de pie y me miró de pies a cabeza con una sonrisa.

- ¿Todo bien? – preguntó extendiendo su mano.

- Todo bien. – asentí tomándola y poniéndome de pie.

- ¿Quieres un trago? – preguntó mientras nos vestíamos.

- Claro, necesitamos uno. – contesté.

Terminamos de vestirnos y al salir del cubículo tropecé con una chica,

- Lo siento. – susurré.

Ella solo nos miró extraño y volteó a la puerta, al principio creí que sería por homofobia, pero después nerviosa dijo.

- Es el sanitario de chicas.

...

NARRA JOEL PIMENTEL

Mordí mi lápiz y observé mis apuntes.

- Entonces... - dije mirando a ambos chicos. – la integral de uno sobre cuatro más equis cuadrada ¿es cuánto?

Johann desesperado volvió a señalar la formula en mi cuaderno.

- Es una de las más fáciles porque es inmediata, solo debes sustituir los valores de tu formula con la de tu ejercicio. – explicó Johann.

- En este caso. – siguió Christopher. – la respuesta es un medio de arco tangente de "x" sobre dos. – finalizó.

- Mas la constante. – agregó Johann. – nunca olvides la constante.

- Entiendo. – dije más confundido que antes. – no puedo hacerlo, creo que me llevare calculo. – cerré mi cuaderno.

- Oh vamos Joel, no es tan difícil. – regañó Christopher levantando la voz.

- Solo debes aprender a sustituir lo que te pide en tu formula, todo es más fácil, además las difíciles vienen después como integrales por partes o fracciones parciales. – dijo Johann.

- Si, esas son las difíciles. – dijo Christopher de acuerdo.

- Bien, bien. – dije levantando mis manos. – déjenme estudiar las formulas y ya si tengo problema les pregunto, ¿sí? Ustedes sigan con sus tareas.

Los chicos asintieron y ambos posaron sus miradas en sus cuadernos o al menos así fue los primeros minutos.

- ¿Quieren que me vaya? – dije al ver como Chris mordía su lápiz mientras miraba a Johann guiñarle el ojo.

- Dejemos de hacer tarea, ¿no? – propuso Johann cerrando su libreta.

- ¿Y hacer qué? – pregunté nervioso.

- Divertirnos. – complementó Christopher.