Cuando a Nana le diagnosticaron el cáncer, recuerdo que mamá lloró cada noche durante semanas, aun siendo la mujer más fuerte que conozco nunca pudo ocultar la tristeza por la situación de Nana. Para ese momento las chicas y yo, luego de casi 3 meses de haber finalizado The X Factor y dedicarnos día y noche a grabar covers de canciones conocidas, finalmente habíamos sido contactadas por Simon Cowell y LA Reed para probar suerte con el proyecto Fifth Harmony. Lo más difícil fue cuando tuve que mudarme a Los Ángeles, la noche de mi viaje fui al cuarto de Nana y la abracé hasta quedar dormida. Angie siempre se mostró fuerte delante de todos, sobre todo para mamá y para Chris, pero por alguna razón que nunca entendí, cuando hablaba conmigo era capaz de mostrarme todos sus temores a pesar de yo solo era una adolescente de 15 años con mucho miedo. De alguna manera el que me tuviera la confianza suficiente como para contarme que le asustaba morir, tanto como le asustaba dejarnos sin su presencia, me hizo ver su enfermedad de una forma más humana y poco a poco aceptar que no podía hacer nada para evitarlo, pero eso no lo hizo más fácil. Cuando me fui a perseguir mi sueño a otra ciudad, tuve que hacerme más fuerte para cumplir ese sueño; sabía la alegría que le producía a mi abuela verme feliz cumpliendo mis metas. Durante ese año mi abuela solía pedirme actualizaciones del grupo a diario, hablábamos todo el tiempo sobre cada uno de los detalles del día, los buenos y los malos, pero al final, más a allá del miedo al futuro, solo quedaban las risas de ambas por las cosas que nos hacían amar la vida.
Pero la fortaleza que me habían otorgado los años, estaba siendo sepultada en aquel profundo agujero al que bajaba el féretro de mi abuela en ese momento. Podía sentir como las lágrimas caían sobre mis mejillas quemando mi piel al tiempo que mis manos temblaran sin control. Al ser la nieta mayor, debía ser yo quien diera el discurso de despedida frente a los allí presentes, pero en ese instante me congelé. Nunca había tenido un ataque de pánico hasta el instante en el que estuve frente al atril. La tristeza era palpable en cada uno de los rostros de los allí presentes, pero ver a mi familia tan mal, hizo que el nudo en mi garganta se hiciera insoportable y que mis piernas amenazaran con fallar. No podía hacerlo, no salía ni una sola palabra de mi boca y todo parecía dar vueltas. Y fue entonces cuando sentí que una mano algo fría sostenía mi brazo, y al darme vuelta ella estaba allí, como siempre a mi lado, y un segundo después sus brazos me confortaban como solo ella lograba hacerlo.
-¿Quieres bajar? - preguntó suavemente sin importarle que mis lagrimas arruinaban su blusa blanca.
-Debo dar este discurso... pero no puedo... no puedo Lu.
-Entonces salgamos de aquí- respondió tomando mi mano delicadamente para bajar de aquel lugar
-¿Estás bien? - preguntó Chris quien se acercó a nosotras preocupado.
-Perdón - fue todo lo que salió de mi boca.
-No tienes porque pedir perdón
-Eran las palabras para Nana... - dije frustrada conmigo misma.
-Yo puedo hacerlo. - habló él - Yo... quiero hacerlo hermana. - me vio a los ojos con los ojos embargados de tristeza pero con mucha resolución.
-Nana se sentiría orgullosa- apoyé con lagrimas en los ojos y luego lo vi subiendo hasta aquél lugar manteniéndose firme aún en medio del duelo.
Verlo ahí y escuchar sus palabras me hizo darme cuenta por primera vez que mi hermanito ya no era un niño, aun con 15 años Chris se había convertido en un hombre y mientras sus palabras traspasaban mi alma, también el orgullo por mi pequeño hermano llenaba mi corazón.
-¿Te sientes mejor? -preguntó en voz baja Lucy a mi lado visiblemente preocupada. Yo sonreí un poco al ver aquellos ojos tiernos viéndome de esa manera
-Lo estaré -Aseguré tranquilizadoramente. Ella tomó mi mano con la suya, que permanecía fría aún con el calor de Miami golpeando la tarde, y supe que realmente lo estaría, porque al menos la tenía junto a mí en aquel momento.
Cuando terminó la ceremonia, mi madre llegó hasta donde estábamos, con un grupo de personas que no conocía pero que intuía eran los familiares de mamá que vivían en New Orleans. Parecían buenas personas y al igual que el resto se veían realmente devastados por la partida de nana; lo único desagradable fue la mirada inquisitiva que el hombre mayor constantemente lanzaba a mi mano entrelazada con la de Lucy, lo cual fue tan incomodo para mí, que finalmente opté por separar nuestro agarre por vergüenza, no sin antes notar el gesto interrogante de Lucy e incluso de mi madre.
-perdón-dije cuando estuvimos de nuevo a solas. Aún permanecíamos en el cementerio sentadas en una banca y ya casi todo se habían ido del lugar.
-Tu tío te hizo sentir incomoda, no es tu culpa, es de él por tener una mente retorcida.
-Crees que pensó que tú y yo...
-Creo que aún si hubiese sido cierto, nadie tiene derecho a mirar a la gente de esa manera. No hay nada malo en tomar la mano de tu mejor amiga... mucho menos en tomar la mano de una pareja. Hay muchas cosas mal en este mundo, pero ciertamente demostrar el cariño hacia alguien no es una de ellas.
-Esa mirada me acojonó. -Expliqué - no quisiera que, si un día decidiera mostrarme con una chica, es decir con una novia, mi propia familia me mirase de esa manera.
-Lastimosamente no hay forma de evitar eso Lauren. Es difícil cambiar la percepción de la gente frente a eso, no por eso debes dejar que un mal gesto, una mirada o palabras hirientes de desaprobación, hagan que te sientas avergonzada por sentir como sientes, no hay nada malo en amar y lo sabes... tampoco hay nada malo en ti o en mí, o en cualquiera que sienta diferente, vinimos a este planeta a amar y ser amados y si alguien piensa que eso está mal, es esa persona quien debe sentirse avergonzada y no tu.
-Nana solía decir que tenías un don para hacer reflexionar hasta al más cabezadura- sonreí un poco recordando como mi mejor amiga y mi abuela podían pasarse horas discutiendo tonterías mientras jugaban ajedrez frente a la piscina.
-Angie solía decir que tú eras la más cabezadura de la familia - respondió socarrona y yo simulé estar ofendida. - es broma -rio - En realidad siempre decía que eras su nieta más inteligente y que eso lo habías sacado de ella.
-Sin duda era cierto. Nana era... simplemente increíble
-Lo era.
-No sabes cuanto voy a extrañarla
-Lo sé. - respondió tomando nuevamente mi mano - La amabas, todos lo hacíamos.
-Lu, estás demasiado fría - dije cambiando el tema al sentir el contacto de su mano.
-Es que hace un poco de frío Lau.
-Estamos casi a 40°, esto es un asadero. - dije ahora preocupada y por primera vez en todo el día pude notar su semblante. Llevaba unas enorme bolsas en los ojos y parecía no haber dormido en días, me sentí la peor amiga del mundo ya que solo hasta ese instante noté que algo no estaba bien. - Lucy, ¿te sientes bien? - pregunté dudosa.
-No pasa nada Laur- intentó sonreír pero ni siquiera tenía fuerzas suficientes para hacerlo.
-¿Cuando fue la última vez que comiste algo?
-Yo... - tomó una pausa para responder y parecía ahora desconcertada -no recuerdo - admitió
-Rayos Lu, debemos ir por algo de comer ahora mismo. - advertí poniéndome en pie y tomando su mano para que ella también lo hiciera.
-Lauren, en serio no pasa nada - intentó sonar tranquila mientras se ponía en pie - en serio estoy bi... -
¿Han escuchado alguna vez los latidos de su corazón en sus oídos? ¿Han experimentado la sensación de vacío que solo puede producir el miedo? ¿Alguna vez han dejado de encontrarle sentido a la vida en tan solo un segundo?
Un segundo...
Su mano se soltó de la mía y su cuerpo se desvaneció en mis brazos.
Todo se volvió gris.
La perdía a ella también.
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Rompimientos
Hayran KurguEra insoportable tenerla cerca. Si voz, sus ojos, su sonrisa, todo en ella era una tortura. Dicen que el amor es el mejor sentimiento que puedes experimentar. Me perdonaran los eruditos en el tema pero para mí es un sentimiento de Mierda.