Capítulo 1: Mira, ahí va la reina de hielo.

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**Dave**

Me encontraba caminando por un sendero rodeado por amplios árboles, aparentemente tenía alrededor de unos nueve años, por lo pequeñas que mis manos se veían. A cierta distancia de donde me encontraba vi un viejo pozo, fui derecho hacia allí, no sabiendo muy bien por qué.

Al llegar más cerca del lugar comencé a oír la voz de una niña pidiendo ayuda. Corrí hacia el pozo y me asome sobre este, encontrando en el fondo a una niña de ocho años que lloraba. La chica llevaba un vestido blanco con rosado, a primera vista la niña me recordaba a alguien, pero no estaba completamente seguro de eso, podía ser mi mente revuelta.

Mire a mi alrededor buscando algo con que ayudarla encontrando una cubeta, que amarre en la cuerda del pozo y comencé a bajarla para que la niña se subiera en ella. Estaba a punto de darle un par de indicaciones a la chica, cuando una fuerza invisible me empujo y comencé a caer y a caer por el pozo, sin llegar al fondo...

—Dave... Dave, despierta, amigo llegaras tarde a clases... —Escuche la odiosa voz de mi mejor amigo y compañero de cuarto, Oliver, y abrí mis ojos sorprendido. —Ya era hora que el bello durmiente despertara... 

—Cállate —dije incorporándome y lanzándole un cojín, que esquivo con gran gracia. 

—Vístete, que la casera lleva llamándonos unos diez minutos... 

—Podrías haberlo dicho antes, idiota —dije corriendo hacia el baño —Tú no piensas ir aún a la escuela. 

—No puedo, aun no logro que me entreguen todos los papeles... por cierto, he oído unos cuantos rumores sobre que en mi futura escuela asisten las chicas más guapas del pueblo y los alrededores. 

—No lo sé, sabes que yo no lo considero importante.

Oliver a diferencia de mi era un real mujeriego, desde que lo conozco; como hace unos tres años; he aprendido que él es bastante fiestero y muy excéntrico, cambia de novia cada tres meses y asiste a un fans club de cuentos infantiles. Siendo sincero, no sé cómo logré hacerme amigo de él. 

Además hace un par de semanas atrás el idiota de mi amigo, en una clase de química en su escuela, uso mal uno de los compuestos y provoco una pequeña explosión que al director del establecimiento no le gusto para nada, por lo que tuvo que buscar otra escuela a la que asistir, y que mejor opción que la mía. Así que llevo sus excelentes calificaciones; Oliver podía ser todo lo que anteriormente dije, pero sus calificaciones son envidiadas por cualquiera; y lo aceptaron, él único problema que tenía para poder asistir a la academia Triris, era que en su anterior escuela se había incendiado un par de días después de los incidentes y con ello justificaban la perdida de una serie de documentos.

Cuando salí del baño, tras terminar de asearme y colocarme el uniforme, Oliver me esperaba con una amplia sonrisa y mi mochila en su mano. Abrí la puerta de la habitación rápidamente, después de oír la última advertencia para bajar a desayunar por parte de la casera.

Bajamos corriendo las escaleras hasta llegar a la cocina, en la mesa de esta ya se encontraba sentada Damaris, la hija mayor de la casera, una chica con mal temperamento, egocéntrica,y que además estudiaba en la universidad Medicina. Damaris nos fulmino tanto a mí como a Oliver. Al lado de ella se encontraba su hermana Jenny, una chica de unos diecisiete años que prácticamente era ignorada por su madre y que siempre que puede se pelea con su hermana mayor. Ella asiste a la escuela pública principal y sus calificaciones dejan siempre mucho que desear.  Al centro de la mesa se encontraba Tomy, el hijo menor de la casera, él va a la escuela primaria del pueblo vecino, por lo que siempre nuestros desayunos son más temprano de lo normal. Además de ser un chico bastante travieso, es estudioso, siendo el más agradable de los tres hijos.

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