*Dave*
Algo que debería aprender a tener en consideración es no seguir los planes de Robin y Oliver. Los motivos eran simples, no podía hablar con Lena y necesitaba con urgencia su opinión antes de enviar los cuadros para la exposición al concurso de arte.
Durante la semana de su concurso busque la forma de hablarle a como de lugar, sin que los chicos lo supieran, porque la profesora de arte me tenia contra la pared, pero no pude. El viernes llego y todavía no lograba hablar con ella, necesitaba su autorización antes de hacer cualquier cosa. No quería perder a mi amiga a causa de unos cuantos cuadros. Así que tras animarlas en la academia Faulkner, ya cuando supe que estaba relajada en su casa, cruce la calle que nos separaba y le lance una piedrita a su ventana.
—¡DAVE APRENDE A TOCAR EL TIMBRE!—me grito tras abrir la ventana.
—Lo siento, para la próxima, necesito hablar contigo.
—¡OK! ¡ESPERAME AHÍ!
Mi amiga cerró su ventana. Cuando la puerta de la entrada se abrió Lena me dio un golpe en el brazo.
—Auh...
—No vuelvas a lanzar cosas a mi ventana, la puedes romper.
—De acuerdo, vamos al parque quiero hablar contigo.
Lena asintió en silencio acompañándome hasta el parque. Sentados en los columpios me miraba esperando que hablara, sin que yo pudiese decir nada, acaso era idiota, yo le había llamado para hablar porque necesitaba saber lo que pensaba al respecto de usarla como modelo en mis cuadros.
—Estas nervioso, ¿ocurre algo?—me pregunto tenia su mirada muy fija en mi como si sus ojos fueran rayos x tratando de examinar lo que pensaba.
—Ehh...—me rasque la nuca mientras buscaba las palabras que necesitaba.—Tengo que pedir tu consentimiento para una cosa.
—¿Mi consentimiento?¿Para qué? —Lena seguía sin despegar sus ojos de mí, lo que en vez de ayudarme a que pudiese hablar solo provocaban que mi mente se fuera por completo a blanco.
—mmm... es para enviar... unos cuadros al concurso de arte en el que la profesora me inscribió para participar. Digamos que pinte un cuadro retrato sobre ti y estaba dudando si presentarlo o no, debía saber si estabas de acuerdo.
—¿Y tu creías que me iba negar?—pregunto dejando de mirarme como si tratara de examinar mi cerebro para mostrar verdadero asombro. Yo asentí.
—No me molesta haber sido tu modelo, Ginger es la modelo prácticamente personal de Robin, claramente tu también necesitabas un modelo para tus cuadros, así que gracias por pensar en mí.
—¿No te parece raro?
—Claro que no, somos amigos y los amigos se apoyan. Tu me ayudaste con el patinaje así que lo mínimo es que yo haga lo mismo por ti en el arte. ¿No lo crees?
Eso último lo dijo con una gran sonrisa que provoco que tanto mi mente como mi corazón se agitaran. Mierda... se trata de mi amiga que hasta hace nada me usaba de bolsa de boxeo porque le temía a los hombres, no debes volverte loco Dave por una sonrisa.
—Tienes razón soy un verdadero idiota... Gracias.—dije mientras trataba que mi cuerpo reaccionase.
—No es nada... Por cierto, ¿quieres helado?, mi tía compro uno de marca italiana super rara.
—Esta bien.
—Entonces vamos a mi casa...—dijo saltando del columpio dándome otra de sus sonrisas cautivadoras que en realidad no ayudaban para nada a calmarme.
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Un paso más cerca
Teen FictionLena Coy es una chica tímida y reservada que le teme a los hombres, por lo que trata de ocultar su debilidad siendo fría y distante con todo el mundo, llevándola a ser popular y conocida en su escuela como la reina de hielo. Por otro lado Dave Hevar...