*Dave*
Nunca creí que realmente competiría en una competencia deportiva, ni siquiera cuando practicaba gimnasia. Realmente me consideraba un deportista amateur, así que haber clasificado al campeonato me dejo completamente sorprendido.
Mi tío tras la competencia nos llevó a todos a cenar, de igual forma a lo que había hecho a la hora de almuerzo, para luego llevarnos a Oliver y a mi devuelta a la residencia. Oliver entro primero y yo me quede un rato más con mi tío.
—¿Qué tal te fue con la psiquiatra? —me pregunto.
—Supongo que bien, todavía no comenzamos con las regresiones ya que requieren una preparación previa, supongo que habrá más avance en las próximas sesiones. —dije recordando lo que la psiquiatra me había dicho.
—Por cierto, ¿Cuándo tienes el viaje escolar?
—Después de las vacaciones...
—Ten.—me entrego un grueso sobre, lo abrí y encontré dinero. —No podré verte hasta finales de enero porque tengo un viaje de negocios fuera del país. Si ocurre algo extraño llama a tus otros tíos, sé que no te agradan pero algo pueden hacer.
—De acuerdo.
—Por cierto feliz navidad, tu regalo llegara por correo el veinticuatro, escríbeme cuando los recibas.
Asentí. Mi tío me abrazo, y se subió a su camioneta.
—Dave, eres un gran patinador, deberías continuar.
Encendió el motor y partió, lo despedí con la mano para luego entrar en la residencia. La casera se encontraba con una bandeja con dos tazas que pensaba subirnos al dormitorio, pero Oliver se la quitó, la mujer me pregunto por como me había ido. Todos en la residencia se habían enterado que ahora era patinador además de pintor, Damaris ya tenía otra cosa con que molestarme. Le respondí a la casera que había pasado a la otra ronda y subí con Oliver.
—Mañana me voy a casa de mis abuelos, ¿estarás bien pasando la navidad solo? Si quieres hablo con ellos y les pregunto si puedes venir conmigo, no creo que me digan que no, te adoran.
—No te preocupes estaré bien, además pasarla con la casera no es algo tan malo, a excepción de Damaris. Por cierto estoy trabajando en algunos bocetos para tu libro, quieres echarle un vistazo. —dije mientras giraba el pomo de nuestra puerta.
—¡Tan rápido!, pero si te di el borrador de la historia hace unos días. —me dijo completamente sorprendido.
—Leo bastante rápido, además tus historias son geniales siempre lo he creído, no entiendo porque quieres estudiar medicina si lo que realmente amas es escribir. —le dije mientras buscaba los bocetos en mi escritorio. Oliver se sentó en su cama con la taza que al parecer contenía chocolate caliente.
—Puede ser, pero realmente me llama mucho más la atención salvar vidas. Hace un tiempo cuando fui al hospital con el fansclub conocí a un niño llamado Nicolás, él tenía leucemia, sus padres habían intentado todos los métodos que existen para que se sanara pero el niño no había mostrado avances y su única esperanza era encontrar un donante de médula compatible ya que nadie de su familia lo era.
>>Así que tras ver a sus padres llorar decidí probar si yo era compatible, aunque la probabilidad fuera escasa, tuve que recibir una preparación antes de que me hicieran el examen, y un par de días después el chico se agravo, falleció días después al mismo tiempo que en las pruebas mostraban mi compatibilidad. Desde ese momento me dije a mi mismo que quería ser doctor, para tratar de salvar a chicos como Nicolás de muertes prematuras, durante todo el tiempo de voluntariado he conocido a muchos niños enfermos y realmente creo que puedo ayudarlos.
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Un paso más cerca
Teen FictionLena Coy es una chica tímida y reservada que le teme a los hombres, por lo que trata de ocultar su debilidad siendo fría y distante con todo el mundo, llevándola a ser popular y conocida en su escuela como la reina de hielo. Por otro lado Dave Hevar...