**Lena**
Todavía no logro comprender el por qué he golpeado a Dave, pobre chico, de verdad no quería hacerle daño, siento que poco a poco mi loca enfermedad me ha ido convirtiendo en una matona. Mina trataba de subirme el ánimo mientras caminábamos hacia la plaza de Faulkner antes de juntarnos con el resto del fans club, trataba de convencerme que realmente no era una matona, y si me colocaba a pensar ella había sido la principal causante de que hubiese golpeado durante todo el día al inocente de mi compañero.
Por otro lado Ginger parecía emocionada de acompañarnos al hospital, la chica había llegado a la escuela trayendo una gran cantidad de pasteles que llevaba ahora en sus respectivas cajas, las que cargaba con bastante dificultad. Al acercarnos a la plaza divise al ridículo de Oliver, que agitaba su mano sin parar.
—¡Lena! ¡Mina!
—¡Oliver!—llamo dramáticamente Mina corriendo hasta el con todas las bolsas y abrazándolo.
—¿Cómo han estado mis niñas?—dijo el chico al verme llegar con una tímida Ginger.
—Más o menos... la psicóloga de la escuela nos tiene en terapia de grupo. —dije dejando al chico desordenarme el pelo. —Oli ella es Ginger, nuestra nueva amiga, la invitamos a venir con nosotros.
Ginger saludo mientras se escondía a mi espalda.
—Es algo tímida.
—Eso no es nada...—dijo Mina enganchando su brazo en el de Oliver. —Vieras a Lena...
—¡Mina! —le grite. No me gustaba ventilar mis problemas. —Creo que deberíamos ir al hospital, Vanessa me envió un mensaje avisándome que ya se encontraban allí.
Caminamos hasta el hospital que estaba a tan solo unas cuadras de la plaza, para luego dirigirnos hasta la zona de pediatría, ahí como todos los meses se encontraba instalado un pequeño escenario decorado por globos de varios colores y carteles de ánimo con letras brillantes. Betania era la principal encargada de estos eventos, su hija era una gran fanática de la sirenita y llevaba más de dos años internada en la zona pediatría por problemas cardíacos.
La mujer se encontraba dándole ordenes al resto de madres, y a las más jóvenes del fans club, pero al vernos llegar bajo sus revoluciones. Betania daba unos abrazos rompe huesos, que tomaron por sorpresa a Ginger al presentarse y entregarle los pasteles que había traído.
—Díganme que la reclutaron. —dijo Betania sosteniendo los pasteles.
—Se podría decir que sí.—respondí, para luego recibir otro abrazo rompe huesos. —Betania... donde dejo los regalos.
—Oh, junto a la sirenita de papel mache que hizo Vanessa.
Vanessa había hecho un gran trabajo, dios, yo ni en sueños podría hacer algo así, con suerte podía dibujar figuras de palitos o hacer chibis regordetos, mi tía dice que dibujo bien pero mi abuela no lo cree. Betania siguió dando las órdenes para que todo saliera a la perfección, después de todo la protagonista principal del evento era la pequeña hija de Betania que sufría de una cardiopatía congénita, llevaba meses esperando recibir un trasplante sin éxito. La mujer se había unido al club a causa de su hija, que tras pasar largas jornadas en el hospital leía el cuento de la pequeña sirenita, volviéndose una gran fan, un día nos encontró en medio de una junta y corriendo se nos acercó pidiendo ayuda para hacer un evento especial en el hospital, desde ese instante todos los meses nos organizamos y venimos a alegrar el ambiente en este frío lugar.
Terminamos de organizar las mesas, y los obsequios, cuando comenzaron a llegar los doctores y enfermeras. Cuando ya todos los pacientes se encontraban en la sala, la función tradicional, una narración dramatizada del cuento la sirenita comenzó. Las reuniones más o menos iban así, lectura dramatizada, pintar escenas, presentaciones extra, que en el caso de la reunión de hoy sería el baile que habíamos preparado con las chicas.
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Un paso más cerca
Novela JuvenilLena Coy es una chica tímida y reservada que le teme a los hombres, por lo que trata de ocultar su debilidad siendo fría y distante con todo el mundo, llevándola a ser popular y conocida en su escuela como la reina de hielo. Por otro lado Dave Hevar...