7

9 1 0
                                    

Intercambiamos números con Astrid. Iba a ser útil porque no siempre íbamos a tener la posibilidad de juntarnos.
Hasta ahora no tenía ningún objetivo, pero lo que me hizo conseguir uno fue que ella me haya dado información. Sentía que debía cambiar a Charlotte para que no le hiciera daño a nadie más y que viera que yo fácilmente puedo contra ella y las otras dos.
Volví a casa y me acosté. Recordé que Charlotte estaba pensando en hacerme quedar mal frente a los demás tal cual como me había dicho Astrid. Debería llamarla luego o en un par de días, y también debía mantener a Khalan cerca; obviamente el tenía que seguir enamorado de mí.
Luego de salir a correr por un rato por las bonitas calles llamé a Astrid. Básicamente me contó que Charlotte tenía pensado junto con las demás que sería buena idea quedar como ladrona en frente de Khalan la siguiente clase ya que iba a venir a la nuestra a dar una charla con unos compañeros. Cuando me lo contó no pude evitar morir de risa. ¡Charlotte había descubierto lo que se llama cerebro! Charlotte había intentado ser ingeniosa...aunque obviamente no iba a conseguirlo.
Ella iba a guardar en mi mochila dinero y un brazalete que había pertenecido a alguien de su familia en mi mochila en el momento del recreo.
Khalan me envió un mensaje. ¿Qué quería esta vez?

Khalan: "...Y mi café favorito, siempre será el de tus ojos..."

Suspiré, y no de ternura.

Mika: ¿Te llevó mucho tiempo buscar esa frase en internet? Además mis ojos son marrones oscuros Khalan.

Él respondió enseguida.

Khalan: No me juzgues, nunca he sido tan afortunado como para mirarte tan fijamente a los ojos por varios minutos.

No me pregunten cómo, pero se dibujó una leve sonrisa en mi cara aunque me lo haya negado.
No iba a enamorarme de él. No iba a permitirlo.
No le respondí esta vez. Y me puse a pensar en que hacer para impedir caer en el juego de Charlotte.

Mi plan no fue muy rebuscado. Era simplemente que cuando Charlotte ponga sus cosas en mi mochila yo iba a cambiarlas a la de una del grupo. Aún no sabía a quien, obviamente no a Astrid ni a la misma Charlotte. La desafortunada debía ser Hailey o Kate.

Creo que Hailey se lo merecía más que Kate aunque cabe destacar que todas eran la misma mierda. Últimamente se la pasaba acosando a personas encontrando cualquier defecto para hacerlo. Tengo que admitir que no hacía nada para impedirlo, pero me prometí que de ahora en adelante nadie iba a seguir pasando por esto.
No podía seguir habiendo gente temiendo de mentes cerradas.

Llegó el día en el que Charlotte iba a quedar estúpidamente ridiculizada. Preparé los cuadernos de las materias que iba a tener ese día junto con la cartuchera. Los puse en la mochila y me la subí al hombro. Khalan me había dicho que el podía pasarme a buscar, pero preferí tomarme el ómnibus.

Era complicado lo que estaba pasando, Khalan debía seguir enamorado de mí, sino todo lo que estaba haciendo no iba a tener sentido alguno.

Pero si me seguía acercando...estaba claro de que iba a terminar gustándome.

Carta Blanca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora