13

9 1 0
                                    

Hubiera querido que ese abrazo durara un montón de rato seguido.

-No pasa nada- me dijo aún abrazándome. Me soltó y me miró a los ojos.

-Quiero ir hasta allí. Necesito verla. Pero sé que no tengo el valor suficiente de ir sola-

El esperó unos minutos. Pensando en que hacer. Al final terminó aprobando mi desición. Fuimos caminando hasta donde parecía haber sido el lugar donde ocurrió el accidente. Yo quería apurar el paso.
Finalmente cuando llegamos no había absolutamente nadie. Cómo si nada hubiera pasado allí. Habían restos de vidrios y de plásticos por algunos sitios pero no había señales de policías ni siquiera de mamá.

Quedaba uno de los vecinos fuera de la casa, era bastante mayor. Acudimos rápido y le preguntamos a él.

-Si, hace un rato ocurrió un accidente. Vinieron dos patrullas y una ambulancia. Primero hicieron una revisión rápida pero luego decidieron llevar a ambos al hospital. Dicen que no están heridos de gravedad pero yo vi la escena y fue bastante impactante- Yo casi entro en pánico de nuevo.

-Muchas gracias por la información. ¿Sabe usted a cual hospital?- El señor se quedó pensando.

-Si no me equivoco fue al de aquí que queda a cinco cuadras. ¿Lo reconocen?-

-¡Si, claro! Ya se cual es. Se lo agradezco- Dije yo y agarré a Khalan de la mano para que viniera conmigo. Él parecía rehusarse.

-¿Qué sucede Khalan? ¿No vas a venir?- Le dije con lástima en los ojos.

-Emm Mika, está todo bien contigo pero creo que estás siendo demasiado explosiva. Saliste de tu casa como loca y estamos haciendo todo a las apuradas. ¿Por qué mejor no vamos a casa? Apuesto que en poco tiempo van a aparecer buenas noticias, actuando de esta forma no conseguimos nada- Yo no sabía si enfadarme o sentirme triste. Pero tenía razón.

Le solté la mano.

-Es cierto lo que dices. No estoy haciendo las cosas con claridad. Ya has hecho mucho por mi y te lo agradezco, de verdad- le dije llevando una mano a mi corazón. El sonrió.

-Al fin y al cabo quiero verte feliz-

Fuimos a su casa y al llegar lo primero que hice fue sentarme en su cama. Estaba cansada.

-Puede acostarte si quieres. Haz como si fuera tu casa- Estaba esperando esa señal, me acosté y él se sentó a mi lado.

Su madre era muy parecida a la mía, creo que se llevarían perfecto si se conocieran. Me recibió con amabilidad aunque no le conté nada de lo que estaba pasando y le pedí a Khalan que tampoco lo hiciera.

-¿Quieres escuchar música?- Me preguntó Khalan. Lo miré aún acostada.

-No-

-¿Comer algo?-

-No-

-¿Mirar una película?-

-Tampoco-

Él se acostó a mi lado y me miró.

-Entonces no se qué hacer por tí- Me dijo y posó su mirada en otra parte.

-Solo dime que me quieres-

-Te quiero-

-Gracias, ya estoy a gusto- Le dije esbozando una sonrisa.

-Qué fácil es hacerte feliz Mikaela Smith- y lo abracé. Acosté mi cabeza en su pecho y el me abrazó. Fue lo más bonito que haya sentido en tanto tiempo. Nos quedamos así por mucho tiempo. O al menos fue mucho tiempo para mí.

-¿Y ahora qué hacemos?- Me preguntó.

-No lo sé... dímelo tu- Le respondí.

-¿Que te parece cosas indebidas?- Me dijo en tono de chiste. Los dos nos reímos un montón.

-Te pasas de imbécil Khalan. Nunca te ví como un chico pervertido, ahora lo dudo-

-Mikaela siento que malentediste, con cosas indebidas me refería a atracar bancos, llevarle la contra a la ley, etcétera. Ya sabes, lo típico-

-Mi padre es policía. No creo que te vaya muy bien atracando bancos-

-Lo sé, solo bromeaba- Y rió mientras fue a buscar algo a la cocina.

Yo me quedé observando su habitación. Era muy cool. Las paredes estaban pintadas de azul oscuro y estaban llenas de pósters de cantantes que por lo que se podía ver eran Rockeros. Tenía también un escritorio con muchos papeles sobre él. Además un Placard de color verde oscuro. Sin contar la televisión, los parlantes con el equipo y otras cosas más. El cuatro estaba muy ordenado, nunca pensé que un chico lo pudiera tener tan confortable y organizado.

Volvió y fijé su mirada en lo que traía en las manos. Era una bebida energética, la abrió y me ofreció.

-Sinceramente nunca he probado, pero siempre hay una primera vez...¿No es así?-

-Claro que sí, siempre la hay- Yo tomé un trago. No era que me había fascinado pero estaba buena.

-¿Quieres más?- Me preguntó. Y le negué con una sonrisa agradecida. De verdad hubiera preferido conocer a Khalan desde antes, era muy buena persona. Se notaba mucho que estaba sumamente enamorado de mí y por eso insistía tanto conmigo sin rendirse. Creo que al final consiguió lo que quería.

De alguna u otra forma este chico había logrado calmar mis nervios. Pero sentía que debía regresar. Papá me llamó en ese momento y Khalan creo que se sintió incómodo ya que disimulaba estar con su celular para no escuchar la conversación.

-¿Qué sucede?- Le pregunté a papá al contestar enseguida.

-Que mal lo que ha pasado con tu madre-Dijo en tono de burla. Aguarda un instante...¿Karla? Una sensación de ira recorrió todo mi cuerpo.

-¿Qué haces con el celular de mi padre?- Le pregunté.

-Soy su novia, madre de su futura hija, no es sorpresa que revise su celular-

Yo prendí la grabadora de llamadas en mi celular, venía una en mi modelo de móvil. Esto se iba a poner muy interesante, solamente debía provocar a Karla de una forma sutil y camuflada, sin que se note mucho.

-No entiendo cómo puedes burlarte de alguien que está pasando un mal momento, ¿Acaso tú no tienes sentimientos? Algo anda mal contigo. Apuesto que si algo le llegara a pasar a tu madre no dirías lo mismo y yo no estaría para hacerlo-

Khalan me miró un poco preocupado.

-Que inocente eres Mikaela. Tu madre es una idiota. ¿Por qué piensas que tu padre la dejo por mi?- Yo sonreía de la rabia. Iba a responderle que porque el verdadero idiota era papá por no saber diferenciar la verdadera mujer que era mamá y el veneno que llevaba Karla. Pero obviamente no iba a decirlo de esa forma, estaba grabando la conversación y no dudaría en mostrársela a papá.





Carta Blanca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora