NIGHTMARE | P. PEVENSIE

05. THE PREDICTION

05.

LA PREDICCIÓN.

           Caspian sintió un ligero cosquilleo en su cuerpo, era suave y se sentía como si la más fina seda estuviera pasando por su piel. Se removió al sentirlo en su cuello y soltó un jadeo de excitación cuando paso detrás de su oreja. Lo que fuera que estuviera causándole eso, le causaba cosas que nunca antes había sentido.

- Caspian... -una dulce voz pronuncio su nombre cerca de su oído.

Él entre su sueño volvió a removerse quedando de lado y abrió lentamente sus ojos al seguir escuchando aquella dulce voz llamándolo.

Cuando sus ojos se acostumbraron a la poca luz en la habitación se llevó un gran susto, unos ojos brillantes lo estaban mirando expectantes y la dueña de que aquella mirada era un hermosa doncella que estaba junto a él.

Se levantó asustado de la cama y rápidamente busco su espada pero para su mala suerte no la encontraba. No estaba en el lugar habitual donde acostumbraba a dejarla y eso lo ponía más nervioso porque los rumores de que su tío quería matarlo habían llegado a sus oídos.

Y temía que aquella doncella fuera capaz de matarlo.

Le angustiaba mucho, nunca había estado en una situación como aquella porque no podía pensar con claridad, en su cabeza seguía escuchando la dulce voz pero era consciente de que ella no le estaba hablando, ni siquiera la miraba mover la boca. No sabía ni como describir la situación.

- ¿Buscabas esto? –se sobresalto cuando escucho algo diferente a lo que escuchaba en su interior y la miro con curiosidad.

Su angustia aumento cuando vio a la chica con su espada, estaba jugando por así decirlo con la espada del príncipe. La movía de lado a lado con una agilidad y destreza que hizo que el príncipe dejara de lado su angustia para mirarla con sorpresa.

- ¿Quién eres? –se atrevió a preguntar acercándose lentamente a la chica.

La poca luz que se adentraba por las ventanas de su habitación alumbraba a la chica obligando a Caspian a detallarla mejor. Un vestido blanco con un corset amarillo, el cabello ondulado de la chica caía sobre su espalda y sus facciones eran tan únicas y delicadas, que se sentía admirado y a la vez extraño, tenía un sentimiento extraño carcomiéndolo por dentro.

Su mirada subió desde su torso al hermoso rostro de la chica, quien ahora lo estaba mirando. Se sintió avergonzado porque lo había pillado mirándola indebidamente.

La chica sonrió socarronamente al ver el efecto que había tenido sobre el príncipe.- Mi nombre en este momento no importa, ni mucho menos quien soy...

Paso sus dedos sobre el filo de la espada y en un rápido movimiento, la punta estaba sobre el cuello del príncipe.

Caspian trago el nudo que se había hecho en su garganta y se mantuvo firme, temía que la chica que tenía una gran habilidad con la espada, su espada, le cortara el cuello en menos de dos segundos.

Bajo la mirada unos segundos para ver los ojos de la chica, de nuevo; estos alumbraban aun en la penumbra de la habitación.

- Despierta.

Caspian frunció el ceño sin entender nada.- ¿Qué?

- Despierta y búscame, porque te van a matar.

- Estoy despierto... –murmuro desconcertado el príncipe.

- No, no lo estas.

Se escuchó un terrible grito, era desgarrador y ensordecedor, Caspian se tapó los oídos aguantándose el terrible sonido hasta que algo lo toco. Temeroso de que fuera la chica o algo más peligroso que ella, rápidamente abrió los ojos encontrándose con su profesor Cornelius tapando su cavidad bucal.

Soltó un suspiro dándose cuenta que solo había sido una pesadilla y quito la mano del profesor tratando de olvidar lo que había sucedido antes.

- 5 minutos más –pidió y trato de volver a conciliar el sueño.

- No. Si no te vas esta noche no serás mas príncipe –Caspian lo miro extrañado.- Ven, apresúrate.

El príncipe sin pensarlo dos veces se levantó de su cama dándole una rápida mirada a esta para comprobar que estaba solo y siguió a su profesor.

- Profesor, ¿Qué sucede? –pregunto.

- Tu tía, dio a luz hace poco... -se detuvo frente al armario.- a un niño.

Abrió las puertas del armario para luego entrar a este y abrir la puerta secreta.

Las palabras del profesor le recordaron las palabras de la doncella en su pesadilla.

Ella le había dicho que lo iban a matar.

- Ven –le ordeno el profesor Cornelius.

Caspian miro atrás fijándose en que había gente afuera de su habitación e hizo lo que el profesor le había ordenado. Rápidamente entro al armario y cerró las puertas, dejando una pequeña abertura.

Con la poca claridad que contaba, fue testigo de cómo los soldados entraban silenciosamente a sus aposentos y disparaban flechas de sus ballestas.

Ella se lo había predicho antes.