21.
ADIÓS.
Mandarnos a Lucy, Susan y yo era parte de un plan del que no estaba de acuerdo pero debía aceptar. Por otro lado, por obra de quien sabe que, por fin salió algo brillante de la boca Caspian, quien propuso una tradición de la cual Miraz no se negaría por orgullo.
Así que junto a Edmund caminamos hacia el campamento de los telmarinos, él relucía su armadura mientras yo relucía el mejor vestido que había sacado del cajón de las reinas. Nuestro andar desprendía seguridad y poder, cosa que debíamos demostrar. En cuanto entramos a la caseta de Miraz su expresión fue lo mejor, no podía creer que estuviera viva.
Si mencionamos a Peter, no estuvo para nada de acuerdo que viniera pero él olvidaba que a mí nadie me impedía salirme con la mía. Además después del beso estábamos evitando cualquier acercamiento directo, temía que no pudiera controlarme y luego estaba que él se enfrentaría a Miraz y toda aquella seguridad se iba, temía que algo le pasara y sé que era extraño que me preocupara de esa manera pero era imposible hacerlo.
Edmund termino de leer el pergamino que había enviado Peter y ansiosa de soltar mí veneno, espere que primero lo hiciera Miraz.
- Díganme, príncipe Edmund y...
Solté un sonido de burla desde mi garganta al no creer que ese imbécil olvidara mi nombre.- Kassia Draconis, protectora de Narnia e hija del gran dragón dorado, en pocas palabras, tu peor pesadilla.
Él iba a decir algo en mi contra pero Edmund lo interrumpió.- Es rey, solo rey. Peter es el gran rey... lo sé, es confuso.
Sonreí con malicia al ver la mirada confundida de Miraz.
- ¿Por qué me arriesgaría a esta propuesta cuando nuestras tropas los aplastaran al anochecer?
- ¿No está subestimando nuestro numero? Porque hace apenas una semana, los narnianos estaban extintos –murmure.
- Y así lo será.
- Recuerde, su destino ya esta sellado, no haga que se lo repita –amenace dando un paso al frente, Miraz me vio con recelo y le dedique una mirada fija, él trato de ocultar que estaba sintiéndose mal y de no ser por Edmund él hubiera terminado en el suelo.
- Entonces no tiene nada que temer –añadió Edmund.
Miraz soltó una carcajada y rodee los ojos.
- Esto no tiene que ver con la valentía.
- Es tan valiente que rechaza enfrentar a un espadachín de casi la mitad de su edad –dice Edmund retándolo.
- No dije que no lo haría.
Una riña entre los allegados de Miraz empezó a formarse y sonreí con malicia, estaba por perder el control Miraz y eso me gustaba mucho.
- Tu –señalo a Edmund con su espada.- ojala la espada de tu hermano llegue a ser mas filosa de lo que escribe.
- Créeme, no subestimes al rey –le guiñe un ojo y con Edmund emprendimos nuestro camino de regreso a la base.
...
Trate de calmar mi ansiedad y me dirigí al punto donde Susan y Lucy me esperaban para ir tras Aslan. No estaba segura de que se mostrara ante nosotros así tan fácil pero no quería romper las esperanzas de Lucy.
Iba tan sumida en mis pensamientos que no me fije que estaba frente a Peter cuanto me arrastro hacia un lugar solo y apartado.
- Ve con cuidado –dijo mirándome angustiado.
- ¿No eres tu el que se va a enfrentar a espada con el usurpador? –pregunte.- el que debería tener cuidado eres tú, Peter, ese hombre es traicionero, no te confíes, por favor.
Mi mano se estaba dirigiendo a su rostro pero la detuve y trate de bajarla pero él se dio cuenta de mis intenciones y agarro mi mano llevándola a su mejilla izquierda. Sus orbes azules como el cielo me miraban directamente y sobre él no había ninguna fuerza externa que lo obligara a permanecer allí mirándome con cierta dulzura. Acaricio mi mano contra su mejilla deseoso de cariño y lo deje que lo hiciera, yo estaba por abandonar el lugar y él se enfrentaría a Miraz.
- No permitas que te haga daño, Peter –pedí.
- No lo dejare... -susurro acercándose a mí, nuestras narices casi rozaban.- no permitas que te encuentren.
Un nudo se instalo en mi garganta y esta vez, no tenía respuesta a esa reacción de mi cuerpo. Me estaba dejando llevar por un rey de mil años mayor que yo, no podía ilusionarme con algo irreal.
- Debo irme –anuncie.
- Una última vez... -pidió acercando sus labios.- un último beso.
Lo mire a los ojos indecisa, la parte racional de mi decía que debía irme y dejarlo, la otra decía que debía darle un último beso y como en todo, me salí con las mías. Le di un último beso a sus suaves labios rosados, pase mis manos por detrás de su cuello. Nuestros labios danzaban a un ritmo que solo ellos conocían y que era pasajero.
Nos separamos, sus labios estaban más rosados y nuestras manos se soltaron por última vez.
- Adiós, Peter.
- Adiós.
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NIGHTMARE | P. PEVENSIE
Fanfic"Aquel que ose mirarte a los ojos sufrirá las consecuencias de sus actos." [Peter Pevensie] [Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian] 20/05/18 #1 en Crónicas de Narnia