NIGHTMARE | P. PEVENSIE

09. THE DRAGON.

09.

EL DRAGON.

                   - ¿Así que tuvieron una pequeña pelea, eh? ¡Se comportan como niños y pretenden que los trate como hombres! –exclame llena de cólera por lo acontecido hace unos minutos entre Caspian y Nikabrik.

Ayudo a Cazatrufas con las bebidas que llevaba rato haciendo y le paso una a Caspian quien me mira apenado.

- Lo siento, Kassia –hace silencio mientras pasa una rápida mirada sobre la madriguera de Cazatrufas.- No te vi y pensé que algo te habían hecho.

- ¿Enserio? ¿A mí? ¿Una narniana siendo ataca por narnianos que son la mitad de su estatura? Te diste muy duro en la cabeza... -le doy una palmada en la cabeza haciendo que bote algo del líquido en su vaso y manche su camisa.- imbécil.

Caspian me mira por unos segundos hasta que parece caer en cuenta de algo y deja el vaso sobre la mesa para ir por su pechera.

- ¿A dónde quieres ir? –le pregunta Cazatrufas.

- Mi tío no se rendirá hasta que yo muera.

- No puedes irte, has venido a salvarnos –eso me toma complemente por sorpresa, lo miro sin poder creer lo que dice hasta que veo el cuerno de la reina Susan sobre la mesa.

Tenía razón, Caspian había llamado a los reyes de antaño y ellos no demoraban en reunirse con nosotros. Aunque las malas lenguas dijeran que ellos solo eran mitos, no lo creía así, porque si de algo estaba segura era de lo que había visto días atrás, cuando vi las imágenes de los 4 reyes aquí, en Narnia.

Caspian noto mi cambio de expresión y me miro buscando respuesta alguna a lo que sucedía.

- ¿Tienes idea de lo que es esto? –pregunte sosteniendo entre mis manos el cuerno.

Deslice mis dedos sobre la muy bien delineada figura del león sobre la copa y levante la mirada para ver como Caspian dejaba caer sus cosas al suelo, completamente rendido.

...

Bailaba entre las dríades mientras corría por el bosque portando un vestido de encaje largo. Cuando alguna dríade se atravesaba en mi camino, con pasos tímidos me acercaba a ella para luego ser testigo de cómo huía y tenía que seguirla.

- Kassia, ven –el llamado de mi madre hizo que perdiera su rastro y corriera a ella.- te he dicho que no te pierdas de vista, el bosque es peligroso.

- Si, madre.

Rondar por los bosques de Narnia era completamente satisfactorio y placentero, porque iba en compañía de mis padres siempre. Aun recuerdo esas temporadas donde no éramos una plaga y convivíamos todos como familia.

Ahora aquellos recuerdos abundan en mi cabeza mientras recorremos un camino hacia la montaña donde antes yo solía vivir con mi familia.

- ¿Qué iremos a buscar precisamente? –pregunta Caspian.

Escucharlo hacer preguntas cada nada me hace preguntarme en mi interior porque fue que lo invite a venir conmigo cuando apenas lo soporto.

- A cambiarme este horrendo vestido.

Él sube la mirada para detallar el vestido blanco y amarillo que ahora está tomando colores grises y cafés por la suciedad.

Charlisse relincha llamando nuestra atención.

- A Nightmare nunca le ha agradado llevar vestidos –asegura.

- Creo que tampoco ser buena persona –agrega Caspian entre dientes.

- Te escuche, Caspian.

...  

Al abrir la puerta incinerada por el fuego un nudo se me instalo en la boca del estómago.

La luz del día se adentraba por las ventanas y por hoyos en el techo. Todo el color y alegría como antes solía haber, se había opacado por cenizas y dolor, era totalmente deprimente aquel escenario donde lo único que quedaba era nada.

- Lo siento, Nightmare –murmura Caspian entrando detrás de mí.

- ¿Por qué? ¿Acaso tu gente fue la que ocasiono esto? ¡Oh espera! ¡Si así fue!

- Puedes dejar tu sarcasmo para otro momento, Kassia –pide llamándome por mi nombre real, instantáneamente le doy un puño en el brazo y él chilla ante el golpe.

- Puedes dejar tus comentarios para otro momento –ataque.

Me adentre en mi antiguo hogar y fui directo a la habitación de mis padres, su aroma se había combinado con el olor a cenizas pero se sentía, seguía estando allí.

- ¿Ese es Aslan? –pregunta señalando el enorme tapiz que mis padres tenían y que curiosamente fue lo único que se salvó del incendio.

- Si –respondo añorando volver a verlo para que me diga que tengo que hacer porque la incertidumbre de no saber a dónde ir, me está consumiendo.- El gran invierno ha caído con su potente rugido y al sacudir su melena, la primavera llega.

Cito las palabras que están en el borde del tapiz.

- Bien, Torpe Caspian, serás testigo de algo magistral y sorprendente...

Empiezo a quitar el tapiz lentamente cuidando no dañarlo y dejo a la vista la bóveda de oro que mi padre guardaba en secreto. Hay un enorme dragón tallado, se mira amenazante y feroz. Debajo de él hay imágenes talladas de leones y lo rodea una serpiente.

Combinada es una quimera.

- Et arripuit gladium ut custodias pervenit usurpatores nostri finiret (los protectores han llegado y su espada empuñado, para que los usurpadores no terminen con nuestro reinado.)

La serpiente se movió alrededor del dragón formando un círculo hasta que termino en su cola.

- Sorprendente.

Lo mire y tenía una enorme sonrisa en su rostro.

La bóveda se abrió y dejo a la vista un cajón de oro puro con las mismas esculturas talladas, entramos a la bóveda y abrí el cajón dejando a la vista la armadura para la siguiente en la línea de los Kidemones y un arete en forma de dragón encima de este.