Armonía: VII

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—Pssst —se escuchó un susurro apenas audible, sobreponiéndose por el cantar de las aves, el escupir de los murciélagos de la fruta y el rasposo salpicar de la corriente del río—. ¡Hey!

La joven Scoot caminaba a casco derecho de Trixie, haciendo señas a su compañera Crusader. Babs estaba sentada en el borde frontal de la carreta que transportaba a Limestone Pie.

Es bien sabido que la prima de Applebloom es bastante "ideal" considerada por muchos de sus familiares como fanática. Un poquito obsesionada y también sensible. Pero no engañemos a nadie, esas cualidades valen su peso en oro en la profesión de medicina.

Las mejillas de la poni se tornaron irresistibles, el rojo de su rubor y sus pecas coquetas hacían sentir celos a las fresas mas jugosas y coloridas. Sus ojos reflejaban aquello que miraba con tanta inquietud, meneándose en un vaivén al ritmo del andar de la carreta.

—Por lo menos disimula un poco Babs —Scoot rió un poco, entrecerrando sus ojos—. Deberías... no lo se... ¿me estas escuchando siquiera?

La poni en la carreta no dio respuesta, inmóvil cegada por la belleza frente a ella.

Trixie cortó repentinamente su conversación con Blossomforth acerca del Spa de Glamour, dándose espacio para escuchar las quejas de Scoot. La unicornio miró de reojo a la Crusader alada, acto que repitió con Babs.

—¿Ha? —Trixie hizo un mueca de sorpresa mezclada con una pizca de disgusto y vergüenza—. ¿Babs, eso que miras... —la maga profesional tropezó con una piedra en el camino, haciendo que la carretera se impulsara repentinamente hacia delante, dándole la oportunidad a Babs de caer sobre el lomo de Blossomforth y cual si fuera un costal de paja, la comandante soltó un soplido de aire caliente por el impacto, sin embargo sus piernas no cedieron, manteniéndose en casco y deteniendo el avance de la carreta.

—¡Ay! —replicó Trixie sobando su pezuña izquierda con sus cascos.
—Pe-perdón... Yo —la pelifresa seguía ruborizada, comenzó a sudar—. Es que tu crin es muy bonito, me-me distraje.
—¡Si claro! —intervino la maga profesional con una pequeña lágrima en sus ojos—. ¡Su crin! No te hagas la tonta chica punk —Retiró el arnés de su cuello, se agachó un poco para tomar la roca con la que tropezó y de un fuerte lanzamiento, la mando mas allá de los plantíos de árboles de manzana—. ¡Estabas mirando su cola!
—¡JaJa! —Scootaloo no pudo soportar la risa, se tiró al suelo abrazándose.

Babs apretó los dientes e infló sus mejillas, asemejando el berrinche de una pequeña potranca.

—¡Pues...! —sin bajar del lomo de Blossom, la joven terrestre se cruzo de cascos y miro a Scoot con desaprobación—. ¡Pues por lo menooos, yo, no ando preguntando tooodo el tiempo por el comandante Flash! —guiñó de forma coqueta mientras mandaba besos al aire.
—¿Hmm? —se levantó del suelo sacudiendo la tierra de su crin—. Espera un momento. Flash Sentry... Quiero decir, no es que sea un secreto, ya saben, pero... —se rascó la nuca—. El comandante Flash es mi papá. Es-es normal que me preocupe por el de vez en cuando ¿no?

Limestone Pie sintió un ligero cosquilleo detrás de las orejas, escuchó un tenue susurro. La poni se giró un momento, pero como era de esperarse no pudo ver nada. El espeso bosque de sus sueños la tenían prisionera en su propio cuerpo.

—Así que tu también lo sentiste —Refunfuñó una de las sombras de Limestone, mientras encendía una fogata a unos metros de la poni—. Estas sensaciones cada vez son mas fuertes... ¿Podrían significar algo?
—¡Si como sea! —exclamó Limey, dirigiendo su mirada al fuego con una mueca de indiferencia.
—No finjas Limestone. Por mucho que quieras hacerte la fuerte y de mal carácter, aquí no funciona —se sentó frente a la hoguera rascándose la nuca—. No tienes que aparentar frente a ti misma. Anda, sientate junto al fuego. No es fuego real, ya sabes, solo es la materialización de una necesidad dentro de tu sueño, bueno... por si, tenias miedo de quemarte.

Arcoíris CrepuscularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora