Capitulo 8

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El destino siempre prepara sorpresas, unas más dolorosas que otras.

Observaba detenidamente el movimiento de las manecillas del reloj, había pasado una eternidad , bueno yo lo sentía asi. Desde que el director había impedido que Cody me golpeará o me hiciera sabrá Dios qué, estoy sentada afuera de su oficina, en otras palabras quince minutos. Ese mismo momento llamo a los padres de ambos, y como mi madre no pudo salir del trabajo el cargo recayó sobre José, y al no poder venir él ¡A divinen a quien mandaron!.

A la muñeca de trapo de mi madrastra, el intento fallido de Barbie versión hombre, quién aparecio vistiendo practicamente como una prostituta, ¿Qué mujer de cuarenta y cinco años se pone un vestido ajustado y corto?, la respuesta es fácil, una zorra.

Sentí la mirada de alguien, levante la vista para encontrarme con Cody, quién me observaba desde el frente con odio, claro que el más afectado entre los dos era él, por el hecho del viernes y ahora tratar de pelear con una mujer, pero nada de esto hubiera pasado si él no me hubiera vista la cara de idiota. Él seguía mirandome y como toda la adolescente madura que soy, hice lo más lógico y coherente, le saque la lengua.

Segundos después la puerta de la dirección fue abierta dando paso a un director quien reía alegremente con la cabeza de escoba con complejos de ser mujer.

—No se preocupe, director, estoy segura que mi hija no volvera a comportarse como hombre— ¡Su hija!. ¿Pero como se atreve a llamarme de esa forma? me esta insultando, yo nunca sería hija de una cabeza hueca como ella. Cerré mis ojos tratando de guardar la calma.

—Eso espero, señora Shepard. Tiene que dejarle en claro a Blake que no es una boxeadora— Ambas rieron. No sere boxeadora pero puedo partirle la cara de un golpe.

Luego de una animada despida del director con aquella mujer, nos encontrabamos en su auto debido a que las clases para mi ya habían terminado.

— Deberías agradecerme, por mí no te han suspendido una semana, solo lo que quedaba de clases— Con un vestido corto y moviendo el trasero cualquiera lo logra. Susurro un gracias y vuelvo a ignorarla, no quiero escucharla, no quiero hablar con ella, solo desearia estar en mi casa con mi madre, mirando alguna pelicula absurda y riendo como locas mientras comemos palomitas de maiz.

Me colocó los casquillos y pongo la música a todo volumen, me limite a solo mirar por la ventana. Observaba con atención los árboles y las casas, pues me resultaban más interesantes que mantener algún tipo de comunicación. Algo en el trayecto llamo mi atención, se suponia que debia haber girado a la derecha y no a la izquierda.¡Era una trampa!,¡Me quiere matar!. Me saqué los casquillos y apague la música, guarde mi teléfono y me acomode en mi asiento. Comencé a mirada hacia todos lados buscando algo que me dijera donde estoy.

Tomé un poco de valor y decidi hablarle— ¿A dónde vamos?— Sigo mirando a todos lados como un niño perdido.

Ella se aclara la garganta — Iremos al centro comercial, necesito hacer un par de compras para esta noche— Da un giro algo brusco a la izquierda haciendo que mi cuerpo se incline en dirección contraria y mi cabeza se golpee contra el vidrio.

—Espera ¿qué?.¿Qué hay está noche?— José no me había mencionado nada con respecto a hoy día.

Lucero bufa aburrida, como si mis preguntas fueran estúpidas — Tu padre tendra una cena muy importante hoy día con un inversionista y si todo sale bien, el negocio de tu padre saldrá adelante. Por lo que veo se ha olvidado decirte. Supongo que no tendras nada decente que ponerte—Me mira de reojo y hace una mueca de asco, ¿Pero qué pendejada fue esa?, estoy con el uniforme del colegio no con ropa normal.¡Idiota!

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