-¡ Detente!, ¡Blake, vas muy rápido!- Chillaba Gus en mi oído.
-Gus.
-¡Soy muy joven para morir!, ¡Aún tengo varias cosas que quiero hacer!.
-Gus.
-¡Ni siquiera nos hemos casado y ya quieres matarme!.
-Gus.
-¡Dios, perdona a esta pecadora por intentar matar a uno de tus ángeles!.
-¡Gus!.
-¡¡¿Qué?!!.
-¡Ni siquiera he encendido el motor y ya estás chillando! - Grité molesta, ya me habían cansado sus chillidos en mí oreja.
-Oh. Lo siento. Estoy nervioso. - Al escuchar sus palabras inmediatamente una pregunta invadió mi mente. Me giré un poco para poder ver su rostro.
-¿Es la primera vez qué subes a una motocicleta?- Una sonrisa se extendió en sus labios, negó varios veces.-Entonces, ¿Por qué estás nervioso?- Si no era la primera vez que subía a una motocicleta, ¿A qué se debían sus nervios?.
-Cariño, se que tengo una rostro angelical y pareciera que no asesino ni a una mosca pero también hago cosas alocadas.- Con su dedo índice toca la punta de mi nariz- La respuesta es muy fácil, tú. Eres tú la que me pone nervioso, en realidad es tu cuerpo. La cercanía de tu cuerpo me pone nervioso. - Se encogió de hombros.- Bueno vámonos, mi amada. - Jamás lograría entender a Gus, cambia de un estado a otro en tan solo en segundo,como si tuviera varias personalidades, tal vez es bipolar.
Decidí ignorar lo que acababa de suceder, encendí el motor y nos pusimos en marcha. Gus colocó sus brazos alrededor de mi cintura y su mentón sobre mi hombro derecho, pero no me molesta, ni siquiera me incómoda su cercanía.
Tan solo tardamos diez minutos para llegar al departamento ya que las calles estaban despejadas.
Entré al departamento con Gus pisandome los talones, le iba a decir que se ponga cómodo pero antes que lo diga él se sentó en el sofá y prendió la televisión, al parecer le he dado demasiada confianza.
Seguí caminando hasta llegar a mi habitación, lancé mi mochila sobre mi cama y fui directo al baño. Quité toda la ropa de mi cuerpo y la deposité en el cesto de ropa sucia. Abri el grifo y el agua empezó a correr, espere hasta que calentará y recién entré a la regadera. El agua caliente relajaba mis músculos, me encantaba bañarme era un momento de relajación en el cual podía despejar mi mente por completo.
Terminé de bañarme, seque mi cuerpo y envolví una toalla alrededor de él. Empecé a buscar en mi ropero alguna prenda que me gustará pero no encontraba nada, luego de tanto escarbar entre mi ropa me opte por un vestido rosado pastel de dos partes, la falda tenía varios dobleces y me llegaba cinco dedos arriba de la rodilla, la blusa era un poco holgada y algo corta permitiendo que se viera un pequeño grosor de mi abdomen.
Me coloque la ropa escogida y empecé a peinar mi cabello hasta que no tuviera ni un solo nudo, acomode las ondas de mi cabello con mis manos hasta que quedaron perfectas, me acerque al espejo y observé mi rostro, mis labios estaban muy pálidos, normalmente no uso lápiz labial pero por hoy haré una excepción, tomé un labial de color rojo bajito y pinte mis labios no muy fuerte haciendo que quedarán de un color natural. Busqué unos tacones blancos y me los puse, tomé mi teléfono y salí de mi habitación.
Al llegar a la sala Gus me escaneó por completo, su boca se abrió en un gesto de asombro, miré mis vestimenta buscando algo malo en ella, ¿Acaso me veo mal?.
-Oh Dios mío, es-estas hermosa - Su sonrisa se ensanchó, tomó mi mano y me jaló hasta chocar contra su cuerpo, rodeo con su brazo mi cintura haciendo que quedara completamente pegada a su cuerpo. - Estás más hermosa que nunca - Colocó un mechón detrás de mí oreja para luego depositar un beso en la comisura de mi labio - Es hora de irnos.
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Ice
Teen FictionBlake Shepard no es la típica nerd, no es la popular, no es millonaria ni nada por el estilo. Solo es una chica común y corriente de diecisiete años con amor hacía el básquetbol, amigas que carecen de tornillos que la mayoría de veces le hacen pasar...