Porque existen personas por las que vale la pena ensuciarse las manos.
Después de salir corriendo como si fuera un ladrón y con lo que me acababa de enterar, preferimos comprar unos tacos para llevar y comerlos en mi casa.
Me sentía molesta, frustrada, cabreada, emputada y todo lo que terminará en ada. No podía creer que estaba cayendo redondito en la trampa de la arpía y el renacuajo sarco. Hasta el día de hoy no lograba entender que era lo que tenía Anna en mi contra, ¿Qué le había hecho? qué yo recordara nunca le hice nada.
Debo admitir que me fue muy díficil salir del local sin arrancarle unos cuantos cabellos o como mínimo escupir en sus caras mientras les recitaba el diccionario de las malas palabras.
Nos encontramos en mi habitación, me había tomado aproximadamente como veinte minutos pensar una buena venganza, algo que los dejará en ridículo y a la vez como los putos que son. Y cómo rayo de sol una idea me llegó. Llevaba como diez minutos explicándoles lo que tenía en mente, sería un poco díficil pero no imposible.
Jess se encontraba sentada en mi cama con la espalda apoyada en el respaldar, mientras que Michelle estaba recostada boca arriba con la cabeza colgando en la orilla, su cara comenzaba a tornarse roja y no lograba entender cómo podía estar tanto tiempo en esa posición, si fuera yo también estaría mareada. Había colocado una silla en el centro de la habitación, justo donde me encuentro sentada, para que su atención se centrará en mí, acaricié el suave y sedoso pelaje de Oliver quien estaba durmiendo sobre mis piernas.
—Entonces, niñas de mi oscuro corazón,¿Entendieron el plan?—Ambas asiente. Michelle esboza una sonrisa malévola, tan característica de ella.
— Aún no estoy muy segura de esto, Blake. Si nos atrapan estaremos en problemas, y no me refiero solo a Cody y Anna, también estaríamos en problemas con el director por el hecho de usar el mobiliario escolar para vengarse. Sin mencionar que no pienso aprovecharme de los sentimientos de Tyler solo para ayudarte, ¿Es algo cruel no crees?— Dice Jess, ante su comentario Michelle y yo giramos los ojos.
—Mi querida e inocente Jess, todo estos años de amistad que hemos tenido, ¿No has aprendido que somos cruel? — Hablo con todo la normalidad del mundo.
— Cruel es bueno — Argumenta Michelle.
—Bueno, esta bien,te ayudaré pero solo por esta vez. —Aplaudo como una niña chiquita al escuchar sus palabras.
—Ahora solo falta comprar el ingrediente secreto y de eso estas encargada tú, mi querida Michelle —Ella asiente—Muy bien, todo esta planeado a la perfección, lo haremos mañana a la primera hora, será fácil si lo hacemos tal y como lo acordamos— Sonrió y ambas asienten, una más emocionada que la otra.
—Oye, cara de asno ¿no has visto mi cargador? — Habla Liam entrando a mi habitación, al notar que tengo compañía su mirada se queda clavada en una en especial, Jess —Hola— le sonríe a la morena y ella le devuelve la sonrisa,¿Pero qué diablos esta pasando aquí?. Creo que tendré que hablar seriamente con Liam y con Jess, porque conociendo a mi hermano, a veces se la da de mujeriego.
— No, Liam, no lo he visto — Tomó a Oliver y lo bajo de mis piernas, doy pasos largos y saco a mi hermano a empujones, una vez que está afuera cierro la puerta —¿Me puedes explicar por qué tú y mi hermano se miran de esa manera?,¿Algo qué me quieras contar?—Pongo mis manos en mi cadera y adoptó un semblante molesto. Jess evita mi mirada, esta nerviosa, la conozco a la perfección— ¿Sabes qué? olvidalo, mejor solo hay que concentrarnos en lo de mañana, debe ser nuestra prioridad en estos momentos —Me lanzó sobre mi cama aplastando a Michelle.
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Ice
Teen FictionBlake Shepard no es la típica nerd, no es la popular, no es millonaria ni nada por el estilo. Solo es una chica común y corriente de diecisiete años con amor hacía el básquetbol, amigas que carecen de tornillos que la mayoría de veces le hacen pasar...