Prologo

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Dicen que justo en el momento antes de morir, uno ve pasar toda la vida frente a sus ojos en tan solo un segundo. Siempre dude de esto, pues si alguien verdaderamente iba a morir, ¿como podria despues contar que vio su vida pasar en un segundo?, ¿Iba a morir realmente?.
Preguntas simples para algo a lo que nunca le dedique mucho tiempo a pensar. Hace muy poco tiempo nunca habria pensado estar en una situacion como en la que estaba ahora. Bueno, si, quizas pensaba en morir, como toda persona normal pero nunca habria imaginado hacerlo de la forma en la que lo estaba haciendo ahora; derrotada, sin esperanzas, a manos de alguien que hace un tiempo habria creido que era solamente una especie de monstruo creado para asustar a los niños.

Nunca pense en la literalidad de ver pasar una vida en un segundo, pense que yo estaba por sobre eso, mal que mal, ya habia visto pasar varias vidas frente a mis ojos y pense que mi comprension al respecto era superior. Pero estaba equivocada, a pesar de todas las cosas que habia vivido ultimamente, seguia siendo la misma chica fragil, comun y corriente de siempre.  En algun momento durante este viaje, me senti como una especie de guerrera, como alguien que no se desplomaria frente a nada y que si moria, moriria de una forma dramatica como una heroina de los libros e historietas que leia, pero estaba equivocada. Ahora estaba ahi, derrotada, vulnerable, desesperada, aterrorizada y sintiendo un dolor tan terrible que me hacia querer no haber vivido nada de lo que habia vivido, incluso las cosas buenas.  Pense en el. ¿Que haria el en mi lugar?, el si era un heroe, el no habria dado un solo momento a pensar en su vulnerabilidad en una situacion asi, el habria luchado hasta su ultimo aliento. Y yo estoy aqui, gastando mis ultimos alientos en desear no estar aqui y escapar.

¡Debo concentrarme!. – Zeru, ¡CONCENTRATE!   ¡esto aun no termina!... no todavia.

Habia dejado de ver, oir, oler o sentir por un breve momento otra cosa que no fuera el dolor. Pero aun tenia un asunto pendiente que debia asegurarme de cumplir antes de que todo acabase.

Arrodillada con mis manos al frente, sosteniendome y cubriendolo a el con mi cuerpo, protegiendolo de aquella estocada mortal que tenia como destino su cuerpo pero que yo recivi en su lugar. El estaba calcinandose debajo de mi, gritando de dolor. Rapidamente amarre el medallon a su cuello. El solo acto de moverme me produce un dolor horrendo en mi vientre, pero puedo ver que el solo contacto con el medallon comenzo a recuperar su cuerpo de las quemaduras y calmo sus gritos. Me tomo un momento para cruzar mi mirada con la de el, para comprobar que el seguia ahi, que no habia muerto, que lo habia salvado exitosamente. Y ahi estaba, su mirada calida, mirandome ahora con preocupacion. No eran necesarias las palabras, supe al ver sus ojos que estaba preocupado por mi y el sabia al ver los mios que yo abandonare este mundo en breves momentos, ambos sabemos que las cosas estan mal, no era necesario decir nada. Y aunque hubieramos querido, dudo que pudieramos escucharnos el uno al otro, dado el estruendo que nos rodeaba.

Dos segundos, todo esto en dos segundos. De alguna forma mi mente estaba trabajando tan rapido en este momento, que incluso tenia tiempo para detenerme a pensar en lo breve que era este instante y lo increible que era pensar la cantidad de cosas que estaba pensado en un lapso tan corto.

Dejo de pensar, lo miro ahi frente a mi. Bajo mi mirada a la enorme hoja brillante que emerge de mi vientre, ensangrentada. Pienso unos momentos en el dolor que me provoca y luego en el dolor que me tocaria sentir ahora, pues mi verdugo desenterraria la espada de mi cuerpo y luego no se que haria. ¿Me cortaria la cabeza?, ¿Me romperia el cuello?. Si algo estaba claro, era que no guardaria ningun tipo de muerte placida y tranquila para mi, seria violenta y sangrienta. ¿Valia la pena pensar en eso ahora?. Quizas debia pensar en desarmarlo con mi propio cuerpo y alejarlo de su arma, para quizas darle unos segundos a otro para que lo acabase, asi pensaria un guerrero en sus ultimos momentos. Pero ... que tonta eres Zeru, no habia nadie mas. Todos seguramente estaban calcinados ya y yo no me sentía para nada una guerrera en este momento.

Vuelvo a mirarlo a el, frente a mi, comenzando a levantarse con el medallon apenas amarrado a su cuello, habia salvado su vida. Ahora el no se rendiria, no se lo que haria, no es alguien en el que alguien depositaria su confianza en un momento asi, pero no se rendiria, de eso estoy segura. Era momento de pestañear, de cerrar mis ojos para quizas no abrirlos mas y junto con este pestañeo, depositar toda mi fe en el.

– Fe –lo dije en voz alta.

Entonces sucedio; la vida en un segundo...


Del Angel al DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora