Ladridos y mas ladridos, antes de dar vuelta a la esquina senti a un perro ladrar enfurecido. Cuando vi la escena, primero mire hacia atras y el cuerpo del hombre palido estaba tirado en medio de la calle, totalmente inconsciente. Mire hacia el otro lado, desde donde su cuerpo habia salido propulsado. Primero vi al perro ladrando junto a la vieja motocicleta del ebrio que estaba estrellada contra una vitrina de una tienda que a esas horas estaba cerrada, a un lado del perro estaba el ebrio, tambien inconsciente pero parecia mas durmiendo que aturdido como el hombre palido. Mire mas hacia la calle y lo que vi me dejo petrificada.
Un enorme lagarto estaba parado en medio de la calle, haciendose crujir los huesos de una de sus garras mientras miraba hacia el cuerpo del hombre palido.– Nunca pense que seria yo el que se daria el gusto de dejar fuera de combate a este bastardo engreido –dijo el lagarto, como si se dirigiera a alguien y con una voz ronca y entrecortada, como si le costara pronunciar las palabras–. Sera algo para presumir cuando lleguemos a casa.
– No deberias disfrutarlo Bojya, estamos en mision. –dijo una voz que venia desde el lomo del lagarto.
Note que el monstruo tenia unas enormes alas grises, del mismo color de su piel y la voz provenia de alguien que se encontraba entremedio de estas.– ¿Y este otro quien es? –dijo el lagarto viendo hacia el ebrio, aun sin percatarse de mi presencia– Golpee su aparato de transporte sin querer, ojala no lo haya matado.
Al notar que aun no me veia, comence a retroceder lentamente. Estaba decidida, debia irme de ese lugar y llegar a casa corriendo si era necesario, encerrarme en mi habitacion y no salir durante una semana.
– No importa quien sea, esta inconsciente –dijo la voz que venia de entremedio de las alas.
Segui caminando hacia atras, muy despacio. La vuelta de la esquina estaba cerca, podria esconderme ahi y volver a casa y continuar mi vida como si nada hubiera pasado. Cuantos temas nuevos tendria para conversar con la profesora Buandina.
Mientras retrocedia, contemple al lagarto. Tenia extrañas escamas saliendo de sus pomulos, unas raras protuberancias en su craneo que no pude distinguir si eran orejas o eran cuernos. Sus grandes alas que no recogia del todo, seguia moviendolas mientras acariciaba la garra con la que aparentemente habia golpeado al hombre palido. Pense unos momentos en como un golpe de esa garra podria causar un ruido como de explosion como el que escuche y me parecio ilogico. De inmediato me dije a mi misma; "¿A caso es lo mas ilogico que has visto hoy?". Pense en mi abuelo y una frase atraveso fugazmente mi cabeza; "Niña tarada".
Di un ultimo vistazo al hombre palido, aun sin sentido, tirado en medio de la calle. Un ultimo vistazo al ebrio, que habia cambiado su posicion tirado en el suelo, lo que demostraba que literalmente se habia "acomodado". Tan borracho estaba que ni siquiera se percataba de lo que sucedia a su alrededor. Vi a su perro, ladrando y gruñendo junto a su amo inconsciente, convirtiendose en una barrera entre el monstruo y su amo, el perro verdaderamente no tenia nada de miedo, a pesar de ser muy inferior al monstruo, no demostraba el mas minimo temor tratandose de proteger a su amo. Eso me hizo sentir patetica y cobarde, pues quizas yo debia estar haciendo lo mismo por el hombre palido, que habia salvado mi vida tan solo un momento atras.
Unos centimetros mas y estaria escondida, unos centimetros mas y podria dar media vuelta y echarme a correr sin que nadie supiera que habia estado ahi.– Ahora mi duda es ... –dijo la voz que venia de entre las alas. Y un extraño joven aparecio frente a mi cara. Y por el sonido de sus pies al caer al suelo deduje que dio un rapido salto para ponerse en frente mio, pero por la velocidad de su movimiento podria haber pensado que simplemente habia "aparecido" frente a mi–. ... ¿quien sera esta señorita?.
No pude seguir caminando, me quede quieta con los ojos fijos en los ojos de este extraño joven. Estaba asustada y ya no recuerdo que cosas pensaba en ese momento, exepto que mi temor se convirtio en terror cuando escuche al lagarto conversar con el joven, no recuerdo que se dijeron, pero dos palabras probocaron panico en mi; "demonio", "matala".
Me obligue a calmar mi mente, el miedo no me dejaria pensar con claridad y debia encontrar una forma de salir de esta y pense rapidamente en mis opciones:
Correr estaba fuera de discusion, pues este joven habia recorrido varios metros de un salto y ademas, escapar corriendo de un lagarto que puede volar, no me parecia muy inteligente tampoco.
Atacarlos seria lo mas estupido que podia hacer. El hombre palido habia hecho añicos a un hombre que podria haberme matado y estos hombres dejaron fuera de combate al hombre palido de un solo golpe.
Mi unica opcion era usar el cerebro. El Joven podria haberme matado en cuanto salto del lomo del lagarto, pero no lo hizo, asi que la opcion de entablar una conversacion y negociar, existia.– ¡Me llamo Zeru Miski! –dije sacudiendo la cabeza para expulsar la confusion de mi voz y sonar mas segura de lo que estaba–. ¿Que puedo hacer por ustedes? –agregue intentando darle algo de naturalidad a mis palabras, para que no pensaran que estaba sorprendida con lo que veia.
Mi respuesta fue inesperada para el joven, que me quedo viendo con una sonrisa curiosa y de inmediato se alejo de mi un paso para hacer una elaborada reverencia.
– ¡Y mi nombre es Sharar, hijo del ...
– ¡Callate no sabemos quien es! –interrumpio el lagarto llamado Bojya.
– Es verdad –respondio el joven llamado Sharar–. Lo siento mucho señorita, pero debera acompañarnos.Los pelos se me encresparon. ¿Ir a donde?, ¿Eran policias?. Quizas el lagarto Bojya era alguna especie de maquinaria novedosa de Xanthia y Sharar un soldado, mal que mal, jamas habia visto a un soldado de Xanthia, asi que podia ser uno de ellos.
– ¡Pero yo no tengo nada que ver con el hombre palido ni el ebrio! –respondi rapidamente, intentando zafar de esta situacion.
– No podemos estar seguros de eso –dijo el lagarto mientras daba vuelta su enorme cabeza para ver al ebrio.
– ¡Por favor no me lleve! –suplique al joven Sharar, que parecia mas accesible que su monstruoso compañero–. ¡Le juro que no he hecho nada, solo seguia al hombre palido pues el me salvo de que me mataran hace unos momentos!.
El joven Sharar se quedo mirandome luego de esas palabras y el lagarto Bojya se dio vuelta tambien a mirarme al escuchar eso. No sabia si estar mas asustada por esto o no.
– ¿La salvo? –pregunto Sharar, incredulo.
– ¿Juth ... salvando a alguien? –pregunto Bojya, tambien incredulo.
Ambos se largaron a reir y dieron vuelta sus miradas al hombre palido, que al parecer se llama "Juth". Yo aproveche ese momento de descuido para hecharme a correr, pero la cola del lagarto se movio rapidamente y me tomo por la cintura, apretandome incomodamente pero sin causarme dolor.
– Lo siento señorita –dijo Sharar, negando con su cabeza–. Pero luego de semejante declaracion, con mayor razon no podemos dejarla ir.
– Ellos decidiran que haremos con usted –respondio Bojya, que volvia a mirar al ebrio, con curiosidad–. ¡Este de aca me parece conocido!.
– ¡Dejame ir lagartija! –grite abandonando toda compostura–. ¡Auxilio! ¡Auxilio! ... ¡Estoy siendo victima de violencia policial! –segui gritando y pataleando en la solitaria calle.
Pero ni el joven ni el monstruo me prestaron atencion. Y la verdad, nadie lo hizo, la calle lucia como un sector comercial y a esas horas no habia nadie ahi, asi que era muy probable que estuviera totalmente sola en varias cuadras a la redonda. Nadie me escucharia.
El joven se acerco al ebrio, pero el perro del borracho se puso frente a el, gruñendole con ferocidad.– Este perro ... –dijo Sharar, dudoso–. ...¡Draan! ... –exclamo de pronto con tono gentil.
El perro cambio de inmediato su humor y ahora movia su cola alegremente, lamiendo las manos de Sharar.
– Vaya que esta acabado... –dijo Bojya mirando al ebrio desplomado.
– ¡Aun asi, le debemos respeto! –interrumpio Sharar–. Empaca a Juth y la chica, estos iran conmigo sobre tu lomo, ¿te parece?.
– Como digas .. –respondio el enorme lagarto, acercandome con su cola hasta quedar en frente de sus enormes fauces.
Vi de reojo que Sharar se acercaba al abatido y pálido Juth, con mucha cautela, como si se tratase de una peligrosa bestia dormida. En ese momento me di cuenta que este chico Sharar, lucía muy parecido a Juth, el hombre pálido, como si fuesen familiares. Pero las fauces del monstruo me preocupaban mucho mas, ¿me comería entera?, ¿a mascadas?.
– No ... me coma... señor lagarto –logre articular.
– No soy un salvaje –respondio el–. Y tampoco soy un ... "lagarto" –agrego dejando salir un suspiro frente a mi cara–. Soy un Dragon.
El aire que salio por su boca me tomo por sorpresa y no pude evitar respirar un poco, lo que me hizo perder conocimiento de forma casi instantanea.
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Del Angel al Dragon
Science FictionEn un tiempo donde la creencia en Dioses se a vuelto solo folklore y el escepticismo y la practicidad guian la educacion de la humanidad. Una joven llena de dudas sobre su especial sociedad se encuentra casi por casualidad con un misterioso "mago" (...