Lothar Bargath: La Pesadilla

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Vivia con mis padres , mi hermano mayor y mi abuela, en el Hierro. Una linda y cariñosa familia, que se dedicaba al comerciar afuera de las minas, snacks y frutas que mi padre iba a comprar una vez al mes a La Hoja.  Lo unico que rompia la armonia era que mi padre se empeñaba en creer que su madre estaba loca. Pero a mi me parecia la abuela mas extraordinaria del mundo.
Mi abuela solia leer mucho y a pesar de su edad, tambien entrenarse constantemente. Salia a correr diariamente, levantaba pesos y practicaba con una vieja espada de madera de entrenamiento. Cada vez que lo hacia, mi padre la veia como si estuviera demente y yo por el contrario la miraba con admiracion.
Ellos discutian constantemente. Mi abuela le reiteraba sobre un "equilibrio roto" y que mi padre era un flojo por no entrenar nada. Y mi padre a su vez le respondia a la abuela que estaba loca.
Pero un dia las "locuras" de la abuela no parecieron tan exageradas.
Recuerdo muy bien esa noche de sabado. Era muy tarde y tocaron a la puerta, mi madre fue a atender, pensando que era algun cliente, pero nuestra sorpresa fue mayuscula cuando en la entrada de la puerta estaba parado el mismisimo Shanadu, el consejero del presidente. En ese entonces yo no sabia quien era el, asi que mire a mi familia y sus reacciones. Mi madre corrio a buscar una bebida para ofrecerle, mi padre se acerco apresurado a estrecharle la mano y mi hermano parecia tan confundido como yo. Por otro lado mi abuela se habia puesto palida y miraba a los ojos al distinguido hombre.
Shanadu comenzo a reirse levemente, mirando fijamente a mi abuela y entrando tranquilamente, caminando con su cojera caracteristica.
Supe que algo andaba mal cuando la abuela comenzo a caminar pegada a la pared, intentando acercarse levemente a mi. Supuse que algo andaba mal y senti que debia tambien acercarme a la abuela, asi que lentamente camine hacia ella. El resto de mi familia seguian preparando la casa para recivir a tan importante visita y a sus acompañantes que aun esperaban afuera de la casa. Pero yo entendia y sentia lo mismo que mi abuela, estabamos moviendonos lentamente, como alguien que intenta pasar cautelosamente cerca de una serpiente a punto de atacar.

– Eventualmente te encontraria –dijo Shanadu mientras recorria lentamente la casa y jugaba con los adornos que mi madre colocaba en los muebles.

Mi abuela seguia mirandolo pero no respondia. Parecia entender a que se referia pero no decia nada, solo lo miraba fijamente. Pero mi familia no entendia nada y seguian limpiando y sirviendo comidas en la pequeña mesita de te que teniamos junto a la chimenea.

– De todas formas –añadio el con naturalidad–. No pensaba que este seria mi escenario, de haberlo sabido no habria traido a todos mis amigos.

Mi abuela solo respondia mirando fijamente a Shandu, quien tampoco parecia esperar ninguna respuesta de mi abuela.

– El debe ser tu hijo –agrego el consejero tomando gentilmente del hombro a mi padre–. Pero algo no me hace sentido aqui. Tu hijo luce demasiado .... comun y los unicos que parecen entender que sucede aqui son tu y el pequeño.

Esas ultimas palabras si hicieron suponer al resto de mi familia que algo andaba mal, mi padre levanto la mirada lentamente y quedo cara a cara con Shanadu, mirandolo con extrañeza mientras el aun sostenia su hombro y mi madre ahora miraba a mi abuela, buscando alguna explicacion mientras mi hermano ya habia comenzado a ponerse nervioso y a frotarse las manos.

– Entonces es el pequeño ¿eh? –agrego Shanadu mirandome fijamente–. ¡Que gracioso! –exclamo mirando ahora a mi padre–. Ella demasiado vieja y el demasiado joven. ¿Y tu?.

Mi padre lo miro aun mas dudoso, sin saber que responder.

– Demasiado perezoso ... –respondio Shanadu mientras con su mano lo tomo del cuello y se lo destrozo.

Mi abuela actuo de inmediato, me tomo del brazo y con fuerza corrio al interior de su habitacion. yo alcance a mirar como Shanadu retiraba su brazo del cuerpo de mi padre, no hacia atras, si no hacia adelante como si todo su cuerpo fuese un cuchillo, paritendo el cuerpo de mi padre en dos.
Luego de eso, no recuerdo bien que veia, sentia que solo escuchaba pues mi abuela me hizo dar tantas vueltas que la confusion se apodero de mi cabeza. Solo escuche muchas pisadas de hombres entrando a la casa y los gritos ahogados de mi madre y mi hermano, que se detuvieron de golpe. Recuerdo haber visto la silueta del consejero entrando a la habitacion y mi abuela sacando una gran espada de debajo del colchon de su cama. Luego un estruendo, un gemido iracundo de Shanadu, nuevamente mi abuela agarrandome fuertemente del brazo, ambos atravezamos la ventana que estallo en una ola de vidrios rotos.
Estaba en estado de shock, sentia que las calles pasaban a gran velocidad frente a mis ojos, mi abuela me llevaba corriendo con desesperacion, sin ningun tipo de cuidado mas que el de sacarme rapidamente de alli. En ese momento pense que esa sensacion de velocidad era producto del shock de ver a mi familia siendo asesinada, pero luego sabria que mi abuela estaba usando a un viejo aliado de los Bargath; el viento, para correr mas deprisa.
Recuerdo que una multitud nos perseguia y toda esa noche y los dos dias siguientes mi abuela no dejo de moverse. Unos minutos escondidos detras de un callejon o en un basurero y luego largos ratos corriendo entre las sombras o sobre los tejados.
Mi abuela no pronunciaba palabra y para lo unico que se diriga a mi, era para hacerme guardar silencio. Yo  a pesar de mi edad, sabia que nuestra salvacion dependia de mi abuela, e instintivamente obedecia sin chistar.
Por la mañana mi abuela encontro un lugar donde nos acomodamos para dormir, en medio de un basural ya muy lejos del Hierro.
Recuerdo algo de sus palabras entonces:

Del Angel al DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora