Lothar Bargath: Munet

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Vi al Dragon Rojo llevarse a Zeru, ojala puedan atender sus heridas bien, la pobre es solo una niña, Shia Khi se habia extralimitado. No senti ganas de discutir con nadie alli sobre lo sucedido, asi que me acerque a Draan y lo tome en brazos, debia estar mareado por el golpe pues aun no queria caminar. Habia olvidado que ya no tenia al Esclavo Dragon para protegerlo, de haberlo recordado antes quizas habria sido yo el cegado por la rabia. Menos mal que no resulto herido de gravedad.

- Disculpame por esto Bargath -dijo nuevamente Shia Khi cuando pase a su lado-. Solo queriamos confirmar hasta donde estaban dispuestos a protegerse entre ustedes y creo que lo hicieron bien.

- Esta bien -respondi sin mucho interes y sin muchas ganas de ser respetuoso a pesar de la presencia de los Dragones-. Esta bien, siempre y cuando todos fueramos guerreros, pero Zeru es solo una niña, se les paso la mano con ella.

- Fue idea mia -dijo Shia Khi al ver que me dirigia a todos los Dragones.

- No me sorprende -respondi retirandome del lugar.

- Puedo llevarte a tu habitacion Bargath -dijo el Dragon Eternidad con gentileza.

- Usare el ascensor, gracias -respondi sin el respeto usual con el que me dirigia al Dragon Eternidad.

Sharar debio tener una conversacion similar con sus superiores, pues se apresuro a alcanzarme tan molesto como yo. Bajamos en silencio las largas escaleras y bajamos un nivel mas de la camara de las estatuas, donde ya habian ascensores. Subimos a uno de ellos en silencio y solo despues de varios minutos senti la necesidad de hablar, para que el chico no se sintiera incomodo.

- Dejamos a Draan en mi habitacion y vamos a ver a Zeru... -dije acariciando el lomo de mi fiel compañero.

Sharar asintio. A pesar del desagradable episodio, me senti mas cercano a este chico y a Zeru que nunca.

Continuamos bajando hasta que llegamos al piso de mi habitacion. Dentro nos esperaba el Dragon Rojo que habia entrado por el balcon.

- La joven humana esta bien -dijo el Dragon en cuanto entramos-. Pasara la noche en el hospital, ahora duerme.

- Que bueno -respondi sin mucho animo-. Entonces salgan de mi habitacion, Draan y yo deseamos descansar.

- Mañana por la mañana visitemos a la señorita Zeru, señor Bargath -dijo Sharar.

- Claro, nos vemos alla -respondi acomodando a Draan en sus cojines.

- Tienes turno en los muros mañana por la mañana Sharar -dijo el Dragon Rojo.

- Pues no ire padre -respondio el joven subiendose a su espalda-. Mi lugar es con mis compañeros.

El Dragon Rojo no se molesto por la respuesta de su hijo, por el contrario, sonrio satisfecho.

- Hasta mañana señor Bargath -dijo Sharar amablemente.

- Hasta mañana chico -respondi tambien lo mas gentil que mi estado de animo me permitia.

- Hasta mañana Bargath -agrego Rojo y no le respondi.

El Dragon se retiro con su pupilo, dejandome solo en la habitacion. Me desplome en la cama, agotado fisica y mentalmente, con mis brazos muy adoloridos. Por primera vez en mucho tiempo, creo que estaba algo deseoso de quedarme dormido. Me levante una vez mas para confirmar que Draan durmiera comodamente, luego me volvi a desplomar en la cama sabiendo que no duraria mas de un minuto despierto. Me concentre para esta vez soñar con Munet, ojala esta vez pueda soñar solo los hermosos momentos que ella me dejo... ojala ... ojala ...

Del Angel al DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora