Lothar Bargath: Pesadilla de infancia

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Recuerdo como fueron pasando los dias. Mi abuela me entrenaba muy estrictamente en combate, estrategias, quimica y manejo de la espada. Me enseñaba historia, quien era el Rey Duncun, los guerreros que le acompañaban y tambien quien era Xanathos, sus pequeñas debilidades y sus enormes poderes y ventajas. Por otro lado, Gilds nos entrenaba a Krids y a mi, enseñandonos magias curativas, las propiedades de las plantas y tambien antiguas historias de los Ficcus.
Gilds y algunos Ficcus nos ayudaron a construir una pequeña cabaña al este del Arbol de la Vida. Con el pasar de los  dias logramos convertirla en un lugar bastante acogedor. Y luego de un tiempo, con Krids llegamos a hacernos grandes amigos. Habia noches en que el se quedaba en nuestra cabaña hasta muy tarde, escuchando mis historias de como viviamos los humanos. A el le parecian muy graciosas cosas que para nosotros son naturales, como ir al baño, sacarse los mocos, o vomitar.
Con mi abuela recorriamos el bosque en busca de alimento casi todos los dias. Ella era una exelente cazadora, ocupando un improvisado arco y flechas que ella misma construyo. Encontramos a una perra salvaje, herida por algun animal mayor y con mi abuela la recogimos y la curamos. Al intentar devolverla a su vida salvaje, la perra se nego a irse y se quedo con nosotros. Ella deambulaba por el bosque y habia semanas en que dormia todos los dias en la cabaña con nosotros y otros periodos en que desaparecia por dias.
Nada nos faltaba, el cambio de vida me habia llevado a esconder dentro de mi la presencia y los recuerdos de mi familia. Estos nuevos recuerdos que construia aqui con los Ficcus eran mucho mas hermosos.

Un dia, la perra llego muy extraña y mi abuela me dijo que estaba "preñada" y que tendria cachorritos. Cuando termino de explicarme como habia sucedido eso y de por que "Papa Perro" no estaba ahi, pase a maravillarme por todos los estados por los que la perra pasaba. Con Krids soliamos pasarnos horas acariciando a la perra y cuidandola, pues yo le explique que a pesar de que fisicamente, los Ficcus y nosotros eramos parecidos, la verdad era que la perra era mas parecida a nosotros que los Ficcus (cosa que me habia dicho mi abuela), y como la perrita estaba embarazada, debiamos cuidarla y mimarla para que sus bebes nacieran sanos.
A pesar de que Krids y Gilds vivian en el bosque, parecia que nunca se habian detenido a apreciar la maravilla del nacimiento de alguna criatura salvaje y cuando llego el momento en que los cachorros debian nacer, ellos dos estaban en la cabaña, incluso mas maravillados que yo con todo el proceso.
Una camada de 8 cachorros nacio en perfecto estado y nuestra perra sin nombre era una exelente madre que cuidaba y alimentaba a sus cachorros.

Pero la calamidad toco a nuestra puerta cuando los cachorros tenian aproximadamente dos meses. Ese dia no entrene con Krids y Gilds por dos dias, pues debian asistir a un conclave de dirigentes Ficcus y luego tenian una enorme celebracion de un evento exclusivo de su comunidad, que no alcanzo a recordar bien.
Se escuchaba mucho bullicio desde el Arbol de la Vida. Estaban teniendo una fiesta bastante animada cuando escuchamos tocar a nuestra puerta.
Mi abuela supo de inmediato que algo andaba mal, pues ni Gilds ni Krids debian aparecer aun. Se saco un extraño medallon que portaba debajo de sus ropas y me lo puso alrededor de mi cuello de forma que quedase escondido entre mis ropas. Me llamo la atencion que en cuanto se quito el medallon, su cara lucio subitamente mas anciana que antes.  Luego saco la espada de nuestros ancestros y se preparo a abrir la puerta. Yo tenia una pequeña espada de madera que tambien tome, preparandome para una potencial pelea, pero con mis piernas temblando de miedo. Nuestra perra tambien sintio el peligro y reunio a sus cachorros y se puso frente a ellos, a mi lado, gruñendo hacia la puerta.
Cuando la abuela abrio la puerta y salto hacia atras para enfrentarse a lo que estuviera al otro lado, todos mis temores se hicieron ciertos. El hombre que habia matado a toda mi familia estaba parado sonriendo en la entrada de nuestra puerta. Distingui un monton de sombras tras el, que cuchicheaban con voces escalofriantes. Parecia haber una centena de voces cuchicheando y riendo afuera de nuestra cabaña.

Del Angel al DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora