8.

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Mateo llevó a Mariana a su pequeño aparta-estudio y cuando verifico que ella se encontraba bien se marchó pero media hora después apareció nuevamente.

___ ¿Qué pasa? ___ pregunto Mariana al verlo nuevamente frente a su puerta.

___ Te traje esto___ le sonrió de manera encantadora, que Mariana se derritió, él le entrego un gran tarro con helado de chocolate __ no queremos que él tenga ninguna necesidad ¿Verdad? ___ le señalo el vientre.

Ella lo miro con el rostro arrebolado y le devolvió la sonrisa, él era un hombre muy especial, era atento y estaba muy pendiente de todas las necesidades de ella, él debería ser un maravilloso padre y marido.

___ Bueno que descanses, por favor no vayas a trabajar, toma estos dos días y recupera fuerzas___ le dijo Mateo antes de marcharse.

___ Gracias___ ella le devolvió la sonrisa, se sentía tranquila y muy feliz, pero sobretodo muy enamorada.

Mariana al momento de quedar sola comenzó meditar sobre confesar su verdad y decirle a él que era el padre de su hijo___ suspiro__ no lo veía como un hombre malvado o cruel. Se tomaría esos dos días y cuando lo viera en la fiesta de su ahijado, buscaría la forma de confesarle que él era el padre de su hijo. Y asumiría las consecuencias lo que tuviera que pasar, al fin y al cabo era un paso que debía tomar por el bien de su amado hijo.

Al día siguiente, la joven se la paso haciendo mucha pereza y como al mediodía Mateo se presentó con enorme y nutritivo almuerzo.

Mariana estaba vestida con una batica casi transparente,  que le llegaba a la mitad del muslo,  su cabello mal recogido en una coleta, al verlo se sonrojo por sus fachas y el parecía un príncipe de novela romántica. Él la miro y sus ojos brillaron al ver los pezones a través de la tela y arqueo una ceja y sonrió al verla ruborizar.

___ Hola, ¿Ya almorzaste? ___ llevaba unos recipientes con comida los cuales le enseño y una radiante sonrisa que dejo sin habla a la joven ___ Pollo frito y salsa agridulce ___ ella muy sonrojada por tenerlo ahí, frente a ella muy guapo vestido de manera elegante, sus ojos brillaron con curiosidad ___ Si ya lo sé parezco mujer con antojos, pero que hago___ elevó sus hombros de forma descomplicada.

___ Yo no he dicho nada ___ le dijo ella en medio de una risa sofocada y a la vez sorprendida porque eso era lo mismo que ella quería, un plato que le preparaba su madre antes de perderla en aquel terrible accidente, cruzo los brazos para ocultar su cuerpo de la mirada de él ___ a mí me encanta el pollo y si lo bañan con una salsa agridulce es mucho más delicioso.

Él entro en la habitación después que ella lo dejo pasar y se dirigían al la pequeña cocina que hacia las veces de comedor.

__ Ahí es donde está el meollo del asunto___ dijo él mientras abría las cajas y sacaba los cortes de pollo sobre un gran bol ___ yo no como frituras, y el pollo rara vez lo como, también traje ensalada verde, debes comer bien. Ven siéntate a comer___ dijo en su autoritarismo clásico en él y el que ella tan bien conocía.

___ Deja que me cambie___ estaba incomoda y él la devoraba con los ojos brillantes.

___ Por mí no hay problema, te puedes quedar así ___ le sonrió al verla correr roja a su habitación ___ ¡Te cuidado!

Ella regreso rato después vestida con unos pantalones y un camiseta y sonrió al verlo arquear la ceja, luego se acomodó frente a una gran fuente y sus ojos brillaron ante el festín que estuvo imaginando y que ahora era toda una realidad. Él la observaba mientras comía.

___ ¿Cómo te has sentido?__ le pregunto él. La veía con mejor color y su rostro más relajado y descansado ___ ¿Estas durmiendo bien?

___ Si, gracias, me la he pasado durmiendo toda la mañana, cuando vaya a trabajar se me va a hacer difícil, porque me estoy volviendo una haragana.

Di que sí, mi amor. Serie Salamina Nº 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora