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Mariana está  en la ventana y  observa la lluvia caer, van dos días con los interminable aguaceros.

Ya son las nueve de la noche y no ha logrado dormir porque  el reflujo la mantienen con malestar estomacal y estando recostada en el quicio de la ventana recuerda las palabras de Luis, el caporal  cuando ella estuvo esa tarde con él.

___Mi hermana  dice qué cuando a una mujer le da mucho reflujo es porque el bebé viene con mucho cabello ___ dijo el hombre mirándola.

___ ¿En serio? ___ Mariana abrió los ojos por la sorpresa de escuchar el comentario, antes no había escuchado algo igual  ___ bueno su padre tiene mucho cabello y es bastante ...

Y al cabo de un buen rato terminó de describir al hombre que tanto amaba pero la expresión del rostro de Luis la hizo callar de  inmediato.

___ ¡Wow!___  la miro con ojos brillantes y le sonrió.

___¿ Qué? ___ dijo ella ruborizada y levantando los hombros porque no entendía la expresión de él.

___ Qué estas enamorada  hasta el tuétano de ese hombre ___ se burló de ella ___ cada palabra que dices,  está impregnada de tanto amor.

___ ¡Eso no es verdad! ___ dijo ella ruborizandose aún más y se marchó dando una disculpa incoherente para alejarse, mientras él la miraba con una sonrisa de oreja a oreja___ y pensar que a él le gustaba mucho.

Ahora está en el quicio de la ventana mirando la lluvia caer e inconsciente acaricia su vientre y piensa en las diligencias que ha  hecho en la mañana sobre la visita al ginecólogo,  ya había cumplido la décima tercera semana de su embarazo y el médico le dijo que todo iba bien hasta el momento___ sonrió complacida.

Suspiró profundamente y lamió sus labios porque los tenía reseco y por eso decide bajar a la cocina para beber agua.

Esa tarde ella se antojó de comer carne asada con picante la cual devoró con placer y deleite, y es lo ahora la mantiene con mucha sed.

Sus ojos recorren la estancia de su habitación y ve el chal sobre la silla y lo toma,  lo extiende sobre sus hombros para cubrir la minúscula bata de seda que le llega hasta la mitad del muslo y así sale  de la habitación.

Los truenos de la tormenta rompen el silencio de la noche y los relámpagos iluminan todo el lugar.

Ella va descalza y en pijama ya que vive sola no le presta mucha atención a su indumentaria, además de ser totalmente descomplicada.

Suavemente se desliza hacia la cocina y enciende la luz y se acerca al gran refrigerador el cual está colmado de muchos alimentos y bebidas nutritivas;  toma una jarra con agua sirve y comienza a beber muy distraídamente.

Al momento de bajar el vaso sobre el mesón de la cocina escuchó un ruido de la puerta y está hace que los vellos de su cuello se levanten con temor.
Rápidamente se gira y pone una mano sobre su boca para ahogar el grito que está apunto de salir

__ ¡Qué tempestad! ___ exclama un hombre cubierto por un chubasquero largo y un sombrero el cual sacude el agua con vigor y al girarse ve a Mariana que tiene los ojos abiertos y pálida ___ ¿Carvajal? __ sonrío el hombre ___ ¡Mariana Carvajal! ___  dejó el bolso se quitó el sombrero y el chubasquero y lo arrojó en una silla cercana y se dirigió a ella con paso firme y con los brazos extendidos___ ¡Dios mío,  si es mi Mariana Carvajal!

Mariana que estaba atónita y pálida por la impresión sólo logró balbucear___ ¡Tu!

Sus ojos brillaron tan intensos como los relámpagos que en esos momentos iluminó la cómoda y fría cocina.

Di que sí, mi amor. Serie Salamina Nº 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora