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Era ya la una de la tarde cuando Joel se acercó corriendo para alcanzar a Mariana que desapareció desesperada,  por el corredor en busca de su amiga.

Desde la distancia y  verla con un hombre que parecía un gigante, pudo leer claramente el lenguaje corporal de ambos y también se  percató de que los dos estaban muy estresados. Eso le dio a él ideas muy claras, sobre lo que ella y él pudiese tener una tórrida relación.

Bien,  en ningún momento, Mariana, ha querido contarle a él sobre el padre de su hijo y tampoco la ha visto con hombre alguno,  pero por su actuar Joel deduce que ese hombre puede ser el padre del hijo de Mariana. Y está dispuesto a descubrir la verdad.

Se acercó  a ellos e inmediatamente al estar al lado de ella la rodeó con su brazo. Para Joel no pasó desapercibido la fulminante mirada de fuego que le lanzó el hombre que estaba frente a Mariana ni se sorprendió al escucharlo hablar.

___ Yo soy el prometido de la señora aquí presente___  sus palabras fueron directas y agrias sin apartar en ningún momento sus ojos de ella.

___ ¡Mateo!___ la joven enrojeció.

___ ¡Vaya Mariana!___ suspiro__ ....pero a cuántos más nos tienes haciendo fila para poder casarnos contigo___  le sonrió a la joven de manera pícara y pudo haber que ella estaba ahora pálida y con los labios apretados___  tranquilo amigo,  Yo ya llevo varios años atrás de ella para que me acepte,  pero es muy terca, tal vez tú logres que ella te dé el sí ___ dijo en medio de una burlona sonrisa.

___ Bueno parece que me lleva cierta ventaja con respecto al tiempo___  murmuro malhumorado Mateo___  sin embargo no pierdo la esperanza de que sea conmigo que vaya ella al altar y me de algunos hijos.

___ Aunque, empezaste antes de casarte___ con la mirada le señaló el vientre de la joven.

La sonrisa sarcástica de Mateo, provocó escalofríos a la joven. Joel sonrió.

___ Bueno ya dejen de hablar de mí como si yo no estuviese presente___  dijo Mariana cuando pudo por fin expresarse. Todo el cuerpo le temblaba, Mateo no apartaba la mirada de ella.

En esos momentos escuchó un estropicio de unos pasos que venían corriendo y los tres giraron para encontrarse con una pareja que venía hacia ellos.

___ ¡No corras!___ dijo Leonardo algo molesto ____ Favor amor,  tienes que calmarte.

Al encontrarse frente a frente Rosa y Mariana se abrazaron y mutuamente se consolaron.

___ Ya está estabilizada___  Le dijo Mateo a Leonardo___  el médico nos acaba de informar de su estado de salud y se llevó a Julio para que se quedara con ella en la habitación.

___ ¡Gracias!  ¡Gracias!____  lloraba Rosa por la buena noticia___  ella no puede perder a sus bebés.

___ ¿Sus bebés?___  dijo Mariana arqueando una ceja de la sorpresa pues ella no sabía nada.

___Oh sí son trillizos,  pero está presentando una de diabetes gestacionaria, y a eso se le sumó presión alta ___ Rosa se veía nerviosa y pálida  ___ Aunque estaba en control pero, de un momento a otro  todo se complicó.

Rosa, miraba con curiosidad a Mariana y veía como estaba de diferente su rostro,  se notaba mucho más maduro y de pronto recordó que durante un tiempo la estuvieron buscando y se enojó con ella ___ ¿ Y tú dónde demonio estabas? Te  hemos estado buscando como locos ingrata.

Mariana se sonrojó nuevamente y los miró muy avergonzada,  pues ella al momento de huir a ninguno de sus conocidos llamo para así evitar saber algo de Mateo.

Di que sí, mi amor. Serie Salamina Nº 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora