Capítulo once.

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Harry debería estar durmiendo, recuperando energías porque sólo quedaban cuatro horas para tener que levantarse de la cama nuevamente y empezar otro día. Pero cuando un adolescente con cara de ángel te cuenta, de una manera retorcida y con algunos gestos, cómo apuñaló a alguien en el estómago; bueno, es difícil dormir y dejar los pensamientos de lado.

Cuando Louis contó entre risas el suceso, el rizado comenzó a gritar internamente "¡Está drogado, no le prestes atención!". Porque, realmente estaba bajo medicamentos y, la forma algo enferma con la que contaba, lo asustaba y era algo justificada. 

Pero también, se sumaba el hecho de que Harry había estado tratando de armar en su mente una imágen de un Louis inocente, y ahora la imágen que tenía en su mente era un Louis con sangre en las manos. Cosa que no comprendía y no quería comprender, porque simplemente no podía entender que un chico así, haya intentado asesinar a alguien. Pero sentía así la situación, de una manera enfermiza, correcta. Porque él también tenía sangre en sus manos. 

Entonces el "¡El maldito no murió!" que gritó Louis luego de la mímica del cuchillo con su mano le dejó en claro que, obviamente, no estaba tratando con un asesino. Pero aún así... la intención estuvo. Él sabía que había razones para la reacción violenta de Louis, sabía que había algo más ahí detrás; pero estaba confundido. Asustado y confundido. 

Harry quería asustarse totalmente y sentirse por completo horrorizado con Louis, pero eran las dos de la mañana y Harry estaba pensando en dos ciertos ojos azules y en lo, en parte, compatibles que ellos eran.

El día había empezado con los para nada agradables gritos que llamaban a todos a despertarse de una vez por todas y Harry estaba con un terrible dolor de cabeza. 

Además de haber despertado con la melodía de una canción de Arcade Fire sonando insistentemente en su cabeza, tenía que lidiar con el dolor punzante en el frente de ésta. 

 Una vez cambiado, decidió que estaba lo suficientemente estable para recibir la locura del desayuno. 

Entonces caminó por el pasillo tarareando esa vieja canción para encontrarse con el comedor con todos totalmente alterados dentro. Las mesas no estaban esta vez y Harry se extrañó tremendamente con eso. Todos estaban sentados en los bancos, los cuáles estaban predispuestos mirando justo a la puerta por la que él entró. 

Este y el director del hospital estaban parados delante de todo, justo al lado suyo. Todos los ojos se pusieron en él y por un segundo todos callaron. Para luego volver al griterio que las autoridades presentes querían acallar. Pero sería difícil.

Le fue fácil ubicar la cabellera rubia justo al lado de la castaña de sus... ¿compañeros de tratamiento? Como sea, entonces Harry camina hacia ellos viendo que el banco está ocupado sólo por ellos dos. No están allí ni Hope, ni Louis. Y, obviamente, le parece extraño pero aún está algo dormido y la confusión de porqué la reunión no le da oportunidad a pensar en cosas secundarias. 

La no tan grave voz de Este, pero imponente, se hizo oir entre el barbullo. Entonces todos callaron de repente. Niall que había visto a Harry con ojos de "Quiero contarte mucho que no sé por donde empezar", porque Horan sí que amaba hablarle de cualquier cosa a Harry, y el rizado sólo se sentaba y escuchaba; él sólo pudo poner su cara de frustración y mirar hacia donde Este estaba y prestar atención.

 —Bueno, antes que empiecen a alborotarse de nuevo, les pido por favor la máxima atención en esto. Habrán cambios en las reglas y en algunos horarios, así que: el que no escuche ahora, a no quejarse luego. 

 Este y el señor Helders, el director del hospital, explicaron cada cambio con suma paciencia y de vez en cuando pidiendo a algún que otro distraído que prestaran atención. No eran más que cambios en la hora de musico-terapia, haciendo la clase una hora antes y otros cambios en otras horas terapéuticas. Todo esto era debido a la renuncia de una enfermera. Harry no pudo evitar ver a Helders ponerse algo rojo cuando fue mencionado el nombre de la enfermera y como el "Renunció" que salió de los labios de Este sonara tan seco... tan que ocultaba algo. Pero aún así, no pensaba llenarse la cabeza de preguntas tontas. 

Oblivion. [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora